Hace unos días estuve en Albany, la sede del poder estatal, para conversar con varios grupos de activistas, miembros de la comunidad y hasta representantes, que se dieron cita para luchar por los derechos de los inmigrantes. Específicamente buscaban que se apruebe lo antes posible un proyecto de ley llamado New York for All, la ley de Nueva York para todes (A3506, S2235).
Según los proponentes, como NYCLU, NYIC, CCSM, Make the Road NY y otros, Nueva York para Todes establecería límites razonables y uniformes a la capacidad de los gobiernos locales para conspirar con ICE y BP. Los agentes del orden tendrían prohibido utilizar recursos públicos para hacer cumplir las leyes federales de inmigración, las agencias gubernamentales no podrían compartir información confidencial con ICE ni BP, y las autoridades de inmigración no podrían acceder a áreas no públicas de propiedad gubernamental sin una orden judicial. Yambién prohibiría los acuerdos 287(g) que delegan a agentes locales para actuar como agentes de ICE y garantizaría que las personas detenidas conozcan sus derechos al enfrentarse a las autoridades de inmigración.
En una carta a la líder de la mayoría del Senado, Andrea Stewart-Cousins, y al presidente de la Asamblea, Carl Heastie, concejales y otros representantes de ciudades y pueblos de todo el estado escribieron que “muchos neoyorquinos nacidos en el extranjero viven con el temor constante de que tareas cotidianas como llevar a sus hijos a la escuela o llamar a los servicios de emergencia cuando lo necesitan resulten en arresto y deportación. Este temor se ve agravado por la realidad de que, en muchas partes de Nueva York, las fuerzas del orden y otras agencias gubernamentales locales se confabulan abiertamente con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE.UU. (ICE) y la Patrulla Fronteriza de EE.UU. (BP) para perseguir a personas por presuntas violaciones de la ley civil de inmigración”. Y que “la legislatura de Nueva York sigue rezagada respecto a estados como Illinois, Colorado, California, Nueva Jersey y Washington, que han estado a la altura de las circunstancias y han aprobado leyes similares” a la propuesta Nueva York Para Todes.
Guillermo Maciel, un granjero del norte del Valle de Hudson, hijo de emigrantes, me contó que “desafortunadamente yo también sé qué se siente perder un padre a la deportación, eso es muy duro y por eso estamos aquí”. Todos a su alrededor ya conocen sus derechos, tienen un plan en caso de encuentros con migración en la casa, en la calle, o en el trabajo, y a pesar del temor, siguen trabajando para dar el pan a la familia. Por eso, “para nosotros es muy importante darles un poco de aliento a todos los trabajadores que están allá, darles más seguridad y la esperanza de que Nueva York para todes pueda ser como una protección adicional”.
Nelson Andino, explicó que fue a Albany para que “Nueva York se ponga sus botas a trabajar por toda nuestra comunidad inmigrante. Queremos que todo Nueva York, migrantes y no migrantes, se unan a esta lucha. Porque es una lucha justa para nuestra familia”. Después de la entrevista, Andino, junto con unas 300 personas más hicieron una breve marcha alrededor del capitolio, tuvieron una conferencia de prensa en la llamada escalinata del millón de dólares y visitaron a los legisladores, a los que apoyan para agradecerles, y a los que todavía no para convencerlos de que lo hagan urgentemente.
Según los organizadores, las comunidades que se rehúsan a coludir con ICE son más seguras y a la vez se fortalece la economía. Si funciona tan bien en otros estados ¿por qué no se aprueba todavía en Nueva York? Para Luba Cortés, líder de derechos civiles e inmigración con Make the Road New York, la respuesta es simple “Porque hay ideologías racistas, que hacen que las personas sean vistas como otras, sin derechos”.
Desde el año 2019 que diferentes versiones de esta ley se han introducido, pero no fueron llevadas a votación. Actualmente, el proyecto de ley tiene 63 copatrocinadores en la asamblea y 28 en el senado (el senado tiene un total de 63 miembros y 150 la asamblea). Marcela Mitaynes, representa el distrito 51 en Sunset Park, Brooklyn, es una de las asambleístas que copatrocina el proyecto de ley. “Sabemos que nuestras comunidades inmigrantes están bajo ataque. No les importa si estamos documentados, si tenemos estatus, lo que ellos quieren es sacarnos a todos. Y es importante darse cuenta de lo que está pasando y hablar. Lo que el Gobierno Federal quiere es asustarnos. Pero todavía hay derechos y nosotros como seres humanos tenemos derechos y como inmigrantes tenemos derechos”. También habló de la resiliencia de los inmigrantes “se olvidan de que mi gente ha cruzado junglas, ríos, mares para llegar aquí. Este presidente lo podemos derrotar, mi gente, lo podemos hacer”.
Cualquier persona puede llamar a sus representantes, ciudadanos o no y expresarse sobre este proyecto de ley. Tal vez Nueva York sí sea para todes.
Mariel Fiori
Directora
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