Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Bienvenides a todes al número de marzo de la revista La Voz. ¿Y esto de la “e” (todavía se preguntan algunes) a qué viene?
Es mi manera, y la de otros tantos millones de hablantes del idioma español, de expresar varias cosas, como la inclusión. Y es que “el género oprime” dicen por ahí. Esto de que el género masculino sea el género que usamos por defecto para supuestamente referirnos a toda la humanidad ya está demasiado vetusto. Algunas prefieren cambiar todas las palabras que expresen género en personas a la “a”, dejar de decir, por ejemplo, en un anuncio de trabajo, “se solicita Director de…” y poner en vez “se solicita Directora de…”. Por supuesto, las apoyo. Las apoyo porque es una manera muy obvia de resaltar que lo que dimos por sentado, inamovible como una ley natural, ya no corre, ya nos molesta.
Como escribí más de una vez por aquí, el lenguaje moldea nuestra forma de pensar. Entonces cuando ya nos cansamos del patriarcado —que lo respiramos a diario y nos aqueja a todes, hombres, mujeres y personas no binarias— decidimos tomar pasos para librarnos de esas garras pasadas de moda. Busquen sino libros escritos en inglés o en español de diez años o más, y díganme cuántas veces encuentran la palabra niño para referirse a tanto niñas como niños en general (o boy, en vez del sin género child). ¿Qué otras frases o expresiones que borran de un plumazo a la mitad de la humanidad se encuentran por ahí? Este es un buen ejercicio para refrescarnos la memoria de que todo cambia, como canta Mercedes Sosa “cambia lo superficial, también cambia lo profundo”.
¿Qué otras frases o expresiones que borran de un plumazo a la mitad de la humanidad se encuentran por ahí? Este es un buen ejercicio para refrescarnos la memoria de que todo cambia, como canta Mercedes Sosa “cambia lo superficial, también cambia lo profundo”. OK, Mariel ¿pero la “e”? La “e” es fácil de pronunciar, tanto escrita como leída, al contrario que la “x”, que en inglés queda muy bonita en la palabra Latinx pero que en español, y más para las personas que no hablan inglés, son impronunciables. Lo de pasar a la “a” para generalizar lo apoyo también, pero en este momento me parece que la “e” ayuda a quebrar con el defecto y de paso incluye a hombres, mujeres y personas no binarias. De hecho, para más precisión, algunas personas prefieren expresarlo todo en grupos de tres: “todas, todos y todes”. Ciertamente es más preciso, pero menos económico en términos de espacio. Por eso, me disculpo desde ya por no escribir en triunviratos (quizás lo use en el lenguaje oral pero menos en el escrito).
Si a alguien le incomoda esta forma de expresarse, digo dos cosas: una que ese es el punto, incomodar, sacarnos de la modorra, ponernos a pensar. Y la otra es que más nos tiene que incomodar nuestra adicción irrefrenable a los combustibles fósiles, al gas, al petróleo, al plástico, a las botellas de plástico de un solo uso, a los productos importados fabricados en la otra punta del mundo, quién sabe bajo qué condiciones, transportados por el oceáno por barcos gigantescos que andan a gasolina, igual que los camiones que los reparten desde los centros de distribución, injustamente localizados en los barrios “pobres” donde vivimos los inmigrantes, los hispanos, los negros, las “minorías”, que nos enfermamos con el aire contaminado, pero seguimos y seguimos comprando más plásticos y más cosas. Esta adicción tiene que parar, ya la Tierra nos está pasando factura, con la crisis ecológica global, con la pandemia/endemia, y ahora con una guerra en Ucrania que nos pone muy tristes. Todo eso sí me molesta y me incomoda ¿qué estamos haciendo al respecto? Es hora de desintoxicarnos de esta adicción colectiva.
Creo que ya me fui de tema, aunque claro, todo tiene que ver con todo. Quiérase o no: estamos todos unidos.
Por ahora, les doy la bienvenida, una vez más, al número de marzo de La Voz.
¡Pasen, lean y compartan lo que aprenden por aquí!
Mariel Fiori
Directora
COPYRIGHT 2022
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Es mi manera, y la de otros tantos millones de hablantes del idioma español, de expresar varias cosas, como la inclusión. Y es que “el género oprime” dicen por ahí. Esto de que el género masculino sea el género que usamos por defecto para supuestamente referirnos a toda la humanidad ya está demasiado vetusto. Algunas prefieren cambiar todas las palabras que expresen género en personas a la “a”, dejar de decir, por ejemplo, en un anuncio de trabajo, “se solicita Director de…” y poner en vez “se solicita Directora de…”. Por supuesto, las apoyo. Las apoyo porque es una manera muy obvia de resaltar que lo que dimos por sentado, inamovible como una ley natural, ya no corre, ya nos molesta.
Como escribí más de una vez por aquí, el lenguaje moldea nuestra forma de pensar. Entonces cuando ya nos cansamos del patriarcado —que lo respiramos a diario y nos aqueja a todes, hombres, mujeres y personas no binarias— decidimos tomar pasos para librarnos de esas garras pasadas de moda. Busquen sino libros escritos en inglés o en español de diez años o más, y díganme cuántas veces encuentran la palabra niño para referirse a tanto niñas como niños en general (o boy, en vez del sin género child). ¿Qué otras frases o expresiones que borran de un plumazo a la mitad de la humanidad se encuentran por ahí? Este es un buen ejercicio para refrescarnos la memoria de que todo cambia, como canta Mercedes Sosa “cambia lo superficial, también cambia lo profundo”.
¿Qué otras frases o expresiones que borran de un plumazo a la mitad de la humanidad se encuentran por ahí? Este es un buen ejercicio para refrescarnos la memoria de que todo cambia, como canta Mercedes Sosa “cambia lo superficial, también cambia lo profundo”. OK, Mariel ¿pero la “e”? La “e” es fácil de pronunciar, tanto escrita como leída, al contrario que la “x”, que en inglés queda muy bonita en la palabra Latinx pero que en español, y más para las personas que no hablan inglés, son impronunciables. Lo de pasar a la “a” para generalizar lo apoyo también, pero en este momento me parece que la “e” ayuda a quebrar con el defecto y de paso incluye a hombres, mujeres y personas no binarias. De hecho, para más precisión, algunas personas prefieren expresarlo todo en grupos de tres: “todas, todos y todes”. Ciertamente es más preciso, pero menos económico en términos de espacio. Por eso, me disculpo desde ya por no escribir en triunviratos (quizás lo use en el lenguaje oral pero menos en el escrito).
Si a alguien le incomoda esta forma de expresarse, digo dos cosas: una que ese es el punto, incomodar, sacarnos de la modorra, ponernos a pensar. Y la otra es que más nos tiene que incomodar nuestra adicción irrefrenable a los combustibles fósiles, al gas, al petróleo, al plástico, a las botellas de plástico de un solo uso, a los productos importados fabricados en la otra punta del mundo, quién sabe bajo qué condiciones, transportados por el oceáno por barcos gigantescos que andan a gasolina, igual que los camiones que los reparten desde los centros de distribución, injustamente localizados en los barrios “pobres” donde vivimos los inmigrantes, los hispanos, los negros, las “minorías”, que nos enfermamos con el aire contaminado, pero seguimos y seguimos comprando más plásticos y más cosas. Esta adicción tiene que parar, ya la Tierra nos está pasando factura, con la crisis ecológica global, con la pandemia/endemia, y ahora con una guerra en Ucrania que nos pone muy tristes. Todo eso sí me molesta y me incomoda ¿qué estamos haciendo al respecto? Es hora de desintoxicarnos de esta adicción colectiva.
Creo que ya me fui de tema, aunque claro, todo tiene que ver con todo. Quiérase o no: estamos todos unidos.
Por ahora, les doy la bienvenida, una vez más, al número de marzo de La Voz.
¡Pasen, lean y compartan lo que aprenden por aquí!
Mariel Fiori
Directora
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