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“CITA, la organización de los Trabajadores Agrícolas, está en estado de casi colapso”

Entrevista a Guillermo Pérez

July 2006
Activista laboral en el Valle de Hudson, educador para un sindicato basado en Albany y también vicepresidente de Capital District Labor Council for Latin American Advancement (LCLAA), organización de sindicalistas latinos, Guillermo Pérez, de origen cubano, lleva una vida dedicada a la justicia en el lugar de trabajo. En 2003 estuvo junto al grupo que caminó desde Harlem en la cuidad de Nueva York hasta Albany (150 millas/240 km) para exigir que la legislatura estatal diera a los trabajadores agrícolas de Nueva York el derecho legal de formar un sindicato. Un derecho que todavía no tienen.

Sobre esa marcha, Pérez explica que ese año “tuvimos un tremendo impulso para que se aprobara el proyecto. Recibimos gran apoyo de las entidades religiosas y cobertura mediática en todo el estado. Lamentablemente no fue suficiente para conmover a Joe Bruno [el presidente del senado estatal], y desde ese momento el Buró de Agricultura de Nueva York, la asociación que representa a la industria agropecuaria en el estado, ha librado una guerra contra la coalición así que ahora, CITA, la organización propia de los trabajadores agrícolas, está en estado de casi colapso”. El 6 de junio se realizó otra concentración anual en Albany (ver página siguiente) reclamando los mismos derechos para los trabajadores agrícolas y el sindicalista Pérez también estuvo presente.

La Voz: Desde hace años que se realiza esta convocatoria para esta fecha y usted ha participado en varias ¿Qué le pareció la de este año?

Guillermo Pérez: Fue la muestra de fuerza de apoyo a los trabajadores agrícolas más débil que vi en los cinco años que he estado asistiendo a la concentración anual y día de cabildeo. En años anteriores asistieron cientos de personas, incluyendo trabajadores agrícolas, políticos principales y líderes sindicales, y figuras a nivel nacional de otras organizaciones de trabajadores agrícolas. Lamentablemente esta vez fue anunciado por algunos miembros de la coalición como “un día sin trabajadores agrícolas”, en un intento por tomar prestada la energía del “día sin inmigrantes” que movilizó a más de un millón de trabajadores inmigrantes el 1 de mayo. En mi opinión, usar ese eslogan para la concentración de trabajadores agrícolas de este año es perjudicar a los cientos de miles de inmigrantes que pusieron en peligro sus trabajos por no ir a trabajar ese día. Algunos lo llamaron “un día sin trabajadores agrícolas” porque ni un solo trabajador agrícola fue al evento de este año. Los miembros de la coalición dijeron que la ausencia se debió a la campaña contra inmigrantes llevada a cabo por funcionarios federales en el oeste de Nueva York, donde está basado CITA [Centro Independiente de Trabajadores Agrícolas]. Pero explicaron que sin embargo era importante que los aliados, activistas como yo que no somos trabajadores agrícolas, habláramos por los trabajadores agrícolas del estado de Nueva York.

LV: ¿Cree que algo cambiará después de esta convocatoria?

GP:No tengo esperanzas de que Joe Bruno vaya a cambiar su posición ante una presentación tan débil. Lo que sí espero es que algunas de las organizaciones religiosas que jugaron un papel decisivo en llevar el proyecto de ley hasta donde se encuentra ahora, acepten que su estrategia no está funcionando y que ya es hora de probar otro enfoque.

LV: ¿Cuál sería ese enfoque?

GP: Nuestra primera prioridad tiene que ser el ayudar a CITA a construir una base sólida de activistas y líderes de base, porque sin eso, los jefes seguirán abusando y explotando a los trabajadores agrícolas, sin importar lo que la ley diga. Un movimiento de trabajadores agrícolas que no está conducido por trabajadores agrícolas está destinado al fracaso. Y, por supuesto, parte de eso incluye que los trabajadores se arriesguen. En mi experiencia con organizaciones en el lugar de trabajo, cada vez que un grupo de trabajadores exige poder está asumiendo grandes riesgos. Entonces ¿por qué más de un millón de trabajadores se arriesgaron tanto el 1 de mayo y ningún trabajador agrícola de Nueva York estuvo dispuesto a hacer lo mismo el 6 de junio? Creo que los inmigrantes del 1 de mayo escucharon el llamado de sus propios líderes y organizaciones y eso les dio la confianza para desafiar la autoridad y arriesgarse por un futuro mejor. No tengo duda de que los trabajadores agrícolas de Nueva York responderán a la misma llamada una vez que alcancen el mismo nivel de organización y liderazgo de base.

LV: ¿Pueden los trabajadores agrícolas de NY tener su propio sindicato? ¿Qué pasos se deberían tomar?

GP: Tener tu propio sindicato simplemente significa tener tu propia organización para abogar con éxito por tus intereses en el lugar de trabajo. El primer paso, creo, será que los aliados de los trabajadores agrícolas de Nueva York dejen de tratar esta campaña como una forma de caridad y la adopten como la lucha laboral que es. La CIW y FLOC no tuvieron miedo de lanzar boicots nacionales y usar tácticas de confrontación para ganar, para que las personas poderosas se avergonzaran de tal manera que al final hicieran lo correcto (ver información aparte). Necesitamos una estrategia similar para los trabajadores agrícolas de Nueva York, una estrategia que de poder a los movimientos de base y fundada en la confrontación justa. Los agentes del poder como Joe Bruno necesitan saber que no suplicamos justicia, sino que la exigimos.

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Qué pasa en el resto del país

Otros grupos de trabajadores agrícolas consiguieron armar su propia organización recientemente, como la Coalición de los Trabajadores de Immokalee (CIW, según sus siglas en inglés) y la Comisión de la Organización del Trabajo Rural (FLOC). En 2005 la CIW ganó una lucha que duró tres años para doblar la paga de sus miembros trabajadores agrícolas en el sur de la Florida contra un gigante multinacional, Yum! Brands, la sociedad que controla las franquicias de Taco Bell, Pizza Hut y KFC. CIW lo consiguió emprendiendo un boicot internacional contra Taco Bell, el cliente más grande de los cultivadores de tomates que maltrataban y explotaban a los miembros de la CIW.

El año pasado la FLOC ganó el primer contrato sindical que cubre a los trabajadores extranjeros en Carolina del Norte. La victoria significa que 7500 trabajadores agrícolas mexicanos ahora tienen su propio sindicato y contrato sindical y su propia organización con oficinas tanto en Estados Unidos como en México. “Si se puede conseguir estas victorias en estados como Florida y Carolina del Norte, donde prácticamente no existen los sindicatos de cualquier tipo, entonces una victoria similar debería ser posible en un estado como Nueva York, donde un cuarto de todos los trabajadores están sindicalizados”, concluye Pérez.

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“Entonces ¿por qué más de un millón de trabajadores se arriesgaron tanto el 1 de mayo y ningún trabajador agrícola de Nueva York estuvo dispuesto a hacer lo mismo el 6 de junio?



 
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