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Oaxaca: ¿será posible una nueva democracia?

February 2007
El conflicto en Oaxaca parecer tener una fecha de inicio: el paro comenzado por los maestros en mayo de 2006 por un aumento salarial. Pero las raíces del problema son más fuertes y la ansiada solución es más política que económica. Desde la creación de la APPO (Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca), cada vez más personas se unen a la lucha donde no está tan en juego el futuro de la educación pública, sino la renuncia del gobernador Ruiz, acusado de fraude y corrupción, y el sueño de un estado democrático.

Estuve en Oaxaca de Juárez, Oaxaca (en el sur de México) entre abril y mayo del año pasado a través de un programa para estudiar ciencias políticas y derechos humanos en el extranjero. Me gustó mucho Oaxaca ―una ciudad muy bonita y muy viva, con una mezcla de gente muy diversa, de tradiciones indígenas, del colonialismo y de la influencia del turismo― pero Oaxaca es también un estado que tiene muchos problemas con la democracia.

 

Aprendí sobre la situación del estado en la universidad llamada Unitierra. Aprendí que Oaxaca es uno de los tres estados más pobres de México (con Chiapas y Guerrero). Mucha gente no tiene electricidad o agua potable.

 

Oaxaca tiene la población indígena más grande de todos los estados de México:70%. Es más que Chiapas, de donde vienen los Zapatistas, el famoso grupo que lucha por los derechos de los grupos indígenas de la jungla de Lacandon en Chiapas. La historia de México está llena de discriminación contra los grupos indígenas: 500 años de represión, desde la colonia.

 

Los oaxaqueños tienen también problemas con el gobierno. Ulises Ruiz Ortiz fue elegido en 2004 de manera fraudulenta. Ruiz Ortiz pertenece al Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido que ha tenido el poder en Oaxaca desde de la Revolución mexicana de 1910. 

 

Ruiz es muy corrupto. Consiguió dinero para los proyectos públicos en Oaxaca pero lo entregó a su amigo y candidato presidencial por el PRI, Roberto Madrazo. Ruiz es también muy represivo. Las organizaciones de derechos humanos dicen que él facilitó el asesinato de 37 líderes de organizaciones sociales e indígenas en los primeros 18 meses de su mandato.

 

En mayo del año pasado, cuando los maestros comenzaron su huelga (como los 25 veranos anteriores) y no se fueron de su plantón en el Zócalo de Oaxaca porque el gobierno no escuchó sus demandas, Ruiz decidió desalojar a las 30.000 familias del centro con 3.000 policías del estado el 14 de junio. Pero la gente se unió y Ruiz no tuvo éxito. Muchos pueblos y grupos sociales e indígenas se unieron para crear la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) el 17 de junio, y continuó la lucha para hacer caer Ruiz y legalizar el APPO como gobierno del estado de Oaxaca.

 

Un gobierno nuevo liderado por la APPO

 

El 11, 12 y 13 de noviembre 3.000 representantes del pueblo de Oaxaca —todos los pueblos del estado, los maestros, las mujeres, los indígenas, hasta los taxistas— mantuvieron reuniones para decidir cómo debería ser el gobierno.

 

El nuevo tipo de gobierno del APPO es uno que no deje el poder en manos de una sola persona, sino a todos los ciudadanos para que puedan mostrar su autodeterminación para ayudarse y crear su propio estado.

 

En el estado que sueña APPO, todos los pueblos del estado tienen una asamblea para sí mismos, y estas forman una red. Todas las asambleas tienen un asiento en la gran asamblea del estado y los maestros, las mujeres, indígenas, y aun los presos políticos también.

 

Los consejeros de la Asamblea (los líderes elegidos por los ciudadanos) no reciben dinero por su trabajo, y no son líderes clásicos—es solamente la voz de la gente, personas que cuidan las necesidades de los ciudadanos de Oaxaca. Es un concepto muy indígena y muy importante en Oaxaca, un estado donde 420 de 517 pueblos son municipios con un gobierno basado en los usos y costumbres, en que la comunidad es muy importante y en que estar en el gobierno es un privilegio decidido por todos los ciudadanos.

 

Oaxaca es un estado donde la gente clama ¡ya basta! a los problemas políticos y económicos y por eso quieren crear un nuevo estado solamente para ellos, y no para el poder de pocos políticos. El APPO no es legal en este momento, y los activistas temen una represión muy fuerte de parte de la policía, pero la lucha continua. Ellos luchan por el derecho de decidir sobre su vida por sí mismos, y son una inspiración para el mundo.

 

Para más información, visite www.oaxacalibre.net.

Para donativos, visite www.firstgiving.com/unitierra.



 
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