Opinión

Cuba: La vida sigue igual

April 2008
Entre bombos y platillos se anunció al mundo que a Cuba ahora la va a gobernar Raúl Castro. Mientras desde cada sector se hacen apuestas de cómo se desarrollará el ansiado cambio, en la isla la vida sigue siendo difícil.

Han transcurrido cuarenta y nueve años desde que en enero de 1959 Fidel Castro asumiera las riendas de la nación cubana, dando así inicio a la revolución más radical que haya tenido lugar en América Latina en los últimos siglos. Revolución que ha transformado las estructuras y relaciones sociales, políticas y económicas de Cuba mediante una centralización de poder sin precedentes y un férreo sistema de propiedad estatal.

Si bien en el campo económico se muestran retrocesos, los éxitos en su política por establecer una distribución más justa de los recursos del país y un sistema general y gratuito de educación y salud pública le han granjeado el apoyo de no poca parte de la población y de la opinión pública internacional, sobre todo en los países del llamado Tercer Mundo.
 
Un nuevo gobierno asumió el poder este pasado 24 de febrero encabezado por Raúl Castro, acompañado por la vieja generación del Partido Comunista de Cuba y las Fuerzas Armadas. En su primer discurso, Raúl Castro anunció la necesidad de luchar por aliviar las penurias del pueblo, levantar paulatinamente las innumerables prohibiciones que dificultan desde hace muchos años su vida cotidiana y buscar fórmulas para hacer más eficiente y rentable el aparato económico del país. Otros métodos, otras posibilidades, pero siempre dentro del estrecho margen del socialismo a la cubana.
 
Ese sistema hoy se tambalea. La distribución ya no es tan justa. El futuro mejor prometido a lo largo de estos 49 años no se vislumbra. La juventud se cuestiona su eficacia y clama por cambios. Pero no nos llamemos a engaño, esos cambios por los cuales se clama son de forma y no de contenido.
 
En medio de este panorama, juega un papel primordial, estratégico, la lucha ideológica que el gobierno cubano ha mantenido contra la política de embargo que los gobiernos norteamericanos han mantenido contra la isla durante casi medio siglo. Una inteligente y tenaz propaganda anti-norteamericana ha forjado la imagen de que esa actitud del gobierno de Estados Unidos sólo persigue la destrucción de las conquistas que más atesora la población: vivienda, salud y educación.
 
Como resultado, muchos cubanos honestamente piensan que la permanente escasez y la no llegada nunca del futuro mejor prometido a lo largo de todos estos años no se debe a desaciertos del propio sistema, sino que son consecuencia directa del embargo, aun cuando hoy por hoy la mayor parte de los alimentos que Cuba importa proviene de productores norteamericanos.
 
Llegó la hora, una vez más, de que el gobierno estadounidense cambie drástica e irreversiblemente su política hacia Cuba y deje de lisonjear a la minoría más retrograda del exilio cubano en Miami a cambio de votos. De una política de cañoneras debe ir a la apertura total. Tienen mucho que ganar y poco que perder.
 
Levántese el embargo comercial y financiero. Permítanse los viajes de sus ciudadanos y las visitas regulares de los cientos de miles de exiliados que viven en Estados Unidos. Acéptese que a la Cuba de ayer no hay retorno. ¿Es eso mucho pedir? Sin el embargo y con cientos de miles, quizás millones, de visitantes norteamericanos pululando por las ciudades y campos de la isla se pondrá punto final a la imagen que la propaganda oficial cubana ha creado de los Estados Unidos. Cuando llegue el momento, se derretirá como un muñeco de nieve expuesto al calor tropical.
 
No obstante, tengo pocas esperanzas. Poca esperanza de que los cambios prometidos por el actual gobierno de Cuba mitiguen la pobreza generalizada del cubano y su forma de vida. Poca esperanza de que el gobierno norteamericano acepte el clamor de los cubanos de la isla, y de sus casi dos millones de exiliados, y levante el embargo y la prohibición de viajes.
 
Quisiera estar equivocada. Quiero soñar con una Cuba mejor. Hago votos porque la vida no siga igual.

 

Liz Anet Jiménez es cubana y actual residente del Valle del Hudson.



 
back to top

COPYRIGHT 2008
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson

 

Comments

Comentario: Liz Anet Jimenez, ¿eres tu la misma que estudio en la escuela Gustavo y Juaquin Ferre ?
Posted: 1/19/2012