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El contingente de estudiantes y trabajadores que salieron de Bard College a la marcha del clima. Foto de Dan Gettinger
El contingente de estudiantes y trabajadores que salieron de Bard College a la marcha del clima. Foto de Dan Gettinger

Apuntes de la Marcha Popular del Clima

Por Keith Roscoe
November 2014
Cuatro cientas mil personas marcharon juntas por la ciudad de Nueva York. No era el desfile de Macy’s de Acción de Gracias, era la Marcha Popular del Clima. 

El domingo 21 septiembre gente de todas partes, y del Valle Hudson, fueron a la ciudad de Nueva York. De nuestra región de los estados del noroeste salieron más de 500 autobuses, llenos de estudiantes y miembros de la comunidad (se estima que en total 50.000 estudiantes participaron de la marcha). Fueron para pedir que los líderes mundiales actúen para parar el cambio climático. ¿Por qué? Al día siguiente, en la ONU, se reunieron varios jefes de estado en la Cumbre Climática del 2014 con el objetivo de mejorar la situación de la crisis climática.

 El Rey Felipe VI de España habló de la urgencia de esta discusión: “Que nadie se llame a engaño. Ninguno de los países aquí representados puede esperar. Detrás del acenso de unos poco grados de temperatura, están en juego vidas humanas y la continuidad misma de nuestras sociedades”.

 “La atmósfera de la marcha era de entusiasmo”, recuerda Andrés Martínez de Velasco, colaborador de La Voz, quien viajó a la ciudad en uno de los dos autobuses que salieron de Bard College, “había gente cantando, gritando, hablando, la mayoría sonriendo. Fue muy activa, pero sin violencia. Había todo tipo de pancartas, banderas y disfraces, expresando las preocupaciones específicas de distintos grupos de gente, por ejemplo, hubo banderas en contra de la energía nuclear, un tiranosaurio rex hecho de contenedores vacíos de aceite para auto y pancartas en favor del vegetarianismo”. Lo que destacó de esta marcha (que además se desarrolló simultáneamente en otros 162 países, con un total de 2646 eventos) fue la gran organización y la unidad que mostró.

 Más que un grupo de hippies protestando, la marcha fue muy organizada. Esta fue dividida en seis partes, para contar la historia del movimiento por el clima. La primera parte, vanguardia de crisis, frente de cambio, estaba compuesta por comunidades indígenas; la segunda, podemos construir el futuro, estaba compuesta por trabajadores, familias y estudiantes, entre otros; la tercera, tenemos soluciones, con organizaciones de energía renovable, justicia del agua, la comida y el medio ambiente; la cuarta, conocemos a los responsables, estaba compuesta por gente en campañas en contra de las corporaciones; la quinta, el debate se acabó, tenemos los hechos, por científicos; y la sexta, para cambiarlo todo, necesitamos de todos, con una mezcla de todos tipos de grupos.

 “El día de la marcha, llegué temprano para formarme, y ya estaban llenas las calles de gente de todos géneros, todas las razas, de nacionalidades diferentes—estudiantes, familias, indígenas, profesionistas; había de todo, y todos unidos bajo la bandera de demostrar que queremos cuidar al medioambiente,” cuenta Katherine Kempf, otra colaboradora de La Voz, que asistió a la marcha. Pero el momento que más impacto le causo fue cuando a la una de la tarde se hizo un minuto de silencio, “fue impresionante cuando de repente toda esa multitud se calló. Por un minuto, hubo silencio. Luego, todos juntos gritamos en una ola de sonido para demostrar la fuerza del movimiento contra el cambio climático.” Así la atmosfera de la marcha logró unificar a gente desconocido bajo una misma causa: salvar nuestra querida Tierra.

 Otro de los grupos que viajó desde el Valle de Hudson fue SeaChange, un grupo de artistas y activistas con la meta de educar  y el lema ‘Vivimos todos río abajo’. SeaChange nació de la iniciativa de MareLiberum y 350.org. El viaje de este grupo comenzó en Troy y navegaron por el río Hudson en barcos de papel (sí, leyeron bien, en barcos de papel) haciendo paradas para realizar talleres sobre cómo incitar el cambio a nivel local. Una de estas paradas fue en Bard College, donde nos preguntaron ¿cómo les afecta el cambio climático aquí en el Valle de Hudson? “Muchos estudiantes no sabían cómo responder” dice Laurie Husted, directora de la Oficina de Sostenibilidad de Bard College.

 La marcha no se terminó, es en realidad un movimiento que no para. Para más información visita peoplesclimate.org/organizing. Para la ONU, también es una historia que sigue. La próxima Cumbre Climática tendrá lugar en París en 2015. Como dijo el Rey español: “Seamos ambiciosos, seamos inteligentes…seamos sensibles y solidarios”, y seamos activos.



LA VOZ, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson

 

 

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