El costo de la guerra de Irak en disputa

Si para muchos es difícil gastar 16.129.000 dólares por cada hora del día, el gobierno no se preocupa ni un poquito. De hecho, por luchar en la guerra de Irak el gobierno de los Estados Unidos ha gastado un promedio de 387 millones cada día desde que la guerra comenzara el 20 de marzo de 2003. Esa suma alcanzaría para reconstruir todas las escuelas del país, o para sostener la seguridad social por 75 años. 

La guerra de Irak tiene otros costos que no sean monetarios, como el sufrimiento humano y el surgimiento de movimientos de insurgentes, aunque ahora me enfocaré sólo en las cifras. El número de la suma total está en disputa. Algunos en el Departamento de Defensa afirman que será cero. Otros, como el ganador del premio Nobel en economía, Joseph Stiglitz, predicen que llegará a más de tres trillones; es decir, tres mil billones, o $3.000.000.000.000 

El célebre economista Joseph Stiglitz estuvo en la Universidad de Bard para hablar de su estimación del precio de “nuestra aventura Iraquí”, y para promover su libro nuevo “La Guerra de los Tres Trillones de Dólares”. Stiglitz es un hombre famoso. Además de ganar un premio Nobel, trabajó con el ex presidente Bill Clinton en su Junta de Consejeros Económicos, y ahora es profesor en la prestigiosa Universidad de Columbia.   

En una voz tartamudeante repasó para el público, que rebosaba del auditorio, los puntos principales de su libro. Nunca dio una formula que ascendía a los 3 trillones. Pasó la mayoría del tiempo criticando al gobierno. Dijo por ejemplo:

Además de despotricar contra el presidente Bush, presentó ideas desde una perspectiva económica. Destacó la política paradójica de tercerización a través de contratistas privados para suplementar la fuerza militar, por la que se presentaron varios problemas. Por ejemplo, los soldados más talentosos salen del Ejército para trabajar con los contratistas que les pagan cuatro veces más. Por eso, el gobierno se ha visto forzado a aumentar los salarios y brindar altísimas bonificaciones, como $150.000, para mantenerlos en sus filas. En efecto, Stiglitz dijo, el Ejército esta compitiendo contra si mismo. 

Stiglitz también se opone a la contabilidad del Departamento de la Defensa y el Congreso. Esconden los gastos mas básicos bajo proyectos de ley llamados “asignaciones de emergencia”, que constan de 24 hasta el presente. Por lo tanto no es fácil conocer el gasto real. Además, el gobierno ha pedido prestado billones de dólares de otros países, aumentando la deuda nacional de 5.7 trillones al principio del mandato de Bush a los 9.4 trillones actuales (un aumento diario de 1.6 billones).  

Es verdad que los costos citados por el gobierno no toman en cuenta los billones que serán exigidos por los veteranos heridos, el interés exigido por los países prestamistas y el costo de la salida. ¿Pero cuesta 3 trillones en serio? Stiglitz ataca al Congreso, al presidente y al Departamento de la Defensa con tanta ferocidad que es necesario preguntarse si presenta hechos u opiniones.

Por ejemplo, atribuye 370 billones de la suma total de 3 trillones al concepto vago de “el costo para la economía” de los soldados muertos. El origen de tal número es un misterio. Más, atribuye 1.9 trillones al concepto aún mas vago de “impacto macro-económico”. Este supuesto representa el costo a la economía en cuanto al dinero que habría podido invertir en otros sectores económicos. 

Hay muchas estimaciones del costo de “nuestra aventura Iraquí” de las cuales la de Stiglitz es una. Quizás el costo no ascienda a los tres trillones o quizás los sobrepase. De todos modos, para nosotros sería responsable considerar las deudas potenciales del futuro antes de seguir endeudándonos hoy.