Y ya llegó septiembre, y aunque pase y me asome un ratito por el famoso lugar común, lo tengo que decir: ¡qué rápido pasa el tiempo! Sí, se nos acabó el verano, y con él las vacaciones para los que las tuvieron y pudieron disfrutarlas. ¿Pero quién ha dicho que el trabajo no se puede disfrutar? Conozco mucha gente que por momentos, al menos, sí disfruta de su trabajo. ¿Por qué lo disfrutan? Bueno, digamos que no todos hacen exactamente lo que quieren, o cumplen su sueño de toda la vida, sino más bien, han aprendido a vivir cada momento que les toca con alegría y curiosidad.
Parece que septiembre, además de traernos trabajo, me puso filosófica. Y es que no sólo enero es un buen momento para volver a plantearse metas en lo profesional y personal. El mes en que empieza el otoño también marca el comienzo de las clases, un nuevo año académico. Clases para los niños, jóvenes y no tanto, que vuelven al colegio después de unos meses de mucho calor y piscinas. Ahora hay que ponerse las pilas, como dicen en mi pueblo.
A ver. En septiembre festejamos en los Estados Unidos el Mes de la Herencia Hispana. Montones de eventos y anuncios publicitarios así nos lo sugieren, nos lo imponen diría. Pero en vez de quejarnos, propongo que nos aprovechemos de este foco de atención ahora puesto en nosotros, los hispanos. Sí, probablemente ya lo sabe, la fecha fue elegida por el Congreso de los Estados Unidos en 1968 para coincidir con las celebraciones patrias de México, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. Después el presidente Reagan lo extendió a un mes enterito, del 15 de septiembre al 15 de octubre.
¿Cómo es eso de aprovecharse? Según el Centro para el Desarrollo Internacional, “en el transcurso de la historia de los Estados Unidos, muchos grupos de personas han llegado desde distintas partes del mundo y han ayudado a construir la nación que tenemos hoy en día. Al celebrar el Mes de la Herencia Hispana aprendemos de otras culturas, abarcando la maravillosa variedad de personas que forman nuestro país, convirtiéndolo en microcosmos del mundo. El Mes de la Herencia Hispana nos recuerda que la Herencia de las personas es algo que debe ser reconocido, valorado, celebrado y compartido”. Muy bien dicho, en especial lo de reconocido y valorado.
Lástima que nuestros políticos parecen no entender esa última parte. ¿Se dio cuenta que a esta altura del año electoral cada vez se habla menos de la reforma inmigratoria? Por lo menos desde los medios en inglés pareciera que están haciendo mutis por el foro. ¿Y qué nos queda? Como decía Gabriela Pragman en el número anterior: nos queda votar, que no es poco. Si puede, regístrese y vote; si no para estas elecciones, para las siguientes entonces, pero empiece su trámite de ciudadanía ya.
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