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Hablemos

Por Mariel Fiori
July 2022
¿Quién se acuerda de ese poema popular atribuido al pastor antinazi Martin Niemöller o al dramaturgo y poeta Bertold Brecht contra la apatía social? 

Les copio el recordatorio acá: 

“Primero se llevaron a los judíos,
pero como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas,
pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros,
pero como yo no era obrero, tampoco me importó.
Mas tarde se llevaron a los intelectuales,
pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas,
pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen por mi, pero es demasiado tarde.”

 
La dolorosa realidad es que parece que no aprendemos de la historia. Y es que nos viene pasando en este país, con diferentes presidentes, que de a poco (o de a mucho) con las noticias diarias nos quedamos helados, desconcertados ¿mudos? Adaptando el texto al presente, aquí sería: primero se llevaron a los inmigrantes, por décadas explotaron su trabajo, los amenazaron con deportaciones, les tomaron su sangre, sudor y lágrimas, a cambio de salarios míseros, situaciones precarias y vanas promesas. La promesa de una reforma migratoria que ya tiene más de treinta años en carpetas, y como premio consuelo nos dieron las migajas de DACA hace ya diez años. Mientras tanto las personas, como tantos otros antes que ellos, los seres humanos trabajadores que nacieron en otro país pero que tomaron este lugar como su hogar, en este tiempo han emprendido negocios, formado familias, crecido y contribuido con miles de millones de dólares a la economía y a los impuestos pagados. Primero se llevaron a los inmigrantes, pero como yo no era inmigrante, no me importó.

Después se llevaron a nuestros niños, robaron sus vidas de las aulas escolares donde habían ido a aprender cómo ser buenos ciudadanos. No llegaron a adultos los niños de la escuela elemental de Uvalde, Texas, ni los de tantas otras escuelas alrededor del país que un día cualquiera fueron masacrados. En lo que va del año ya son más de 300 los tiroteos masivos en los que un ser humano, generalmente un hombre bastante joven, decide que va a matar a otros a mansalva, como un video juego con consecuencias terribles. Después de treinta años de inacción por parte del congreso, y ya demasiadas condolencias y oraciones, el presidente Biden firmó una ley de seguridad de armas, aprobada por ambas cámaras, disputados y senadores, y dijo: “Ya es suficiente”. Esa ley es en verdad una curita muy pequeña para una herida monumental. ¿Por qué no se puede volver a aprobar una ley como la de 1994 que por diez años prohibió la fabricación o venta para uso civil de ciertas armas semiautomáticas, llamadas de asalto de estilo militar, que puede disparar 10 rondas o más? ¿Demasiado poder comercial, propaganda antivida? La cuestión de la violencia de armas nos afecta a todes, niñes, mujeres, hombres de distintos colores de piel y creencias, sea donde sea que vivamos en el país. Después se llevaron a los niños, pero como yo no era un niño, no me importó.

Después se llevaron nuestro derecho a la privacidad, enraizado en la 14ava enmienda de la constitución de los Estados Unidos. Con la derogación del derecho al aborto a nivel federal y a través de la decisión de la Corte Suprema de revocar el caso de Roe contra Wade, que había estado vigente por casi cincuenta años, ahora tenemos un país más y más dividido que pisa fuerte con su patriarcado, invisibilizando, infantilizando y criminalizando a millones de mujeres. En el caso Roe, la Corte sostuvo en 1973 que el derecho constitucional a la privacidad incluye el derecho de la mujer a decidir si se somete a un aborto. Después se llevaron a las mujeres, pero como yo no tenía ovarios, no me importó. 

Pues el silencio nos pone del lado del opresor, no del oprimido. Pienso que a todes nos afectan estas cuestiones, seamos mujeres, inmigrantes, niños, o nada de esto. Lo que sí podemos hacer es informarnos y hablar de estos temas, y muchos más —como por ejemplo, qué hacemos con el cambio climático que nos arruina a pueblos enteros. Tenemos que informarnos, hablar y participar con otros grupos de acción, y por supuesto votar por los candidatos al gobierno que tienen a estos asuntos como prioridad.

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