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Recuerdos de...

Ecuador a caballo

May 2008

Me parece que la economía de Ecuador ha mejorado mucho desde mis primeras vacaciones a este país hace 15 años. Ahora, el aeropuerto es moderno, hay mucho tráfico y los coches son más grandes y más nuevos. La gente en Quito está vestida a la moda, y en el centro, las calles de Quito están bien iluminadas durante la noche. En el campo, alrededor de algunas haciendas antiguas, hay comunidades construidas para jubilados de Europa y los Estados Unidos. Un ejemplo más es la pequeña empresa que ha contribuido a la economía de Ecuador por once años, Ride Andes.

Mucha gente tiene un sueño „Ÿel de crear un negocio provechoso para sus intereses, pero pocos tienen el valor de dar el salto. Sally Vergette es alguien que lo ha dado. Dos meses después de sus vacaciones en Ecuador, Sally dijo adiós a su carrera en la industria de perfumes en París, cambió sus tacones altos por botas de montar, asistió a clases de español y entonces voló a Sudamérica.

 

En ese momento, ella no sabía que Ride Andes sería el negocio que establecería en Ecuador, también con viajes a Argentina, Chile y Uruguay. ¿Entonces, cómo pudo exactamente una muchacha de una granja de Inglaterra, jinete campeona de montar a mujeriegas, hacerse guía de cabalgatas con grupos de caballos salvajes a 13,000 pies sobre el nivel del mar a través de los altiplanos de Cotopaxi, el más alto volcán activo en el mundo?

 

“En 1995, eché una moneda entre Ecuador y Mongolia para pasar mis vacaciones”, recuerda Sally, de 42. “Ecuador ganó. Descubrí que me encantaban las haciendas elegantes y me llevé muy bien con la gente. Allí conocí  al dueño inglés de la Hacienda Cusín y él me ofreció una posición administrando y desarrollando sus establos. En verdad, después de seis años, ya estaba un poco aburrida con Francia „Ÿel clima, la contaminación, el vestuario y el maquillaje, la feroz competitividad de la vida moderna. Pero esperé dos semanas después de mis vacaciones para ver si volver a Sudamérica me seguía interesando. Entonces acepté su oferta de empleo y nunca más miré atrás”.

 

Tan audaz como su propia mudanza, Sally se describe a sí misma como poseedora de “una personalidad dominante”. Rápidamente, tuvo otro trabajo: crear agencias de viajes en Sur y Centroamérica. En su tiempo libre, entrenaba caballos a la vez que crecía su reputación por su conocimiento y el cuidado de caballos.

 
 El segundo gran salto
 

Mientras entrenaba a los caballos, descubrió calzadas y caminos de tierra con posibilidades de guía turística. Ya con conocimiento de la industria del turismo, Sally, otra vez, dio un salto al vacío y creó Ride Andes. 

 

Con su ética de trabajo fuerte como un caballo y un título en economía, Sally es una formidable mujer de negocios. Describirla como súper organizada es muy poco. Como en cualquier otro nuevo emprendimiento, hubo algunos obstáculos. “Para crear mi negocio no necesité mucho dinero”, explica Sally, “y mucha gente estuvo dispuesta a alquilarme sus caballos porque tenía una reputación de excelente cuidadora de caballos”.

 

Como extranjera, sin embargo, Sally necesitaba tener un socio ecuatoriano para poder crear su negocio. Así que el dueño de la agencia de viajes hizo un convenio con ella como socio. Según Sally, en Ecuador no hay inspecciones, contabilidad o licencias y casi cualquiera puede tomar unos caballos, anunciar tours y abrir una tienda. Pero ella es una mujer fuerte cuando cuida de sus huéspedes y animales si es necesario.  

 

“Empecé con un plan de negocios con metas a corto, mediano y largo plazo”, sonríe Sally. “Muy pronto, salieron volando por la ventan por ser metas irrealistas”.

 

“He aprendido a controlar todo yo misma: alimentación, irrigación, reservaciones a hoteles y aerolíneas. He aprendido a confirmar y re-confirmar. He aprendido a planificar varios meses por adelantado cuando hago los pedidos, como gasolina para las camionetas, alimento para los caballos, sus herraduras y clavos, y hasta los tenedores de plástico. No hay tenedores de plástico en diciembre cuando todo el mundo está en fiestas. He aprendido a tener siempre un plan alternativo”.

 

Los planes y organizaciones detrás de escena también incluyen: dar la bienvenida a los huéspedes en el aeropuerto, preparar y congelar las cenas para los viajes al campo, comprar los alimentos para los almuerzos al aire libre, lavar frutas y despertar a los trabajadores. La única regla que no pueden romper es nunca maltratar a los caballos.

 

Muchos detalles y buena tecnología

Y hay otros problemas logísticos cuando hay que armar los turnos de los paseos. Por ejemplo, Sally tiene que considerar los paisajes, tiempo en la silla, agua para los caballos, habitaciones para los huéspedes, los caballos y sus trabajadores, evacuaciones de emergencias para los huéspedes y alimento para la gente y los caballos. A veces también, la flexibilidad juega un papel importante cuando los dueños de las tierras por donde pasan cambian y no les permiten el paso.

 

Por sugerencia de sus huéspedes, Sally ha desarrollado nuevos viajes a otros países. Usando como modelo su negocio de Ecuador, Sally ha creado viajes a Argentina, Chile y Uruguay. Ahora aprovecha los climas y estaciones diferentes del hemisferio sur para ofrecer viajes a caballo y excursiones culturales por el año. El próximo viaje será a Oaxaca, México.

 

Ride Andes no existiría sin la tecnología de hoy: celulares, operaciones bancarias a distancia e Internet permiten que Sally trabaje virtualmente donde quiera. Usa su computadora portátil y celular cada noche y cada mañana. Su página web, www.rideandes.com, es su único aviso „Ÿademás de la publicidad boca a boca, unas pocas agencias en los Estados Unidos e Inglaterra, y algunos libros de viajes al Ecuador.

 

Hoy, su éxito existe de muchas maneras. Recibe llamados de chagras (vaqueros de Ecuador) que le piden información sobre cómo cuidar a sus caballos. Hay nuevas haciendas que la llaman para ver si hay una posibilidad de ser parte de sus viajes. Hoy hay hombres que buscan su consejo para sus establos, presupuestos y caballos. Hay dueños de caballos que ahora usan un dentista para caballos gracias a ella y por supuesto, hay clientes satisfechos, jinetes que vuelven y que le envían “correros electrónicos agradables”.  

 

Da crédito a sus caballos bien disciplinados. Y es que su meta es hacer que los jinetes se sientan seguros y cómodos en el mundo que ella ha organizado por su placer de montar.

 
 

* Traduje con la ayuda de mi clase de español en Ulster BOCES: Marta, Babette, Michele y Anita y, por supuesto, nuestro maestro, Javier Crespo.          

 

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