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¿Su título?

Por Mariel Fiori
May 2022
El otro día un hombre profesional que no conozco, pero con muy buenas intenciones —léase entablar un vínculo profesional para ver la posibilidad de una entrevista en mi programa de radio— me escribió en un correo electrónico a mi correo del trabajo “Sra./Srita. Fiori”. Claro, como no me conoce, no sabe si estoy casada o no (¿y a quién le importa?) y asume ambas formas de “respeto” para dirigirse a mí. Luego, en conversación por teléfono, yo me dirijo a él como “Doctor fulano de tal”, y él insiste en querer saber “¿señora o señorita?”. Claro, desde chiquitos nos han inculcado el respeto al prójimo. Pero en 2022 el patriarcado sigue destilando su opresión, su deseo de ponernos a las mujeres “en nuestro lugar”.

Tal vez no me entiendas, si eres hombre la forma de mostrarte respeto es dirigirse a ti por tu título o grado profesional más alto, o por lo menos te dicen Señor. Nadie te pregunta de sopetón, sin conocerte de nada, y menos si lo que se busca es una relación profesional o comercial ¿estás casado o soltero? ¿Cómo te lo tomarías? ¿Muy brusco? ¿Entenderías que de pronto lo que parecía algo laboral tenía otra intención? ¿Buscan romance? ¿Pero si ni te conocen? ¡Puaj! Bueno, eso nos pasa a las mujeres cuando nos hablan en español y nos preguntan nuestro “título”, pero tenemos que tomárnoslo como si nada. 

Tal vez nos la tomamos como costumbre, pero esta pregunta de “respeto” es una violación diaria a nuestro derecho a la privacidad, un recordatorio de que acá manda él. ¿Cómo que manda él? Bueno, si lo único que importa es nuestro estado civil, si estamos con une o no ¿para qué tantos años de estudio? ¿para qué el querer realizarse profesionalmente? ¿para qué una carrera, años de construir comunidad a través de medios de comunicación en español? Cuando en cualquier momento, cualquiera en mi mundo laboral puede preguntarme si estoy casada o soltera. ¡Puaj! (Hasta dan ganas de vomitar).

Por un breve instante envidié la solución del idioma inglés. En vez de Miss o Mrs. se escribe la opción neutral Ms. en los formularios (aunque las otras dos opciones también existen) y en las correspondencias. Pero cuando le pedí a mi pareja (sí, no soy soltera) que pronuncie ambas palabras, Miss y Ms., la verdad es que mis oídos casi no pudieron distinguir la diferencia. En papel se nota, pero cuando vamos a la realidad de la comunicación cara a cara, otra vez vuelve la opresión patriarcal. ¿Estás casada o soltera? ¿Estás disponible o no? ¿Mereces respeto o no? La otra palabra que se usa en inglés es Madam, que se traduce como señora, y se les dice a las mujeres más grandes —o sea que ya es una cuestión de discriminación por edad, no se puede ganar con estos títulos que nos imponen. 

Me imagino, o por lo menos quiero esperar, que a muchos hombres y mujeres el hacer preguntas “inocentes” y “respetuosas” como esta de si nos tienen que tratar de señora o señorita también les incomoda. Y es que al fin y al cabo el patriarcado, la opresión violenta de un género sobre el otro, nos afecta a todes, no nos deja expresarnos plenamente en nuestras potencialidades como humanos. El patriarcado nos tiene atades a estereotipos y roles de los que nos cuesta salir, como: Los hombres no lloran, las mujeres son sentimentales, ese es un trabajo de hombres, ese es un juego de niñas —inserta aquí tu frase “favorita”.

Escribo esto con el ánimo de recordarles que lo que decimos y cómo lo decimos importa mucho más de lo que pensamos. Las palabras crean mundos y el estatus quo de nuestro querido idioma español deja mucho que desear. Así que si no saben qué titulo darme, pueden decirme Directora Fiori, o simplemente Fiori, hablarme por mi apellido sería una buena manera de mostrar ese respeto. Y si ya nos conocemos, me pueden decir Mariel, ningún problema.

Gracias por leer.

Mariel Fiori
Directora


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