Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
¿Cuáles son las sustancias relacionadas con el dopaje? ¿Qué efectos
tienen? Pues, hay muchas categorías de drogas, y sus usos dependen de las exigencias del deporte. En levantamiento de pesas, se necesita poder instantáneo, y este se puede lograr a través de esteroides. En fútbol, donde la rapidez y la resistencia son importantes, los estimulantes como las anfetaminaa, la efedrina y la ritalina son beneficiosos. Las actividades que requieren resistencia masiva, como el ciclismo o el correr pueden llevar al abuso de hormonas y emplazamiento de la sangre.
De todas maneras, los beneficios del dopaje son indiscutibles. Las drogas de verdad hacen a alguien más grande, más fuerte o más rápido. Por lo tanto, existe un incentivo para nada pequeño de aprovecharse de las sustancias que puedan mejorar la chance de éxito y cambiar el curso de una competición ─a pesar del riesgo, a veces fatal, de ellas.
Para bien o para mal, las drogas siempre han estado involucradas en las competencias deportivas. Testimonios precolombinos de los guerreros Inca ponen por las nubes la eficacia de masticar hojas de erythoxylo coca. Los antiguos soldados nórdicos, berberks, consumían lo que probablemente era un hongo, que les producía una furia sanguinaria. Y más de mala fama, los atletas en los primeros juegos olímpicos de Grecia, hace casi tres mil años, comían varias plantas y animales para mejorar su rendimiento y aumentar su fuerza. En la actualidad los atletas tienen a su
disposición una gama de drogas más poderosas y más difíciles de detectar que las de hace 3000 mil años ─y ya incluso las de hace diez. La creación de sustancias ilegales sigue ocurriendo más rápidamente que nunca; mientras que los premios monetarios y el prestigio que resultan del éxito son de una escala sin precedentes. Por lo tanto, los esfuerzos para identificar y combatir las nuevas drogas tiene que continuar también más rápidamente que nunca.
La batalla contra el dopaje empezó en parte en 1966, cuando la FIFA, (la Federación Internacional de Fútbol) y la UCI, (la Federación Internacional de
Ciclismo) reconocieron el problema de las drogas en sus respectivos deportes e instituyeron trámites para identificar a los atletas que las utilizaran. El año siguiente, el IOC (el Comité Internacional de los Juegos Olímpicos) empezó a colectar y analizar la orina de los participantes. Las medidas del IOC revelaron varios doperos, comprendiendo ya a casi 100 personas. La evidencia anecdótica, sin embargo, sugiere que estos resultados sólo representen la punta del iceberg.
Los Estados Unidos llegaron tarde al movimiento mundial contra el dopaje.Las regulaciones en el béisbol, el fútbol americano y el baloncesto han empezado sólo recientemente y su aplicación sigue siendo problemática. La reputación del país en los juegos olímpicos ha sido empañada por ocho resultados positivos en pruebas de control de doping o dopaje. De todas maneras, la paciencia del público para los doperos está disminuyendo y las penalizaciones crecen.
Pero por severo que sean los castigos, siempre existirá el deseo de mejorar el rendimiento en un grado más, ganar otra competencia, o romper un record. La lista larga de atletas enganchados es un testamento sobre el poder estupefaciente de la victoria. Al fútbol pertenece una lista vergonzosa de doperos, incluyendo al francés Zinedine Zidan, los italianos Gianluca
Vialli y Alessandro Del Piero, el argentino Diego Maradona, y el mexicano
Salvador Carmona. En béisbol acaban de aparecer unas revelaciones: Alexander Rodríguez (conocido como A-Rod), Barry Bonds y Roger Clemens. Otros ciento un beisbolistas en la MLB también dieron resultados positivos en la prueba, pero desafortunadamente sus nombres no trascendieron a la prensa.
La batalla contra el dopaje es una batalla difícil, cara y sin fin. Pero es una batalla que tenemos que luchar. Si no lo hacemos, no podremos como hinchas ser capaces de hacer lo más importante: creer.
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COPYRIGHT 2009
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tienen? Pues, hay muchas categorías de drogas, y sus usos dependen de las exigencias del deporte. En levantamiento de pesas, se necesita poder instantáneo, y este se puede lograr a través de esteroides. En fútbol, donde la rapidez y la resistencia son importantes, los estimulantes como las anfetaminaa, la efedrina y la ritalina son beneficiosos. Las actividades que requieren resistencia masiva, como el ciclismo o el correr pueden llevar al abuso de hormonas y emplazamiento de la sangre.
De todas maneras, los beneficios del dopaje son indiscutibles. Las drogas de verdad hacen a alguien más grande, más fuerte o más rápido. Por lo tanto, existe un incentivo para nada pequeño de aprovecharse de las sustancias que puedan mejorar la chance de éxito y cambiar el curso de una competición ─a pesar del riesgo, a veces fatal, de ellas.
Para bien o para mal, las drogas siempre han estado involucradas en las competencias deportivas. Testimonios precolombinos de los guerreros Inca ponen por las nubes la eficacia de masticar hojas de erythoxylo coca. Los antiguos soldados nórdicos, berberks, consumían lo que probablemente era un hongo, que les producía una furia sanguinaria. Y más de mala fama, los atletas en los primeros juegos olímpicos de Grecia, hace casi tres mil años, comían varias plantas y animales para mejorar su rendimiento y aumentar su fuerza. En la actualidad los atletas tienen a su
disposición una gama de drogas más poderosas y más difíciles de detectar que las de hace 3000 mil años ─y ya incluso las de hace diez. La creación de sustancias ilegales sigue ocurriendo más rápidamente que nunca; mientras que los premios monetarios y el prestigio que resultan del éxito son de una escala sin precedentes. Por lo tanto, los esfuerzos para identificar y combatir las nuevas drogas tiene que continuar también más rápidamente que nunca.
La batalla contra el dopaje empezó en parte en 1966, cuando la FIFA, (la Federación Internacional de Fútbol) y la UCI, (la Federación Internacional de
Ciclismo) reconocieron el problema de las drogas en sus respectivos deportes e instituyeron trámites para identificar a los atletas que las utilizaran. El año siguiente, el IOC (el Comité Internacional de los Juegos Olímpicos) empezó a colectar y analizar la orina de los participantes. Las medidas del IOC revelaron varios doperos, comprendiendo ya a casi 100 personas. La evidencia anecdótica, sin embargo, sugiere que estos resultados sólo representen la punta del iceberg.
Los Estados Unidos llegaron tarde al movimiento mundial contra el dopaje.Las regulaciones en el béisbol, el fútbol americano y el baloncesto han empezado sólo recientemente y su aplicación sigue siendo problemática. La reputación del país en los juegos olímpicos ha sido empañada por ocho resultados positivos en pruebas de control de doping o dopaje. De todas maneras, la paciencia del público para los doperos está disminuyendo y las penalizaciones crecen.
Pero por severo que sean los castigos, siempre existirá el deseo de mejorar el rendimiento en un grado más, ganar otra competencia, o romper un record. La lista larga de atletas enganchados es un testamento sobre el poder estupefaciente de la victoria. Al fútbol pertenece una lista vergonzosa de doperos, incluyendo al francés Zinedine Zidan, los italianos Gianluca
Vialli y Alessandro Del Piero, el argentino Diego Maradona, y el mexicano
Salvador Carmona. En béisbol acaban de aparecer unas revelaciones: Alexander Rodríguez (conocido como A-Rod), Barry Bonds y Roger Clemens. Otros ciento un beisbolistas en la MLB también dieron resultados positivos en la prueba, pero desafortunadamente sus nombres no trascendieron a la prensa.
La batalla contra el dopaje es una batalla difícil, cara y sin fin. Pero es una batalla que tenemos que luchar. Si no lo hacemos, no podremos como hinchas ser capaces de hacer lo más importante: creer.
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