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Rompiendo el ciclo: convertir la tragedia en acción por calles más seguras

Por Gabriela Gómez
December 2024
Cuando Gabriela O'Shea cumplió 25 años y se graduó de SUNY New Paltz en 2016 con honores, su padre, Stephen O'Shea, le regaló una bicicleta de carretera. Ambos crecieron en New Paltz, rodeados de hermosas vistas montañosas y adoraban andar en bicicleta. Su padre se aseguró de enseñarle las reglas para andar en bicicleta de manera segura y, para ambos, andar en bicicleta era su pasión. Un día de septiembre de 2016, en la Ruta 299, Gabriela O'Shea salió a pasear en bicicleta sola después del trabajo. De repente, un Jeep la atropelló por detrás. La carretera por la que iba Gabriela no tenía arcenes y el impacto la lanzó 30 pies por el aire. El conductor abandonó el lugar y un testigo encontró a O'Shea y llamó a la policía y a los paramédicos de New Paltz.

El choque dejó a Gabriela con el cuello, la pelvis y las costillas rotas, y sufrió una lesión cerebral traumática tan grave que la dejó en coma durante un mes. La historia de Gabriela O'Shea no es algo raro y, sin duda, no es exclusiva de los ciclistas. 

La necesidad de calles más seguras 

Según un informe de junio de 2024 de la oficina del Contralor del Estado de Nueva York, las muertes por accidentes automovilísticos en el estado de Nueva York han aumentado drásticamente desde 2019: los peatones representan casi el 26% del total de personas fallecidas en accidentes automovilísticos en el estado de Nueva York en 2022, y los ciclistas representan casi el 6%. 

Las lesiones relacionadas con el tráfico se encuentran entre la segunda y la cuarta causa principal de muerte en los condados de Ulster, Dutchess, Sullivan y Orange en 2022. En 2014, en el condado de Ulster, el condado con la tasa más alta de muertes relacionadas con el tráfico de los cuatro condados, cada dos meses mueren en promedio 2 personas, 17 personas son hospitalizadas y 172 son tratadas en un departamento de emergencias, incluidas las salas de emergencia. 

Ante las tendencias nacionales de lesiones y muertes de peatones y ciclistas, y ciertamente también las locales, organizaciones comunitarias en todo el Valle del Hudson vienen trabajado para establecer e implementar iniciativas por calles más seguras para todos. 

Organizaciones locales piden soluciones 

Safe Pass Ulster es una coalición de residentes del condado de Ulster dedicada a “corregir desigualdades e injusticias muy comunes en nuestros sistemas de transporte”, que, según afirman, colocan a “los usuarios vulnerables de la vía pública en mayor riesgo de muerte y lesiones en nuestras calles”. 

Según Rose Quinn, facilitadora principal de Safe Pass Ulster y ex educadora de seguridad vial en el condado de Ulster, un usuario vulnerable es “cualquier persona que esté fuera de su automóvil” en la vía pública, dice Quinn. 

Quinn agrega que se podría ampliar la definición para incluir a “personas económicamente desfavorecidas, personas de color y/o personas que tradicionalmente han tenido que vivir sin automóviles o en condiciones deficientes”. Los usuarios vulnerables de la vía pública se ven “desproporcionadamente afectados” por los accidentes automovilísticos, dice Quinn. 

La propia Rose Quinn ha sufrido una pérdida importante debido a la violencia en la carretera, cuando en julio de 2021, su pareja, John “Host” Lynch, fue atropellado y asesinado en su bicicleta en Washington Avenue en Kingston.  

Quinn dice que cuando Lynch murió, “fue una auténtica locura”. 

Antes del siniestro, Quinn había trabajado como educadora de seguridad vial en SUNY Ulster. Allí, organizaba programas de concienciación comunitaria, de asientos para coche y cascos para bicicletas. Quinn se hizo conocida por su trabajo con programas de bicicletas y pronto se hizo ciclista a tiempo completo, abogando por las personas que se desplazaban por el Valle del Hudson sin coche. 

“Me había dedicado de verdad a esta idea de que, si todos trabajamos juntos, podemos estar a salvo, y no he renunciado por completo a esa forma de pensar, pero fue realmente devastador, desgarrador y evitable”, dice Quinn. Sin embargo, después de la colición, Quinn se dedicó más al trabajo de defensa de derechos. 

Quinn dejó su trabajo y con el tiempo se involucró con organizaciones como Safe Pass Ulster y Families for Safe Streets. 

Defensa de derechos y apoyo emocional 

Según su sitio web, Families for Safe Streets es una organización nacional que aboga por “cambios que salven vidas y brinden apoyo a quienes han sido afectados por accidentes”.  

Families for Safe Streets ha organizado y ayudado a implementar varias políticas en todo el estado de Nueva York, incluida la Ley de Sammy, una legislación de la ciudad de Nueva York que permite a la ciudad reducir su límite de velocidad a 20mph con señalización. La organización también ha implementado cámaras de seguridad de velocidad, así como también ha rediseñado calles con el propósito de hacerlas más seguras para peatones y ciclistas. 

Gabriela O’Shea, después de su colisión casi mortal, describe el trabajo de defensa en el que ha participado junto con Families for Safe Streets. “Su objetivo es hacer los cambios necesarios para que sea seguro para las personas trasladarse de un lugar a otro”, explica O’Shea. Juntos, han presionado para que se realicen eventos, han escrito cartas y enviado correos electrónicos masivos para ayudar a implementar estos cambios. 

Ana Theis, trabajadora social que forma parte del equipo de apoyo de Families for Safe Streets, se centra en las acciones de ayuda emocional de la organización, asegurándose de apoyar a las víctimas de la violencia de tránsito, en particular a los miembros hispanohablantes. 

Theis trabaja con la organización para llegar a las personas que han perdido a familiares o seres queridos a causa de la violencia de tránsito, o a quienes han resultado gravemente heridos. Una vez conectados, Theis les presenta a otras personas de su red que pueden brindar apoyo. “Creemos que sólo aquellos que han pasado por una tragedia similar pueden realmente entender y ayudar”, enfatiza Theis. 

“Para fomentar este apoyo, organizamos grupos de apoyo”, indica Theis, quien facilita el grupo mensual para miembros hispanohablantes. Theis habla del poder transformador de liderar a los miembros de la organización hacia el trabajo de defensa. “Nosotros creemos que abogar por cambios y el apoyo van de la mano, de esta manera se puede canalizar el terrible dolor hacia un cambio significativo”. 

Families for Safe Streets proporciona recursos en español y siempre está buscando formas de ampliar su alcance. Entre sus nuevas iniciativas está la creación de un grupo de apoyo hispanoparlante mensual, que se reunirá cada dos semanas. Theis cuenta que también desarrollarán una herramienta digital en la que las víctimas de la violencia de tránsito puedan compartir sus historias, también disponible en español. 

Una comunidad que se une 

Rose Quinn ha trabajado diligentemente para conectar a los miembros de la comunidad del Valle del Hudson, específicamente como un medio para construir una comunidad y un espacio para la sanación. 

El 17 de noviembre de 2024, Quinn, junto con sobrevivientes de la violencia vial, así como familiares de seres queridos víctimas mortales, compartió el documental “La velocidad del silencio”, en el Día Mundial del Recuerdo, que se celebra a nivel mundial para honrar a los millones de personas que murieron y resultaron gravemente heridas por el tráfico vial. 

El documental cubrió el impacto duradero y devastador de la violencia vial en el Valle del Hudson, con historias locales. Después de la proyección, los asistentes participaron en una caminata silenciosa para “honrar a las víctimas y abogar por soluciones para prevenir la actual crisis de salud pública de la violencia vial”, dice Quinn. 

De estas soluciones, Safe Pass Ulster y Families for Safe Streets presentaron un conjunto de “demandas clave”, que incluyen la solicitud de fondos a la legislatura del estado y al Departamento de Transporte del Estado de Nueva York, región 8 para subvenciones de Alternativas de Transporte rechazadas anteriormente, así como para iniciativas de Calles Completas, que garantizarían un acceso más seguro a las calles para todos los usuarios de la carretera.  

Las demandas también exigen que la Ejecutiva del Condado de Ulster adopte un enfoque de Visión Cero y cree un grupo de trabajo dedicado a la estrategia nacional Visión Cero cuyo objetivo es eliminar todas las muertes y lesiones graves por choques de tránsito. 

Safe Pass Ulster exige que la ciudad de Kingston aumente la participación de la comunidad en todas las fases de los proyectos viales propuestos, y que la Legislatura del Estado de Nueva York amplíe las opciones de transporte público y apruebe una legislación para limitar la velocidad de los infractores de tránsito reincidentes. 

A pesar del dolor de los seres queridos perdidos y de las vidas transformadas para siempre, los organizadores y defensores de la seguridad de peatones y ciclistas creen que trabajando juntos el cambio es posible. 

“La violencia vial es una crisis de salud pública prevenible”, enfatiza Theis. “Al crear conciencia y abogar por calles más seguras, podemos trabajar juntos para prevenir futuras tragedias y crear un mundo más seguro para todos”. 
 

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