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Roberto Vélez y Rodrigo Montealegre
Roberto Vélez y Rodrigo Montealegre

¿Tú speak Spánglish?

Por Sonsoles López
November 2008
Con más de 45 millones de latinos, Estados Unidos es ya el segundo país del mundo, tras México, con más hablantes de español. Según las últimas cifras del censo, se calcula que en todo el país, 35 millones de personas, o alrededor del 12.3 por ciento de la población, hablan español en casa. En los cuatro condados de Dutchess, Ulster, Columbia y Orange en el Valle del Hudson viven más de 100 mil hispanos, y el crecimiento ha sido mucho mayor que la población en general ─30 por ciento en sólo seis años. ¿Y cómo se llevan el español con el inglés?
Si bien es cierto que tanto la inmigración latinoamericana como su alta tasa de natalidad están favoreciendo la presencia del idioma español en los Estados Unidos, sin embargo, con el paso de las generaciones, disminuye el uso del español entre los ciudadanos estadounidenses de origen hispano a favor de la lengua mayoritaria, el inglés.
 

Pero la convivencia entre el español y el inglés (cuyos orígenes se remontan a 1848, cuando México vendió parte de su territorio a este país por 15 millones de dólares), está dando lugar a una evidente fusión cultural: la hispanización de los Estados Unidos y la fuerte anglosajonización de los hispanos, siendo el Spánglish, mezcla de las dos lenguas, un elemento clave, y sin duda alguna un fenómeno lingüístico que se abre paso en Estados Unidos.

Según Alberto G. Llombart, profesor del Instituto Cervantes, el spánglish implica cierto dominio de ambas lenguas y de este modo no sólo es utilizado para compensar deficiencias de competencia lingüística, sino que excluye al hispano que no entiende inglés y al anglohablante que no entiende español, además de poder ser también utilizado simplemente como diversión.


El puertorriqueño Roberto Vélez, profesor visitante de Sociología en Bard, sabe bien lo que sentirse excluido significa y reconoce que cuando llegó a Estados Unidos hace nueve años le molestaba mucho escuchar hablar Spánglish. “En Nueva York, Los Ángeles… se hablaba mucho y yo no lo entendía. No podía participar en él”. Sin embargo ahora, lo ve algo tan natural como parquear su carro, ir de shopping. o chequear el email.

 Spánglish: encuentro de dos culturas

 

Este fenómeno lingüístico no sólo tiene que ver con la lengua y con la necesidad de crear nuevas palabras, sino también, como afirma Ilán Stavans, catedrático de spánglish, profesor de cultura latinoamericana del Amherst College de Massachussetts y autor del diccionario “Spanglish: The Making of a New American Language”, tiene una explicación social. “Hay un tema ideológico más profundo detrás del Spánglish que tiene que ver con la aceptación de la comunidad latina en Estados Unidos. Es tan controversial porque está en la encrucijada de una serie de temas que son tan importantes para este país en este momento, por ejemplo: cómo nos adaptamos a los valores estadounidenses o cómo perpetuamos los valores de nuestras propias culturas”, afirma Stavans.

 

Nacido y criado en Arizona, en la frontera con México, de padres mexicanos, Steven Alday, estudiante de Español y Estudios Latinoamericanos e Ibéricos en Bard, considera que el spánglish es “un sistema que permite que los chicanos puedan mantener sus raíces a la vez que mantienen una identidad personal”.

 

 Entre la amenaza y la evolución

 

Lizzie Graham, hija de padre brítanico y madre paraguaya, estudió en el colegio Americano de Paraguay y vino a Estados Unidos hace dos años para estudiar Economía y Estudios Latinoamericanos e Ibéricos en Bard. Acostumbrada a oír y hablar a diario el Spánglish tanto en el colegio como en casa, considera que éste es incluso mejor que su español o su inglés. “Creo que se podría ver como una amenaza pero por el momento me parece un fenómeno cultural interesante”.

 

Y no es para menos, el impacto del Spánglish, presente también en los medios de comunicación, películas, literatura y música, ha generado numerosas polémicas sobre si el español o el inglés pueden perder su pureza y si el spánglish es un idioma legítimo.

En una reciente entrevista a Nuevo Digital, Gerardo Piña Rosales, presidente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, afirma que el “espánglish” no es un idioma; sino un producto híbrido, una jerga que, digan lo que digan sus defensores, atenta contra dos lenguas universales como son el español y el inglés. Ahora bien, reconoce que es una realidad y que las lenguas son organismos vivos, que se alimentan unas de otras, y se influyen mutuamente. Este mestizaje lingüístico es en el fondo enriquecedor. Pero el rasgo definitorio del spánglish es su pobreza de léxico, de sintaxis. “Una vez más, añade Piña Rosales, aplaudir a quien lo utiliza (porque no es capaz de hablar ni español ni inglés con soltura) es condenarlo al gueto. Y una vez más: a mayor nivel educativo, menos espánglish”.

Mientras, Ilán Stavans, (1961), nacido en México en el seno de una familia judía, lo presenta como “nuevo idioma”, producto de la creatividad de un sector demográfico en transición entre culturas y lenguas. “Hay puristas que dicen que el spánglish es una prostitución del idioma, una aberración”, afirma Ilán Stavans, “Pero para nosotros es algo habitual. En última instancia nace de la necesidad. No es otra cosa que el resultado de tratar de adaptar una cultura a la otra, como el jazz”.

Rodrigo Montealegre, estudiante de Cine en Bard, creció viendo la televisión en español e inglés y se educó en escuelas bilingües, está convencido de que toda lengua es fruto de la relación que hay entre la gente, por lo que el spanglish no es sino una evolución natural. “Todas las lenguas se transforman”, afirma Rodrigo, quien tiene ciudadanía norteamericana ya que sus padres se encontraban trabajando en este país cuando él nació, pero que desde los cuatro años vivió en la República Dominicana. Para él, “el cambio, al igual que la estabilidad, es parte de la vida”.

 

Las voces del futuro

Uno de los grupos más influyentes en el desarrollo del Spánglish y que más ha contribuido a su popularidad es el de los jóvenes, especialmente los que llegaron a Estados Unidos siendo niños y que lo utilizan como jerga.

La estudiante Rosana Zarza, de padre español y madre estadounidense, se crió hablando español pero cuando se mudó con su madre y su hermana a los EEUU (primero al estado de Nueva York y luego a Williamstown, Massachusetts) siendo niña se acostumbró a hablar en inglés. Ahora que tanto su hermana como ella son mayores y dominan ambos idiomas hablan en uno u otro indistintamente. Nos expresamos usando las palabras y frases que mejor explican lo que estamos pensando. No nos damos cuenta en qué lengua estamos hablando — sólo hablamos.”, afirma Rosana.

Steven, acostumbrado a hablar en Spanglish con sus amigos ecuatorianos y chicanos de Arizona y con su padre, asegura no ser consciente cuando habla Spánglish; al igual que Rodrigo, que considera que la pregunta no es con quién lo habla sino “con quién lo debo tratar de dejar de hablar”, y reconoce que “a veces me salen palabras inventadas”.

La evolución del Spánglish está llena de incertidumbres, ¿se trata de una jerga temporal? o ¿se convertirá con el tiempo en la lengua de los hispanos de Estados Unidos? Por ahora, este fenómeno lingüístico no deja de ser una prueba fehaciente de la creatividad lingüística, crecient


¿En qué consiste el Spanglish? ¿Cómo se usa el Spanglish?
Según el profesor Ilán Stavans, estos son los tres ejemplos más comunes:
1. Cambio de códigos. Cuando el interlocutor cambia, muchas veces inconscientemente, de un idioma a otro en la misma conversación.
Ejemplo: «Tengo que pick up a mi hija del daycare» (tengo que recoger a mi hija de la guardería).

2. Pensar en un idioma pero comunicarse en otro.
En este caso, el hablante trata de ser fiel a un idioma, pero termina usando palabras que se escriben o suenan semejante pero tienen significado distinto. Es decir, su manera de construir frases se basa en una lengua mientras habla otra.
Ejemplo: «Te llamo para atrás» (te llamo luego, del inglés call me back).

3. Inventar palabras.
Uno de los aspectos del espanglish que más ha generado controversia es la creación de nuevas palabras, principalmente a partir de verbos y términos tecnológicos.
Ejemplo: «Voy a vacumear la carpeta» (voy a aspirar la alfombra) o dragear algo en vez de «arrastrarlo».
Fuente: Leslie Froelich, Mundo Hispánico
 




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