Los Niños del Hombre

La razón es lo de menos. Lo más importante será sobrevivir: tal parece que el terrorismo, la sobrepoblación y la escasez del agua y la progenie despertarán una violencia desenfrenada a escala global y acabarán con toda civilización. Si hemos de creer a la tele del futuro, solo Gran Bretaña se mantendrá en pie cerca del año 2027 (año y lugar donde se desarrolla la historia), aunque un gobierno fascistoide y diversos grupos armados harán que sus habitantes vivan en estado de Y2K permanente. 

La intensidad es la norma en el film: cada escena muestra bombazos, asaltos, matanzas, levantamientos y persecuciones, en ese orden de aparición; además, las tomas son hechas con la cámara al hombro, de modo que sentimos que chocamos los codos con los protagonistas a todo momento. En este ambiente acompañaremos a una joven indocumentada, Kee (Claire Ashitey), en su lucha por sobrevivir y dar a luz en paz. El hecho de que ella haya sido bendita entre todas las mujeres con el único embarazo en 18 años la hace ser codiciada por todas las organizaciones armadas del mundo existente, y esto pone en peligro a su misma vida, pues algunos están dispuestos a matar a la gallina de los huevos de oro con tal de hacerse del bebé. Afortunadamente Kee es escoltada durante todo su viaje por Theo (Clive Owen), un San José cínico que se resigna a asegurar que Kee y su vástago estén a salvo y renueven la esperanza en los hombres.

Ve al cine y corrobora si Theo logra su acometido. Esta película te hará reír con un melenudo Michael Cane; saltar de emoción a fuerza de persecuciones, estallidos y balazos; y sobretodo valorar la vida y los derechos de cada persona, en particular los de aquellos que no tiene voz ni voto (los inmigrantes indocumentados y quienes están por nacer).