El Dr. George Tiller no tenía que morir
Por Amy Goodman
July 2009George Tiller no tenía que morir. Fue asesinado en una iglesia en Wichita, Kansas, el domingo 31 de mayo. Era perseguido por realizar abortos en forma legal. Su muerte podría haber sido evitada simplemente mediante la aplicación de las leyes en vigencia.
El presunto homicida había sido visto mientras cometía actos de vandalismo contra la clínica del Dr. Tiller en Kansas City, Aid for Women, en dos ocasiones. Tanto la semana anterior como el día antes del homicidio lo vieron poniendo pegamento en las cerraduras de las puertas de la clínica. El director de la clínica, que se hace llamar “Jeff Pederson” para proteger su identidad, me dijo que llamó al FBI y a la policía local en ambas oportunidades, pero el vándalo, el supuesto asesino Scott Roeder, no fue arrestado. Pederson tenía el nombre de pila de Roeder y el número de la matrícula de su auto. Tenía imágenes suyas en la cámara de seguridad de la clínica. Lo reconoció de protestas anteriores.
Pederson llamó al agente Mark Colburn, del FBI, quien le dijo “que la filmación no sería lo suficientemente clara, y como yo había tocado las cerraduras, había arruinado la evidencia con mi ADN. Entonces compré nuevas cámaras de video a color”.
El sábado 30 de mayo, el gerente de la clínica dijo que “Scott” volvió a atacar: “El sábado, cambié el equipo de video por uno mejor para obtener mejores imágenes. Y luego, once horas más tarde, Scott estaba vigilando a uno de mis empleados cuando regresaba de la tienda. La empleada era la única persona que estaba allí en ese momento. Vio a Scott salir de su vehículo y dirigirse a la parte trasera del edificio. Entonces ella fue allí y llegó cuando él estaba comenzando a poner pegamento en la puerta otra vez. Él la vio y salió corriendo. Ella lo siguió hasta su auto y retuvo el número de la matrícula, 225 BAB. Cuando regresó corriendo a la clínica, él le gritó: ‘¡Asesina de bebés!”.
Pederson llamó a Colburn para denunciar el segundo acto de vandalismo e informarle que tenía una mejor filmación. Pederson dijo que Colburn le respondió: “El fiscal del Condado de Johnson no hará nada hasta que el Gran Jurado se reúna”. Al día siguiente, Tiller fue asesinado, presuntamente por Roeder.
Llamé al FBI de Kansas City y me puse en contacto con Colburn. De inmediato me pasó con la portavoz del FBI, Bridget Patton. Le pregunté sobre los incidentes en la clínica y por qué el sospechoso no había sido arrestado ninguna de las veces. Me respondió: “No estoy segura del plazo de tiempo, pero cuando ocurre un acto de vandalismo en una clínica de abortos, somos notificados del vandalismo y respondemos como corresponde”.
La práctica médica de Tiller, que incluía la realización de abortos a mujeres en estado avanzado de embarazo, provocó ira, protestas y ataques durante las varias décadas en que ejerció su profesión. Su clínica sufrió un atentado con bomba a mediados de la década del 80. Sobrevivió a un intento de homicidio en 1993, cuando fue herido de bala en ambos brazos. Bill O’Reilly del canal Fox News lo demonizó con el apodo “Tiller, el asesino de bebés”. El Doctor Tiller fue blanco de un procesamiento político por parte de un ex Fiscal General de Kansas, Phill Kline, y fue absuelto hace apenas unos meses de una acusación de delito menor por haber violado las normas del estado sobre la realización de abortos.
Scott Roeder fue arrestado el mismo domingo, poco después del asesinato, cuando iba en su Ford Taurus. El martes, fue acusado de homicidio en primer grado.
Le pregunté a Pederson si creía que el asesinato de Tiller podría haberse evitado si las autoridades simplemente hubieran arrestado a Roeder luego de que cometiera vandalismo contra la clínica de Kansas City. Pederson hizo una pausa y dijo: “ No lo sé… Yo no tenía la información para relacionarlo todo”.
Pero la Dra. Susan Robinson que trabajaba en la clínica fue tajante: “Si la aplicación de las leyes locales que persiguen a quienes violan la ley no es demasiado entusiasta, ni enérgica, ni cuidadosa, esas personas se vuelven cada vez más agresivas y se pasan del límite. Esta es una clara violación de la ley FACE. Roeder violó la ley federal en repetidas oportunidades, incluso lo sorprendieron violando la ley federal el día antes de que el Dr. Tiller fuera asesinado”.
La ley de Libertad de Acceso a Entradas de Clínicas, de 1994 (FACE, por sus siglas en inglés) tipifica como delito impedir el acceso o dañar las instalaciones de un servicio de salud reproductiva.
Hacer cumplir esta ley salva vidas. George Tiller fue sepultado el sábado 6 de junio.
*Amy Goodman es la presentadora de “Democracy Now!”, un noticiero internacional diario de una hora que se emite en más de 550 emisoras de radio y televisión en inglés y en 200 emisoras en español. Visite su website http://www.democracynow.org/es o escriba a [email protected]
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