
CRÉDITO foto EUROPEAN UNION
La gran transformación hacia edificios más ecológicos
Entrevista con la física y científica ambiental Diana Ürge-Vorsatz
Por Kaja Šeruga
February 2025Conseguir que nuestros hogares y lugares de trabajo sean energéticamente eficientes tiene grandes ventajas, pero no cuando se hace ventana por ventana. Aquí se explica por qué el reacondicionamiento profundo y los biomateriales son fundamentales para un estilo de vida más sostenible.
Comer menos carne, volar menos, no usar plástico: los cambios que debemos hacer para reducir las emisiones globales pueden ser a menudo difíciles de vender. Pero hay una estrategia eficaz con la que todos salimos ganando. Modernizar y reacondicionar los edificios para que sean más eficientes desde el punto de vista energético podría reducir drásticamente las emisiones y, al mismo tiempo, hacer que los residentes estén más sanos, más cómodos y seguros económicamente.
No se trata de una cuestión marginal: los edificios y la construcción representan el 37% de las emisiones mundiales de carbono. En parte, se trata de emisiones operativas: mantener las luces encendidas y los edificios suficientemente calientes o fríos para las personas que viven y trabajan en ellos. Pero a medida que los edificios se vuelven más eficientes energéticamente y sus fuentes de energía cada vez más renovables, el carbono producido por los materiales y la construcción de los edificios —conocido como carbono incorporado— puede representar más de la mitad de su impacto ambiental.
En 2024, Estados Unidos publicó su primera estrategia federal global para reducir las emisiones de los edificios en un 90 % de aquí a 2050, mientras que el objetivo de la UE es eliminarlas por completo para entonces. Es factible, dice Diana Ürge-Vorsatz, científica ambiental y experta en clima de la Universidad Centroeuropea de Viena y vicepresidenta del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, pero exigiría un cambio profundo en la forma de enfocar nuestro entorno construido. En esta entrevista Ürge-Vorsatz habla sobre cómo hacer edificios más sostenibles y cómo los materiales de base biológica pueden contribuir a ello.
¿Por qué enfoca su trabajo en los edificios y la construcción? ¿Cuál es su importancia en el contexto del cambio climático?
Como física, me he centrado en la eficiencia energética durante toda mi carrera. Pero en 2004, aprendí sobre las casas pasivas —casas de alta eficiencia energética que utilizan un 90% menos de energía para calefacción y refrigeración que los edificios típicos— y me quedé sorprendida.
Visité un ejemplo de este tipo de retrofit o modernización en Hungría, donde tomaron un edificio de paneles muy normal [los grandes edificios de apartamentos de la era soviética hechos de paneles prefabricados de concreto], que hay por toda Europa del Este, y redujeron su consumo de energía en un 85%. Sin ningún tipo de ciencia aeroespacial, y los costos de la modernización no eran prohibitivos.
Hablé con una de las residentes, que me dijo que su calidad de vida había mejorado por completo. Sí, era agradable tener costos energéticos más bajos. Pero lo que más me conmovió fue su afirmación de que ahora puede limpiar cinco veces menos que antes. Se trata de una zona industrial, con mucho polvo, que desapareció con el sistema de ventilación filtrada. Le ha ahorrado mucho tiempo y esfuerzo.
Sus alergias también habían desaparecido. Empecé a investigar y la bibliografía es clara y contundente. Los beneficios energéticos de los retrofits profundos pueden ser del 80% al 90%, pero los beneficios colaterales son aún más impresionantes: la mejora de la calidad del aire gracias a la ventilación y la filtración del aire por sí sola afecta a cosas como las enfermedades cardiovasculares y la propagación de enfermedades respiratorias. Realmente es así de bueno.
Tanto la UE como Estados Unidos tienen ambiciosos planes para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con los edificios y la construcción. ¿Qué tendría que ocurrir, siendo realistas, para que alcanzaran esos objetivos?
En primer lugar, tenemos que aceptar que en el mundo desarrollado tenemos suficientes edificios. En general la población no aumenta y ya tenemos suficiente superficie construida per cápita. Para cualquier nueva construcción deberíamos tener que justificar por qué un edificio existente no puede reutilizarse y modernizarse en su lugar. También necesitamos una forma de desalentar las terceras viviendas y las mansiones enormes.
En segundo lugar, tenemos que reformar la financiación de la rehabilitación profunda. Nunca alcanzaremos estos ambiciosos objetivos climáticos si dependemos de los propietarios de los edificios. Aunque se trata de inversiones muy rentables, suelen tardar entre 20 y 30 años en amortizarse, solo en función del costo energético. Pero desde una perspectiva social, es una de las estrategias de mitigación del carbono más atractivas. Mejoramos la seguridad energética. Nos independizamos del gas natural ruso. Contribuimos al bienestar social de nuestros residentes reduciendo sus costos energéticos. Desde el punto de vista gubernamental, todos salimos ganando.
Necesitamos una financiación pública seria para ello, y el dinero está ahí. Actualmente, más del 7% del PIB mundial se destina a subvencionar los combustibles fósiles. Si destinamos una parte a los retrofits de edificios, alcanzaremos muchos objetivos a la vez.
¿Qué quiere decir exactamente con “retrofit profundo”?
Hay muchas definiciones diferentes de retrofit profundo. En nuestro artículo en el Annual Review of Environment and Resources, utilizamos el término para referirnos a edificios que ahorran entre el 80% y el 90% de la energía relacionada con la calefacción y la refrigeración. Las modernizaciones profundas adoptan una visión holística del edificio, aumentando su eficiencia mediante la mejora de la envolvente del edificio a través de medidas como un mayor aislamiento y nuevas ventanas. Se presta especial atención a la eliminación de los puentes térmicos y a la estanqueidad del aire. Todo ello, combinado con un sistema de ventilación con recuperación de calor, puede idealmente resultar en un edificio que no necesite calefacción ni refrigeración adicionales en absoluto, aunque esto depende del clima y del uso que se haga del edificio.
¿Por qué es tan importante el aislamiento?
Los materiales aislantes no tienen una gran huella de carbono, pero el total puede ser elevado porque utilizamos mucho. Y algunas formas de aislamiento están asociadas no solo al dióxido de carbono, sino también a gases de efecto invernadero mucho más potentes, como los HCFC utilizados en la producción de algunas espumas de poliestireno. Por supuesto, sigue siendo mejor aislar que no hacerlo. Pero otro aspecto importante es el plástico, que aumenta exponencialmente año tras año, y apenas estamos empezando a comprender su enorme impacto negativo sobre nuestra salud y el medio ambiente. Los materiales de aislamiento representan un enorme volumen de plásticos y otros materiales artificiales.
Usted participa en un proyecto europeo, BIO4EEB, que desarrolla materiales aislantes de base biológica. ¿Qué son los materiales aislantes de base biológica y qué ventajas aportan?
Los materiales aislantes de base biológica se fabrican total o parcialmente a partir de fuentes biológicas renovables, como las plantas, y aunque no siempre son renovables al 100%, su objetivo es minimizar la dependencia de materias primas no renovables, como los combustibles fósiles, para su producción. Además, podrían contribuir a capturar y almacenar dióxido de carbono. Los materiales biológicos, como los árboles y las plantas, capturan dióxido de carbono cuando crecen y lo liberan cuando se pudren. Si los mantenemos el mayor tiempo posible en esta fase de putrefacción, estaremos evitando que ese dióxido de carbono llegue a la atmósfera.
El tercer beneficio es una menor toxicidad, como el impacto de los materiales aislantes minerales, como la lana de vidrio en el sistema respiratorio, o los efectos tóxicos de los micro plásticos procedentes de materiales petroquímicos.
¿Los materiales de origen biológico tienen algún inconveniente?
La pregunta es si tenemos suficiente. Hoy en día ya existe una enorme demanda de biomasa y una gran presión sobre la tierra. En el caso de los residuos forestales o agrícolas, tampoco es sostenible aprovechar toda la materia orgánica, porque eso agota las reservas de carbono y el contenido de humus del suelo.
¿Tiene ejemplos de aislantes de origen biológico que le parezcan prometedores?
Estamos estudiando la posidonia, una hierba marina que aparece en las costas del Mediterráneo. Estamos creando distintos materiales aislantes a partir de ella, como paneles aislantes prefabricados. Me parece muy interesante. Pero, de nuevo, tenemos que ver a qué escala.
También creo que el cáñamo y la paja podrían ser importantes, porque se han utilizado tradicionalmente en la industria de la construcción. Otra son las espumas de base biológica, porque la industria del aislamiento utiliza muchas espumas, tradicionalmente petroquímicas, no degradables y tóxicas. Sabemos que estaremos mejor si sustituimos el concreto, el acero, el cemento, la espuma de poliestireno por biomateriales que consuman menos energía.
¿Lo conseguiremos o no? No, esa no es la pregunta. Tenemos que hacerlo. El futuro siempre está en nuestras manos.
* Traducido al español por Debbie Ponchner
* Adaptado de un artículo publicado por la Revista Knowable. Texto completo aquí: es.knowablemagazine.org/content/articulo/sociedad/2025/reacondicionamiento-profundo-para-edificios-mas-ecologicos?
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