Educación en agosto

Los números son claros. Según las estadísticas que la oficina del censo viene recogiendo desde la década de 1970, los adultos con título universitario (bachelor) cobran hasta un 85 por ciento más que los adultos que sólo terminaron la escuela secundaria (high shcool), y los que tienen una maestría cobran hasta 45 por ciento más de los que sólo cuentan con una licenciatura. Por ejemplo, en el estado de Nueva York, en 2011, en promedio una persona con diploma de escuela secundaria ganaba $29.811 al año, mientras que una persona con título universitario, alcanzaba los $52.757 al año (una diferencia de casi el 77 por ciento).

Sí, la educación abre puertas, y no sólo las económicas. Seguir una carrera que nos interesa también nos abre la mente a un nuevo mundo de conocimientos, culturas y personas a las que nunca hubiéramos soñado conocer. En definitiva, una gran satisfacción, que no empieza ni termina con un bolsillo más abultado.

Un amigo me decía recientemente “en este país no estudia el que no quiere” y citaba el ejemplo que cuando él quiso ir a la universidad, había tantos solicitantes que el examen de ingreso tuvieron que tomarlo en el estadio Azteca, pero que aquí, después de pasar su GED, simplemente se anotó en el centro de estudios superiores (community college) más cercano a su domicilio.

Y es que realmente en los Estados Unidos, y en Nueva York en particular, el asunto de la movilidad social todavía es una realidad palpable para muchos. Quiero decir, lamentablemente en muchas partes de Latinoamérica, el que nace pobre, queda pobre, y el que nace rico, pues ahí se queda. Aquí es posible avanzar en la vida en la dirección que nos propongamos, siempre y cuando nos esforcemos seriamente por conseguirlo. Así fue la experiencia de Gerardo Gutiérrez, hoy abogado, que emigró a este país a los 15 años junto a su padre, con quien trabajó cada fin de semana para poder costearse la universidad. De estas y otras peripecias habla en la entrevista con La Voz de este mes.

Ya que el conocimiento es poder, y esa es básicamente la misión que intentamos cumplir con la revista La Voz: empoderar a nuestros lectores hispanohablantes a través de la información, este mes de agosto la revista viene bastante dedicada a la educación. Empezando con el GED ¿sabía que este examen de equivalencia de título de secundaria cambiará el año que viene y que todas las notas parciales que haya acumulado hasta el momento ya no contarán? Encuentre información sobre cómo y dónde prepararse para este examen en las páginas de la revista de este mes. También para los padres y los jóvenes interesados en ir a la universidad, una nota bastante completa escrita por tres estudiantes de Bard College que dan consejos sobre el proceso de solicitud de ingreso y una lista de dónde encontrar becas y ayuda financiera para estudiantes hispanos.

Y hablando de estudiantes hispanos, Antonio Flores-Lobos entrevistó a Sara Flores, una joven de origen salvadoreño que acaba de graduarse de la escuela secundaria de Kingston y que pronto comenzará sus estudios en la Universidad de Buffalo, con beca completa de atleta. Y es que Sara ha batido muchos récords corriendo como la gacela que es, y además de las innumerables medallas (que luce espléndida en la tapa de La Voz) también ganó el acceso a su soñada universidad.

Para los más adultos, también existen otras opciones de acercarse a la vida universitaria. Tal es el caso de los Curso Clemente que la universidad Bard College ofrece de manera gratuita a los residentes del Valle de Hudson que quieran explorar su camino en las humanidades. Este es el tema de la nota central de la revista de este mes. Claro que la lista de recursos disponibles es más larga aún, y algunos todavía se pueden encontrar en nuestra guía de recursos de este mes o de meses anteriores (visite: http://lavoz.bard.edu/ para más datos).

Tal vez mi amigo tenga razón: en este país no estudia el que no quiere. ¿Y usted qué opina? ¿Tiene alguna experiencia positiva (o negativa) para compartir con los otros lectores de La Voz en temas de educación? Escriba a [email protected] ¡y haga oír su voz!

Mariel Fiori

Directora