Opinión
Glorificando al mestizo, marginando al indígena
La raza cósmica de José Vasconcelos
Por Paige Milligan
May 2009En los años posteriores a la Revolución Mexicana, rodeado por el conflicto entre la “filosofía oficial” del positivismo y la crítica creciente reflejada en el descontento popular en el país, José Vasconcelos desarrolló su teoría de una “raza cósmica”. Esta nueva raza mestiza, formada de pueblos europeos, indígenas, africanos, y asiáticos, nacería en México y sería el futuro del mundo entero. Con esta teoría, Vasconcelos inicia una alabanza del mestizo, que tendrá una influencia importante en el futuro pensamiento del país. Pero en su visión de un México mestizo, ¿les deja un lugar a las culturas indígenas, los padres más oscuros del mestizo?
La cosmovisión de Vasconcelos, que si bien se precia de glorificar al mestizaje de razas y culturas, de hecho apoya el aplastamiento de las culturas indígenas por la española y la adopción de ella por toda América Latina. Glorificar la unificación a tal extremo es peligroso porque siempre con la unificación viene la destrucción de los elementos distintos, y la pérdida de historia y conciencia propia es a la vez triste y dañina.
Teniendo en cuenta la influencia que ha tenido Vasconcelos, y las condiciones de marginación de muchas comunidades indígenas en México, vale la pena que examinemos su filosofía para reconocer estas tendencias perjudiciales. Al reconocerlas, se podrá buscar alternativas más abiertas, que retengan sus raíces latinas e indígenas para formar una cultura no unificada sino mezclada en el sentido total, caótico y maravilloso, de esa palabra.
Vasconcelos establece su gran meta de unificación y mestizaje en su ensayo “La raza cósmica” (1925), donde escribe que “el fin ulterior de la Historia…es lograr la fusión de los pueblos y las culturas”. Propone la “igualdad social y cívica de los blancos, negros, e indios” como parte de la “misión de fundir étnica y espiritualmente a las gentes”. En sus palabras, por lo menos, pinta un futuro de fusión, unidad, e igualdad de razas y culturas. Pero ¿es la fusión lo que realmente quiere? ¿o la adopción de una cultura unificadora por parte de todos? Cuando propone igualdad, ¿se valora a todas las culturas como iguales? Por sus exigencias frecuentes en la supremacía de una sola cultura latina (palabra que Vasconcelos usa en su texto como sinónimo de “española”), hay motivos para dudarlo.
Aculturación es la palabra
Cuando Vasconcelos habla de la fusión de culturas, sus palabras cuidadosamente escogidas no esconden bien el verdadero sentido que tienen, que no es fusión sino lo que llamaríamos hoy “aculturación”. La “aculturación” implica la clara superioridad de una cultura, que se encuentra con otra y que la domina. Vasconcelos propone la aculturación de todos a la cultura española. Lo vemos por ejemplo cuando habla de las “aberraciones” en su gran visión para el mundo debido a que “el elemento indigenista no se ha fusionado aún en su totalidad con la sangre española…”. Esto no es mestizaje ni es fusión: es aculturación.
Continua Vasconcelos, “Háblese al más exaltado indianista de la conveniencia de adaptarnos a la latinidad y no opondrá el menor reparo; dígasele que nuestra cultura es española y en seguida formulará objeciones”. En otras palabras, todos deben estar de acuerdo de que el sendero más prudente es “adaptarse” a la cultura latina-española, y aunque lo discuten los indianistas, la cultura dominante de México ya es la española. La “huella de la sangre vertida” hace que algunos no quieran juntarse con esta influencia cultural aplastante, pero les guste o no, dice Vasconcelos, “los mismos indios puros están españolizados, están latinizados…”.
La unificación de todos bajo una sola cultura latina no es solamente una meta deseada; es la realidad. Hay que reconocer aquí cómo Vasconcelos equipara la cultura “latina” con la cultura “española”, las dos palabras tienen el mismo sentido para él.
Vasconcelos aboga por el dominio y adopción de la cultura latina porque, según él, el porvenir estriba en la cultura latina-española. Ve a las culturas no europeas como primitivas, como al “hombre rojo, que supo tanto, hace tantos miles de años, y ahora parece que se ha olvidado todo”. Vasconcelos culpa a los indígenas de ser “culturas caídas” o “perdidas”, cuando fue la misma cultura española la que intentó dominarlas y borrarlas, por medio de la violencia y de la conversión.
Pero Vasconcelos no cree que estas culturas ya valgan nada, por eso dice paternalmente que “el indio no tiene otra puerta hacia el porvenir que la puerta de la cultura moderna, ni otro camino que el camino ya desbrozado por la cultura latina”. Vemos aquí la influencia del positivismo, la “filosofía oficial” de la dictadura de Porfirio Díaz, que enfatiza la “modernidad” y el “progreso” como ideales que sólo se puede alcanzar a través de las culturas europeas. Cuando Vasconcelos equipara la “cultura moderna” con la “cultura latina”, promociona una visión europea que no corresponde con la realidad mexicana, y desprecia a las culturas indígenas, que no son parte de su gran visión para el futuro.
En otro punto en su ensayo habla de la necesidad del “patriotismo verdadero que sacrifique el presente al porvenir”. Con este lenguaje, excluye a los indígenas de su visión para el futuro, porque para él son culturas caídas que representan el pasado, o cuando mucho el presente. Y por no ser parte del futuro español-latino, ni pueden ser los indígenas “patriotas.” Para Vasconcelos, los pueblos indígenas ni son parte del futuro, ni son mexicanos verdaderos.
¿Mezcla de sangres?
Vasconcelos estima poco a las culturas indígenas y el mestizaje cultural. Pero, ¿apoya honestamente al mestizaje racial, la mezcla de sangres que se precia de glorificar? Ya hemos visto que considera que las culturas indígenas son atrasadas, los restos que quedan de civilizaciones que eran grandes pero que se han deshecho. “Dígase lo que se quiera”, proclama Vasconcelos, “los rojos…se durmieron hace millares de años para no despertar”. ¿Es abiertamente racista Vasconcelos? Según mi modo de ver, sí: vemos en su escritura una versión torcida de la eugenesia, que le hace ver a las razas no-europeas como inferiores. Pero necesarias para su gran “quinta raza” del futuro: “los tipos bajos de la especie serán absorbidos por el tipo superior. De esta suerte podría redimirse, por ejemplo, el negro, y poco a poco, por extinción voluntaria, las estirpes más feas irán cediendo el paso a las más hermosas. Las razas inferiores, al educarse, se harían menos prolíficos”.
Entonces su “misión de fundir étnica y espiritualmente a las gentes” es nada más que una misión de absorber los tipos “feos”, que para él más que nunca son las minorías raciales. Apoya la mezcla genética de razas (para promocionar la unidad o la “belleza”, como la ve Vasconcelos), pero no apoya la igualdad de razas. Lo vemos en su promoción de la “extinción voluntaria” del negro. En este pasaje Vasconcelos propone un tipo de “eugenesia estética”, que él intenta distinguir del darwinismo sajón por llamarla “una selección por el gusto, mucho más eficaz que la brutal selección darviniana”. Pero su estilo de eugenesia simplemente toma el ideal sajón que propone la superioridad de los europeos del norte, y la extiende para incluir a los europeos ibéricos también. Vasconcelos no pudo liberarse del eurocentrismo y racismo dominante de la época.
Muchos intelectuales modernos critican con razón las ideas racistas de Vasconcelos, porque ahora que sabemos que la unificación puede crear más exclusión que inclusión, hay que desempacar las ideas de este intelectual tan influyente en la identidad real de México. La negación del ser es un asunto grave. Por eso no podemos dejar que haya un solo “camino hacia el porvenir” para el indígena, ni para nadie. Si nada más, Vasconcelos, por su hipocresía y sus errores, nos enseña que un futuro unificado es un futuro temeroso, y que el progreso verdadero no estriba en los logros políticos de dominación o unificación, sino en la capacidad humana para abrazarlos a todos en toda su diferencia y disfrutar de esas diferencias como componentes esenciales de una verdadera mezcla de pueblos.
*Adaptación de un ensayo para la clase “Literatura mexicana” de la Profesora Melanie Nicholson, de Bard College.
COPYRIGHT 2009
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
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Comentario: Por el amor de Dios. ¿Puedes leer un poco de historia?
Sólo un poco, para darte cuenta del enorme error en el
que te encuentras. Te recomiendo ''La hora de Dios en el
Nuevo Mundo", para empezar, de Jean Dunmond. Hay que
tener coj**es para hacer las aseveraciones que haces
sobre la historia de Latinoamérica. Que Vasconcelos se
apiade de tu alma. Posted: 1/12/2015 |
|
Comentario: Por el amor de Dios. ¿Puedes leer un poco de historia?
Sólo un poco, para darte cuenta del enorme error en el
que te encuentras. Te recomiendo ''La hora de Dios en el
Nuevo Mundo", para empezar, de Jean Dunmond. Hay que
tener coj**es para hacer las aseveraciones que haces
sobre la historia de Latinoamérica. Que Vasconcelos se
apiade de tu alma. Posted: 1/12/2015 |
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Comentario: Estas muy equivocada
Vasconcelos nunca degrada al
indígena, de hecho pone en el
la base de La Raza Cósmica e
no propone nuca españolizarnos
si una unificación de
culturas, La razón griega que
el español nos trajo, la
descatolización y la unicon
del manejo espiritual de
nuestros grandes antepasados
decencientes de la Atlantida
(Aztlán), la raza roja
Por mí raza hablara el espíritu. Posted: 7/10/2011 |
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Comentario: Lig do na Gaeilge labhairt ar a son na
Gaeilge, Mexicanos do Mexicanos Posted: 9/12/2009 |