Derecho a respirar aire limpio

“Aquí en Bard vivimos en una comunidad,” dijo Swoboda. “Y para poder ser buena parte de una comunidad así, hay que hacer sacrificios por el bienestar de todos sus miembros”.

Según un estudio hecho en 2006 por la American Cancer Society, 44,5 millones de estadounidenses son fumadores. Desgraciadamente, en el mismo año, el 24% de este total representa a la población joven: entre 18 y 44 años de edad. El hábito de fumar pone a esta parte de la población en peligro de desarrollar cáncer, cardiopatía y enfisema pulmonar. Pero ellos no son los únicos en peligro. Según Marsha Davis, enfermera diplomada y decana de los Campus Health Services (Servicios de Salud) presente a la charla, alrededor de 4,400 personas mueren cada año de estas enfermedades por causa de ser fumador pasivo (inhalar el humo de cigarrillos que otros fuman).

En Bard especialmente, la realidad de este porcentaje es difícil de ignorar. “En este campus hay un gran problema con el fumar,” dijo Swoboda. “Hay muchos estudiantes que fuman en el camino hacia la clase, estudiantes que fuman justo afuera de los edificios académicos después de clase, afuera de la cafetería después de comer…por todas las áreas públicas y yo respiro su humo. No sólo yo, sino también estudiantes con asma u otros problemas respiratorios y las profesoras embarazadas. No me siento cómoda al pensar en esto”.

En la opinión de Andrea Connor, decana de Residence Life (Vida Universitaria), el fumar ha llegado a ser tan omnipresente por causa de la conveniencia. Ya que las normas relacionadas con el fumar en Bard ahora son imprecisas, los estudiantes lo pueden hacer por dónde y cuándo quieran. Por eso, dijo Swoboda, “rápidamente llega a ser una costumbre” para los estudiantes que fuman.

Precisamente, según Connor, hay que hacer que el fumar sea inconveniente con la implementación de normas concretas para que los estudiantes dejen la costumbre y para que las otras personas que comparten el aire puedan respirar el aire limpio.

La ley en Nueva York

Así pensaban los funcionarios del departamento de salud del estado de Nueva York en 2003, cuando decidieron promulgar la ley de salud pública que prohíbe fumar en todos los lugares públicos: restaurantes, bares, lugares del trabajo y en hospitales por causa de las enfermedades sufridas por los trabajadores por ser fumadores pasivos. La ley hace que las personas que fuman en cualquiera de los lugares prohibidos tengan que pagar una multa de $1,000, pero en zonas donde esté presente un representante del departamento de salud pública, la multa será de $2,000.

También la misma ley aplica a las universidades públicas y privadas de Nueva York, incluso en las universidades de Vassar y Marist. A causa de estas normas, desde 2003, los fumadores, estudiantes o profesores, han tenido que irse afuera a una distancia de casi ocho metros para dejar que los estudiantes o profesores que no fuman puedan respirar el aire fresco en su camino.

Según Connor, primero deberíamos empezar una norma de distancia y también aumentar los precios de los cigarrillos vendidos en la tienda del campus.

La norma de distancia implica que los estudiantes que deciden fumar afuera de los edificios públicos lo tengan que hacer a una distancia puesta por Bard. Si se fuma a unos metros fuera de la entrada de cualquier edificio, estudiantes, profesores y otros empleados de Bard pueden entrar y salir sin respirar el humo. También, las plantas bajas de dichos edificios tampoco olerían a humo. A esta distancia, fuera de la protección de los tejados, los estudiantes tendrían que combatir el mal tiempo: el viento, la lluvia y la nieve para poder fumar. Así en estos ambientes, la costumbre llega a ser un problema y los fumadores, con esperanza, tendrían que pensar en sus acciones. ¿Valdría la pena más fumar o tener frío en el invierno? ¿Estar mojado cuando llueve o tener que pagar una multa por sus acciones? Esta es su lógica.

También, dijo Connor, el aumento de los precios en los paquetes de cigarrillos haría que los estudiantes piensen mejor en cómo gastan el dinero. Aunque es conveniente comprar los cigarrillos aquí en campus, podría ser inconveniente cuando al aumento de los impuestos haga que cada paquete vendido en la tienda de la universidad valga más de $10. Ahora los estudiantes adictos gastan entre $30-$60 a la semana para poder fumar, dependiendo de la severidad de la adicción. Si aumentara el precio del paquete, los estudiantes fumadores descubrirían que hay otras cosas que valen más la pena comprar.

El derecho de respirar el oxígeno limpio, según Swoboda, es un “derecho natural,” y aquí en Bard donde muchos vivimos, tenemos el poder de hacer que este derecho sea una realidad.

 Preguntas y respuestas

¿Existe una manera segura de fumar cigarrillos?
No. Todos los cigarrillos pueden causar daño al cuerpo humano, y cualquier uso de tabaco es peligroso. El cigarrillo es el único producto legal cuyo uso anunciado, el fumar, es nocivo para el cuerpo y causa cáncer.

¿Son realmente adictivos los cigarrillos?
Sí. La nicotina que contiene el humo de cigarrillo es lo que causa la adicción. La nicotina es una droga que resulta tan adictiva como la heroína y la cocaína por tres razones principales. 1) Cuando se inhala en pequeñas cantidades, la nicotina produce sensaciones de placer que estimulan al fumador a fumar más. 2) Los fumadores suelen volverse dependientes de la nicotina y experimentan síntomas físicos y emocionales (sicológicos) de abstinencia cuando dejan de fumar. Estos síntomas incluyen: nerviosismo, dolor de cabeza, y trastornos del sueño. 3) Debido a que la nicotina afecta la química del cerebro y el sistema nervioso central, puede afectar el estado de ánimo y el temperamento del fumador.

¿Qué hace la nicotina?
En altas dosis, la nicotina es un veneno que puede causarle la muerte a una persona al paralizar los músculos respiratorios. Los fumadores suelen inhalarla en pequeñas cantidades que el cuerpo puede descomponer y eliminar rápidamente. La primera dosis de nicotina hace que la persona se mantenga despierta y alerta, mientras que las dosis posteriores producen un efecto calmante y relajante.

¿Qué es lo dañino del humo del cigarrillo?
El humo de cigarrillo es una mezcla compleja de químicos generados por la combustión (quema) del tabaco y de sus aditivos. El humo de cigarrillo contiene alquitrán, compuesto de más de 4,000 sustancias químicas, incluyendo más de 60 que se sabe causan cáncer. Algunas de estas sustancias causan enfermedades cardíacas y respiratorias que pueden resultar fatales. Algunas de las sustancias químicas encontradas en el humo de cigarrillo incluyen: cianuro, benceno, formaldehído, metanol (alcohol de madera), acetileno (el combustible utilizado en las antorchas) y amoníaco.