Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Foto de Jalen Smiley
Ser estudiante-atleta, ¿vale la pena?
Por Waleska Brito
May 2024Soy Waleska Brito, estudiante internacional en Bard College, ubicado en el Valle del Hudson que pertenece a la división III de la liga National Collegiate Athletic Association (NCAA por sus siglas en inglés), y formo parte del equipo de fútbol y basketball de mi institución además de pertenecer al 6% de los estudiantes-atletas latinos del 22% de la población universitaria estadounidense que son latinos, según un estudio que realizó la NCAA.
En nuestros países latinoamericanos no estamos acostumbrados a esta idea de ser, lo que llaman en Estados Unidos, un estudiante-atleta. En Latinoamérica, las universidades son estructuradas principalmente sólo para aprender, pero si alguien aspira practicar un deporte, tendrá que buscar una academia o club fuera de la institución. Esta es una de las principales y más comunes diferencias entre las universidades en Latinoamérica y también las de Europa con las universidades de los Estados Unidos.
Una de las actividades más populares de la “vida universitaria” es ser un espectador en algún evento deportivo de una universidad. Por eso, en Estados Unidos se promueve mucho por medios de publicidad cada vez que hay algún partido de cualquier deporte. Además, mientras más competitiva sea la división, más grandes serán los eventos y mayor la cantidad de personas que asisten a estos eventos deportivos.
Por otro lado, los estudiantes que participan en deportes representando a sus instituciones tienen muchos beneficios. Por ejemplo, para un estudiante atleta, participar en un deporte le ayuda a desarrollar habilidades personales como la disciplina, el liderazgo y el trabajo en equipo. También, el estudiante-atleta forma lazos sociales con su comunidad y contribuye a que el espíritu de comunidad en la institución se fortalezca además de crear interacciones con varias personas a lo largo de su carrera deportiva, como entrenadores, compañeros de equipo, personal, departamento médico, etc.
Además de tener la oportunidad de destacar mis habilidades deportivas en la cancha, también he aprendido a mejorar lo que son mis valores como el liderazgo, trabajo en equipo, ética, y más. Algo que se me dificultó en mi primer año fue poder manejar mi tiempo entre mis clases y el deporte. Poder entregar mis tareas a tiempo y mantener calificaciones altas ha sido un reto para mí. Pero al pasar los años, se me hizo más fácil ya que cuando uno es parte de un equipo deportivo, no solo se entrena el físico sino también la mente.
Otras ventajas de formar parte de un equipo deportivo en una institución son la ética y las oportunidades de beca. Cuando un deportista es parte de un equipo, esto le ayuda a reforzar ciertos valores como la ética de trabajo, el respeto, la lealtad, el positivismo, y más. Varias instituciones ofrecen oportunidades de becas deportivas para aquellos que además de tener talentos deportivos, pueden también rendir en un salón de clase pero no tienen los recursos financieros para atender una institución de nivel superior. Estas instituciones son las que pertenecen a las ligas de la NCAA de división I y II que requieren que la persona aplicante cumpla con un estándar académico mínimo. Típicamente, una persona que recluta ha visto al atleta jugar a temprana edad y considera que podría ser una adición clave para su equipo de esas divisiones.
Al mismo tiempo, existen desventajas de ser estudiante atleta y varían dependiendo de la división en la que se encuentre. Por ejemplo, ser estudiante atleta en la división I toma una gran parte de tu tiempo; se espera que el atleta pase más horas entrenando que estudiando ya que todo el enfoque es en ganar el campeonato de la NCAA. Por lo tanto, el estudiante no tendrá el mismo rendimiento académico que deportivo, que a la vez le puede afectar el seguir participando en el programa deportivo ya que hay un cierto estándar académico. En el caso de las divisiones II y III, lo desafiante es poder acostumbrarse a la rutina de encontrar un balance entre los deportes y el horario académico.
*Y tú ¿qué opinas? En La Voz queremos escucharte. Envianos tus comentarios, ideas y sugerencias y ¡haz oír tu voz! [email protected]
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Una de las actividades más populares de la “vida universitaria” es ser un espectador en algún evento deportivo de una universidad. Por eso, en Estados Unidos se promueve mucho por medios de publicidad cada vez que hay algún partido de cualquier deporte. Además, mientras más competitiva sea la división, más grandes serán los eventos y mayor la cantidad de personas que asisten a estos eventos deportivos.
Por otro lado, los estudiantes que participan en deportes representando a sus instituciones tienen muchos beneficios. Por ejemplo, para un estudiante atleta, participar en un deporte le ayuda a desarrollar habilidades personales como la disciplina, el liderazgo y el trabajo en equipo. También, el estudiante-atleta forma lazos sociales con su comunidad y contribuye a que el espíritu de comunidad en la institución se fortalezca además de crear interacciones con varias personas a lo largo de su carrera deportiva, como entrenadores, compañeros de equipo, personal, departamento médico, etc.
Además de tener la oportunidad de destacar mis habilidades deportivas en la cancha, también he aprendido a mejorar lo que son mis valores como el liderazgo, trabajo en equipo, ética, y más. Algo que se me dificultó en mi primer año fue poder manejar mi tiempo entre mis clases y el deporte. Poder entregar mis tareas a tiempo y mantener calificaciones altas ha sido un reto para mí. Pero al pasar los años, se me hizo más fácil ya que cuando uno es parte de un equipo deportivo, no solo se entrena el físico sino también la mente.
Otras ventajas de formar parte de un equipo deportivo en una institución son la ética y las oportunidades de beca. Cuando un deportista es parte de un equipo, esto le ayuda a reforzar ciertos valores como la ética de trabajo, el respeto, la lealtad, el positivismo, y más. Varias instituciones ofrecen oportunidades de becas deportivas para aquellos que además de tener talentos deportivos, pueden también rendir en un salón de clase pero no tienen los recursos financieros para atender una institución de nivel superior. Estas instituciones son las que pertenecen a las ligas de la NCAA de división I y II que requieren que la persona aplicante cumpla con un estándar académico mínimo. Típicamente, una persona que recluta ha visto al atleta jugar a temprana edad y considera que podría ser una adición clave para su equipo de esas divisiones.
Al mismo tiempo, existen desventajas de ser estudiante atleta y varían dependiendo de la división en la que se encuentre. Por ejemplo, ser estudiante atleta en la división I toma una gran parte de tu tiempo; se espera que el atleta pase más horas entrenando que estudiando ya que todo el enfoque es en ganar el campeonato de la NCAA. Por lo tanto, el estudiante no tendrá el mismo rendimiento académico que deportivo, que a la vez le puede afectar el seguir participando en el programa deportivo ya que hay un cierto estándar académico. En el caso de las divisiones II y III, lo desafiante es poder acostumbrarse a la rutina de encontrar un balance entre los deportes y el horario académico.
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