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Revitalizando la democracia: sorteo, poder ciudadano y espacios de libertad

Por Elisa Littin Egana
February 2022
La crisis a la que se enfrentan los regímenes democráticos hoy en día ofrece una oportunidad para reflexionar y cuestionar profundamente los engranajes de los sistemas representativos actuales. El Hannah Arendt Center de Bard College realizó una conferencia en celebración del cumpleaños número 115 de la filósofa alemana del mismo nombre, para responder la pregunta de cómo podemos revitalizar la democracia en el siglo XXI.
La palabra “sorteo” fue la protagonista del evento, y significa un gobierno de representantes elegidos por sorteo en lugar de por elección. Mientras tanto, en los Estados Unidos, entre el primero de enero y el 27 de septiembre del 2020, 19 estados aprobaron 33 legislaciones que dificultan el acceso al voto. Estas leyes reflejan claramente las políticas de exclusión de Donald Trump, quien incitó un ataque al Capitolio el pasado 6 de enero para que se anularan los resultados electorales que no le dieron un segundo mandato en la Casa Blanca. Para contrarrestar las exclusiones, se ha presentado al Congreso “La Ley de Libertad de Voto” con el fin de “proteger nuestras elecciones de la supresión de votantes, el sabotaje partidista, el gerrymandering y el dinero oscuro”. Si bien esta es una respuesta más tradicional a la crisis de la democracia estadounidense, los activistas políticos proponen métodos que cuestionan radicalmente los sistemas actuales.

El sorteo
Al incorporar a los ciudadanos no expertos a las instituciones políticas, el sistema de sorteo insufla energía a la democracia representativa y fomenta el poder ciudadano. Es una forma de abordar el déficit de participación democrática que afecta a la democracia moderna. Cómo lo explica el director del Centro de Hannah Arendt, Roger Berkowitz, la filósofa defendía la idea de la representación política como un peligro, “el gobierno representativo está hoy en crisis, en parte porque ha perdido con el tiempo todas las instituciones que permitían la participación real de los ciudadanos y en parte porque ahora está gravemente afectado por la enfermedad que padece el sistema de partidos burocratizados y la tendencia de los dos partidos a no representar a nadie más que a las maquinarias de los partidos”.

Kali Akuno, cofundador y director de la Cooperativa Jackson - una red emergente de cooperativas de trabajo y de instituciones de apoyo en Jackson, Mississippi- apoyó la teoría de Arendt en el contexto de su estado, en donde se encuentra la concentración más grande de funcionarios electos negros. A pesar de esto, Mississipi continúa siendo uno de los estados más pobres del país. “Lo que hemos presenciado ahora, básicamente desde el 1964, es que la representación negra en el poder no se traduce en poder económico negro”, dice Akuno. El sistema de representación “ha servido a una comunidad concreta y a un conjunto particular de intereses de clase y raza, y eso es algo que estamos tratando de romper”.

Si bien el sistema de sorteo (sortition en inglés) comenzó en la antigua Grecia y continuó en el imperio Romano, ciudades en todo el mundo han comenzado a adoptar esta forma de ejercer la democracia. El historiador Belga David Van Reybrouck comentó que este fenómeno está rápidamente ganando popularidad en Europa, por ejemplo, en Amsterdam 2000 personas fueron seleccionadas aleatoriamente para una asamblea de ciudadanos y fueron invitadas a asesorar a la ciudad sobre las medidas extremas que debería tomar para cumplir sus objetivos climáticos. En Bélgica se seleccionó un grupo de 50 ciudadanos que representan la diversidad del país en términos de edad, género, nivel de educación y lugar de residencia para debatir el papel de Bélgica en la Unión Europea. En Francia, el Ayuntamiento de París ha empezado a votar un proyecto de ley que permite algo aún más atrevido: la creación de una asamblea ciudadana permanente con 100 parisinos elegidos por sorteo. Más información en la página sortition.academy.

En Latinoamérica, la organización chilena Tribu, ha sido pionera en los experimentos sociales de democracia deliberativa. A raíz del estallido social que se produjo a fines del 2019, la fundación organizó un proceso de deliberación pública en la cual participaron 514 personas provenientes de todas las regiones de Chile, seleccionadas por sorteo, para discutir cambios constitucionales. Actualmente en Chile existe una Convención Constituyente con la misión de redactar una nueva Constitución, según el Plebiscito Nacional del 25 de octubre del 2020. Recientemente, Tomás González Olavarría, fundador de Tribu, y de visita por Nueva York, habló de la democracia deliberativa y participativa en La Voz con Mariel Fiori en Radio Kingston. La entrevista puede encontrarse en el archivo de la página web de Radio Kingston.

Es en estos nuevos consejos, estas nuevas asambleas ciudadanas, y asambleas constituyentes donde podemos encontrar lo que Hannah Arendt llama los espacios de libertad. 

Para ver la conferencia completa haga click.

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