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Foto cortesía de Bryon Russ
Foto cortesía de Bryon Russ

Clemencia en el estado de Nueva York, parte II 

Entrevista a Bryon Russ

Por Elizabeth Liotta
February 2024
Como escribí hace un tiempo sobre el tema de clemencia en el estado de Nueva York, se trata de un proceso legal mediante el cual se otorgan indultos a personas encarceladas para reducir o terminar con su sentencia. La clemencia tiene por objetivo corregir injusticias y castigos desproporcionados. Sin embargo, durante el mandato del anterior gobernador, Andrew Cuomo, este procedimiento se mantuvo con pautas vagas e imprecisas, cerrando así las oportunidades de los presidiarios de obtener clemencia. La gobernadora actual, Kathy Hochul, ha manejado este proceso de una manera diferente y aquí te cuento también la historia de Bryon Russ, quien obtuvo clemencia en mayo.
Típicamente, los gobernadores consideran las solicitudes de clemencia caso por caso, sopesando factores como la gravedad del delito o el comportamiento del individuo durante su encarcelamiento. Para solicitar un indulto en el estado de Nueva York, las personas generalmente presentan una petición ante la oficina gubernamental. La petición debe incluir información sobre la condena, detalles del caso, razones para solicitar el indulto y cualquier evidencia de rehabilitación o apoyo comunitario.

En 2022 la gobernadora Kathy Hochul otorgó clemencia a trece personas, y señaló que demostraron remordimiento, ejemplificaron su tiempo de rehabilitación y mostraron un compromiso para mejorar como persona y a sus comunidades. “Como gobernadora de Nueva York, es mi responsabilidad ejercer el poder de la clemencia para demostrar que el cambio y la redención son posibles”, dijo Hochul. Entre las personas indultadas, se encontraban dos presos que cumplían sentencias de asesinato, una sobreviviente de violencia doméstica sentenciada por homicidio involuntario en la muerte de su abusador, y también perdonó a varios inmigrantes que enfrentaban la deportación. El año pasado 16 personas también obtuvieron clemencia.

En vista de las deficiencias pasadas en cuanto a transparencia y comunicación con los solicitantes de clemencia, la oficina de la gobernadora ha implementado nuevas políticas. Entre ellas: enviar cartas regularmente a los solicitantes informándoles sobre el estado de su caso. Además, la oficina también lanzó un sitio web actualizado para brindar orientación acerca de qué información y documentos incluir al presentar la solicitud.

Bryon Russ estuvo encarcelado por 22 años antes de que Hochul le otorgara clemencia en mayo. Fue condenado a 49 años de prisión por robos que cometió cuando tenía 24 años. Gracias a que Bryon utilizó su tiempo en prisión de manera productiva y responsable para rehabilitarse, se convirtió en un excelente candidato para recibir clemencia. Aquí está su historia.

EL:¿De dónde es usted?
BR: Nací y crecí en un pequeño pueblo llamado Geneva, Nueva York, en las afueras de Rochester. Me crié en una familia interracial, mi mamá es blanca y mi papá es negro. Fuimos literalmente una familia interracial de negros pobres tratando de vivir entre gente blanca de clase media. Entonces, con esa idea en mente, se podrán imaginar el trato que recibimos mis hermanos y yo de parte nuestros vecinos, e incluso del sistema escolar. Como éramos muy jóvenes, no podíamos entender completamente la crueldad de las personas que tienen prejuicios, que son racistas, y que nos atacaban sin razón. Parecía que cada oportunidad que tenían los vecinos de llamar a la policía para acusarnos, lo hacían. Así fue mi vida entera creciendo en ese vecindario.

¿Que lo llevó a cometer los crímenes de los que se le acusó?
Crecí en un entorno muy hostil, tanto en casa, como en el vecindario y en la escuela. Nunca tuve una figura paterna a la cuál respetar. Mi papá no me enseñó demasiadas cosas, y también era muy violento física y verbalmente. Creo que empecé a crearme una falsa narrativa donde yo tenía enemigos en todos lados, y eso me llevó a cometer mi primer crimen a los 9 años. Gracias a eso, acabé pasando un año entero en libertad condicional. Otra cosa fue que mis padres nunca me preguntaban qué estaba pasando en mi vida o si me podían ayudar. No digo esto para justificarme porque sé que estuve mal, sí creo que estos son factores que influyen en el comportamiento de una persona.

¿De qué crimen se lo acusó y cuál fue su sentencia?
Cometí dos delitos en dos condados diferentes. El primer delito fue un robo con allanamiento de morada en el condado de Wayne. Mi mentalidad era que si robaba a los narcotraficantes y ponía la droga en el sistema penitenciario entonces lo que hacía no estaba mal, porque ¿a quién le importan los narcotraficantes? ¿a quién le importan las personas en prisión? Pero luego me di cuenta de que a la policía y a las familias sí les importa. El hecho es que decidí robar lo que pensé que era la casa de un narcotraficante, pero cuando entré, ví que la casa estaba adornada como una casa ordinaria de familia sin los estereotipos de los espacios donde se trafican drogas. Pero eso no me detuvo para robar las drogas y el dinero. A los dos meses, asalté a otro individuo que pensaba que era narcotraficante. Lo llevé a un lugar oscuro para robar su dinero y con eso hacer una fiesta e invitar a mucha gente. Esa era mi mentalidad de joven en malos pasos. Por estos delitos se me sentenció a 24 años y medio en el condado de Ontario, y dos meses después me sentencian a otros 24 años para un total de casi 50 años tras las rejas.

¿Cómo fue tu experiencia al aplicar para clemencia? ¿Quiénes te ayudaron?
En 2017, cuando estaba cerca de la mitad de mi condena después de 20 años en la cárcel, la Oficina Ejecutiva de Clemencia me contactó para revisar mi caso. Yo tenía planeado aplicar para clemencia en el 2020, por lo que me sorprendió que el proceso empezara 3 años antes. En mi tiempo en prisión, me enfoqué a hacer un cambio profundo de comportamiento para ser un mejor hombre y una mejor persona. No quería simplemente cambiar para que me vieran las autoridades, o como incentivo para que me dejaran libre. Más bien, es algo que quería hacer por mí mismo. Me inscribí en todos los programas de rehabilitación que había en la prisión, entre ellos el proyecto de alternativa a la violencia (AVP en inglés). A lo largo de mi encarcelamiento, todos los días, todas las semanas, todos los meses, sentía que estaba cada vez más en sintonía con mis metas. 

Cuando mi esposa Jolene se enteró de que querían revisar mi caso para otorgarme clemencia, ella movió montañas para que yo saliera de prisión. Hizo campañas para apoyarme y logró que muchas personas firmaran documentos en mi apoyo. Si yo hubiese estado sólo, creo que nadie me hubiera escuchado, pero gracias a ella, mi aplicación tuvo importancia. Tan pronto como obtuve los documentos necesarios, llené la solicitud. Eran dos páginas: una era para la solicitud en sí y otra era para los documentos de liberación. Después de enviarla, me aprobaron la aplicación de clemencia en octubre de 2017. ¡No podía creerlo cuando me enteré! Lo primero que hice fue llamar a mi esposa muy emocionado. Nunca lo olvidaré. Sin embargo, la idea es recordarle constantemente a la oficina ejecutiva de clemencia que estás tú estás allí, porque si no, siempre existe la posibilidad de que te olviden. Creo que el proceso debería ser mucho más transparente para que los aplicantes tengan un sistema mediante se les informe el estado de su aplicación.

¿A qué te dedicas ahora que eres libre?
Mi meta actual es completar mi pregrado. Ya tengo 51 créditos universitarios, solo necesito algunos más para obtener mi licenciatura, quizás en la Universidad de Columbia. Además, tengo la intención de cursar otros dos programas en el Blackstone Law Institute para estudiar todo lo relacionado con la ley civil y penal, ya que fue allí donde obtuve mi certificación como asistente legal. Después de eso, mi objetivo es ayudar a muchas más personas encarceladas, a mis hermanos y hermanas, para que puedan salir adelante. Ese es mi objetivo más importante.


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