Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Ser padres
Amor maternal
Por Olga Maritza Salazar
May 2021“Para estar mañana en el recuerdo de tus hijos, debes estar presente en sus vidas hoy”
A través de la existencia del ser humano, se ha comprobado que uno de los sentimientos más puros, desinteresado y supremo que pueda existir, es el amor maternal, el que nos brinda emoción tan intensa de alegría y protección hacia nuestros descendientes, que también se manifiesta en los animales con sus crías pequeñas.
Muchas veces este sentimiento está más desarrollado en algunas personas que en otras, y no implica que uno sea el progenitor. En la actualidad lo podemos comprobar en las diferentes familias plurales que se forman, donde en su gran mayoría los hijos son adoptados, y en muchos casos se puede apreciar que el amor que se les da, es ilimitado como si fueran realmente sus descendientes.
El amor maternal ha sido fuente de inspiración para muchos versos y poemas, los cuales han hecho que su significado trascienda a través de los tiempos y que el agradecimiento que sientes al ser que te brindó todo ese amor y cuidado, se torne como especie de adoración; sobre todo, en la etapa infantil.
El primer amor que una persona conoce es el amor maternal, y en relación a cómo los padres se comporten con sus infantes dependerá el éxito o fracaso de sus futuras relaciones interpersonales y definirán las características del amor romántico que ellos profesen a sus parejas.
Por ese deseo de reconocer y corresponder ese amor maternal, es que la escritora Julia
Ward Howe realizó por primera vez “un encuentro de Madres dedicado a la paz” en Boston a mediados del siglo XIX.
Muchos años después en 1911, Anna Jarvis quiso brindar un reconocimiento a todos los sacrificios de su progenitora y dio inicio a un movimiento para establecer un día de homenaje a las madres, y que en la actualidad bien podría ser denominado como el “Día del amor maternal” para así incluir a todas las familias plurales.
Pero Anna Jarvis jamás imaginó lo que el comercio haría con esta fecha de celebración, convirtiendo este día en toda una ocasión para establecer grandes ventas de diferentes artículos, desde flores y bombones, hasta viajes internacionales.
El amor maternal puede también ser egoísta, y que, a pesar de amar nuestros retoños, sea mayor nuestro ego, y solo buscamos sentirnos extremadamente orgullosas de sus éxitos en un aspecto profesional, que quizá una misma no lo haya logrado, pero que nos permita vanagloriarnos ante un círculo social, sin importarnos si ese era el camino que ellos quisieron seguir.
Otra variación de este tipo del amor maternal, es cuando el progenitor carece de una pareja, y vuelca totalmente su amor, atención y dominio sobre sus proles, y es capaz de los mayores sacrificios por ellos, pero no los deja volar para que alcancen sus propios sueños, o no les permiten que construyan sus propias vidas independientes de su presencia, por temor a la soledad.
De cualquier forma, que sea la expresión de este amor, el ser humano lo necesita para sobrevivir su infancia y para su propia evolución, y cuyo fin principal es dar apoyo y seguridad a los descendientes.
Y en el verso a continuación nos muestra lo que nos inspira este sentimiento puro y desinteresado.
Eres senda de la vida, que de ternura vas vestida,
¡Eres amor maternal!
La paciencia y fortaleza, el empuje y la firmeza,
¡Eres creación celestial!
(Arjona Delia.)
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Muchas veces este sentimiento está más desarrollado en algunas personas que en otras, y no implica que uno sea el progenitor. En la actualidad lo podemos comprobar en las diferentes familias plurales que se forman, donde en su gran mayoría los hijos son adoptados, y en muchos casos se puede apreciar que el amor que se les da, es ilimitado como si fueran realmente sus descendientes.
El amor maternal ha sido fuente de inspiración para muchos versos y poemas, los cuales han hecho que su significado trascienda a través de los tiempos y que el agradecimiento que sientes al ser que te brindó todo ese amor y cuidado, se torne como especie de adoración; sobre todo, en la etapa infantil.
El primer amor que una persona conoce es el amor maternal, y en relación a cómo los padres se comporten con sus infantes dependerá el éxito o fracaso de sus futuras relaciones interpersonales y definirán las características del amor romántico que ellos profesen a sus parejas.
Por ese deseo de reconocer y corresponder ese amor maternal, es que la escritora Julia
Ward Howe realizó por primera vez “un encuentro de Madres dedicado a la paz” en Boston a mediados del siglo XIX.
Muchos años después en 1911, Anna Jarvis quiso brindar un reconocimiento a todos los sacrificios de su progenitora y dio inicio a un movimiento para establecer un día de homenaje a las madres, y que en la actualidad bien podría ser denominado como el “Día del amor maternal” para así incluir a todas las familias plurales.
Pero Anna Jarvis jamás imaginó lo que el comercio haría con esta fecha de celebración, convirtiendo este día en toda una ocasión para establecer grandes ventas de diferentes artículos, desde flores y bombones, hasta viajes internacionales.
El amor maternal puede también ser egoísta, y que, a pesar de amar nuestros retoños, sea mayor nuestro ego, y solo buscamos sentirnos extremadamente orgullosas de sus éxitos en un aspecto profesional, que quizá una misma no lo haya logrado, pero que nos permita vanagloriarnos ante un círculo social, sin importarnos si ese era el camino que ellos quisieron seguir.
Otra variación de este tipo del amor maternal, es cuando el progenitor carece de una pareja, y vuelca totalmente su amor, atención y dominio sobre sus proles, y es capaz de los mayores sacrificios por ellos, pero no los deja volar para que alcancen sus propios sueños, o no les permiten que construyan sus propias vidas independientes de su presencia, por temor a la soledad.
De cualquier forma, que sea la expresión de este amor, el ser humano lo necesita para sobrevivir su infancia y para su propia evolución, y cuyo fin principal es dar apoyo y seguridad a los descendientes.
Y en el verso a continuación nos muestra lo que nos inspira este sentimiento puro y desinteresado.
Eres senda de la vida, que de ternura vas vestida,
¡Eres amor maternal!
La paciencia y fortaleza, el empuje y la firmeza,
¡Eres creación celestial!
(Arjona Delia.)
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