Casi una década de solidaridad: nuevo liderazgo en UIDN
Por KellyAnne Mifflin
November 2025La Red de Defensa de Inmigrantes de Ulster (UIDN, según sus siglas en inglés) comenzó en el 2017 en respuesta a una urgencia del momento. En las palabras del Padre Frank Alagna, uno de los fundadores de UIDN: “Nadie debería vivir con miedo por el lugar donde nació, por los documentos que posee, o por el idioma que habla”. Desde Kingston, este esfuerzo se expandió hasta convertirse en una red de 400 voluntarios que ofrecen apoyo legal, alimentos, transporte y compañía a más de 4000 familias inmigrantes. En 2025 Alagna se despide dejando un legado de solidaridad, y la organización inicia un nuevo capítulo con la llegada de su primer director ejecutivo, el abogado de inmigración, Víctor Cueva.
Desde sus inicios, UIDN funcionó menos como institución y más como coalición. Alagna recordó en su carta de despedida que la red “nunca fue un proyecto de una sola persona ni la misión de una sola institución”. Fue, más bien, una amplia respuesta comunitaria, unidas por el deseo de apoyar a sus vecinos inmigrantes.
Oriundo del condado de Ulster, Daniel Woodham uno de los dos trabajadores de casos de UIDN desde hace cuatro años, explicó lo que hacen con la comunidad inmigrante: “Tenemos una despensa de alimentos semanal. Conectamos a las personas con abogados de inmigración y otros abogados para asuntos legales. Los voluntarios ayudan con transporte a citas médicas y a la corte, intervenimos en escuelas cuando hay problemas con familias, ayudamos a encontrar nuevos apartamentos, a instalarse, proveer interpretación y a conseguir muebles básicos”.
María Espinal, quien primero se integró como voluntaria, y ahora trabajadora de casos a tiempo parcial, recalcó el ángulo personal: “Yo misma soy inmigrante. El trabajo de UIDN es fundamental para mí y para mi propia trayectoria de vida”.
Considerando necesidades culturales y lingüísticas
La comunidad inmigrante del condado de Ulster es diversa, con un número significativo de hablantes de Q’eqchi’, una lengua maya de Guatemala y Belice. En los primeros años, el acceso al idioma fue un desafío. Con el tiempo, la red reclutó voluntarios capaces de interpretar entre q’eqchi’, español e inglés, asegurando que las familias pudieran comunicarse sin ser malinterpretadas o ignoradas.
Woodham expandió sobre los servicios de interpretación disponibles: “Actualmente puedo ofrecer francés al inglés, español al inglés, un poco de q’eqchi’. María puede traducir del español al inglés. Y en la comunidad tenemos voluntarios que pueden traducir del q’eqchi’ al inglés, del q’eqchi’ al español y del español al inglés. Algunos voluntarios dominan otro idioma más, pero eso son los principales”.
Para las familias, esto marca una diferencia concreta. Una señora de la comunidad q’eqchi’ contó su experiencia. “Estaba pasando por tiempos muy difíciles y recurrí a ellos [UIDN] cuando buscaba una consulta con un abogado y también cuando estaba muy corta de dinero para pagar la renta, me ayudaron”. También señaló lo fácil que es no poder darse a entender o recibir un trato distinto cuando no hay acceso a los recursos apropiados: “Estoy agradecida de hablar inglés pero, ¿qué hubiera sido de mí si no lo hablara?”
Apoyando durante una situación política inestable
María Espinal señaló los talleres de preparación familiar que UIDN organiza como respuesta a la creciente actividad de ICE. “Le estamos pidiendo a un papá o a una mamá que piensen en quién cuidaría de sus hijos en caso de que, Dios no lo quiera, no regresen a casa esa noche. Es un tipo de conversación que nunca debería ser necesaria, pero que hoy es urgente”.
Los cambios presupuestarios también impactan los servicios disponibles. Espinal contó que varias organizaciones que ofrecían asesoría legal gratuita han cerrado, por lo que UIDN intenta cubrir esa vacante con recursos limitados. La organización respondió con sesiones de Conozca sus derechos y con nuevas alianzas con abogados.
Sin embargo, el clima político ha motivado a más voluntarios. “La cantidad de personas que vienen como nuevos voluntarios casi se ha duplicado desde las elecciones”, dijo Woodham. “Y no se está frenando. El condado de Ulster sigue bajo una orden ejecutiva, establecida por el ejecutivo anterior Pat Ryan, de 2019, que indica a las agencias locales a no pedir ni compartir información migratoria, y también prohíbe a los agentes de inmigración el utilizar propiedades del condado sin una orden de un juez.
Cambio de liderazgo
En septiembre, el Padre Frank Alagna anunció su retiro del liderazgo de la organización y aplaudió a los “voluntarios, cientos de ustedes a lo largo de los años, y ahora ya 400, han sido la savia vital de esta red. Los he visto empacar abrigos en sus autos, ofrecer habitaciones en sus casas, desvelarse para ofrecer consuelo y esperanza”.
En una entrevista con La Voz, Alagna recalca la importancia de la colaboración y el trabajo comunitario, y los riesgos de su ausencia, “Las burbujas de aislamiento del día de hoy no son efectivas para crear un mejor mañana”. Con los años, UIDN ha dependido del apoyo comunitario, y de su resiliencia. En su carta de despedida espera “que continúe el trabajo. Que las bienvenidas sean cada vez más grandes. Y que nunca olvidemos que la medida de nuestra humanidad no se encuentra en cómo tratamos a los poderosos, sino en cómo honramos al prójimo extranjero en nuestro medio”.
Víctor Cueva: Retornando a sus raíces
El abogado de inmigración Víctor Cueva aporta tanto experiencia profesional como personal a la posición de Director ejecutivo de UIDN. Nacido en Lima, Perú, llegó a Estados Unidos a los once años. “Viví diez años indocumentado en este país. Esa experiencia, vivir con el temor a la deportación, me motivó desde muy joven a ser abogado de inmigración”, recuerda. Tras estudiar en SUNY Ulster, SUNY Albany y la Facultad de Derecho Cardozo, Cueva inició su carrera en el 2015 con el programa Immigrant Justice Corps. Recientemente dirigió ese mismo programa, supervisando a más de 200 abogados jóvenes en todo el país, lo que considera un círculo completo en su trayectoria.
A pesar de ese rol nacional, Cueva se sintió atraído de nuevo al Valle del Hudson, donde aún viven sus padres y donde se estableció al llegar del Perú. En sus primeros días en UIDN, esa necesidad quedó clara. Durante una reunión de la junta directiva, llegó la noticia de un arresto de ICE en Kingston. Cueva acompañó a un trabajador social para apoyar a la familia. “Me recordó por qué empecé, para llevar conocimiento legal y experiencia personal a las personas en el momento en que lo necesitan”.
Prioridades y visión
El objetivo inmediato de Cueva es sostener los programas existentes de UIDN con una recaudación de fondos más sólida. Como primer empleado a tiempo completo, ve necesario estabilizar el presupuesto y aumentar la capacidad antes de expandirse. Eso incluye buscar subvenciones y relaciones con fundaciones, además de continuar dependiendo de las donaciones comunitarias sin depender del apoyo federal que puede ser inestable.
A largo plazo, el primer director de UIDN quiere establecer un servicio legal de inmigración a tiempo completo dentro de la organización. Un programa así llenaría un vacío local, ya que muchas familias deben viajar a Nueva York o a Albany para representación legal.
También busca formalizar el enfoque holístico de UIDN. Actualmente, gran parte del apoyo (como transporte, donación de muebles, traducciones) depende de voluntarios e irregular. Con más fondos, espera crear puestos dedicados a la gestión de casos, trabajo social e incluso tutorías educativas para jóvenes inmigrantes en escuelas locales.
“Si el dinero no fuera un problema”, dijo Cueva, “me encantaría que UIDN se convirtiera en el centro de servicios para inmigrantes en el condado de Ulster: un lugar donde las familias sepan que pueden encontrar ayuda con alimentos, vivienda, asuntos legales y más”.
Continuar con la labor
La transición es tanto emotiva como esperanzadora. Daniel recuerda un momento especial: “Una madre me dejó a su bebé mientras iba al baño. Entré con la bebé donde estaban los voluntarios y fue como si hubiera traído luz al lugar. Todos querían ver a la beba. Esos momentos hacen que todo valga la pena”.
El futuro de UIDN, como su pasado, dependerá del apoyo comunitario. El padre Frank cerró su carta con gratitud y un llamado a la acción: “Me voy sabiendo que la obra no está terminada, pero también sabiendo que la base es sólida. UIDN seguirá siendo un santuario de resistencia y refugio, un faro de bienvenida y justicia”.
Contacto:
ulsterimmigrantdefensenetwork.org
Línea de ayuda: (888) 726 7276
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