Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Psicología de la maternidad
Por Dora Inés Grosso García
May 2021La maternidad es el don más preciado porque es el que nos permite conservar la especie. Es un estado de conexión con la vida. Cuando la mujer está embarazada adquiere una especial actitud que la conecta más fácilmente con la naturaleza y tiene una profunda percepción de todo a su alrededor.
La maternidad se iguala a la Madre Tierra; es un proceso evolutivo. Significa que está en continuo crecimiento, la mujer agudiza sus sentidos y profundiza la conexión consigo misma. También se favorece la expresión del amor, la capacidad de dar y recibir.
Maternidad es la vibración de amor pleno.
Es un amor natural y nutritivo, que fortalece el campo espiritual por la trascendencia que implica embarazo, parto y crianza. La mujer eleva su intuición y su saber femenino, que es mágico, es una conexión con la fuerza vital. En su cuerpo y en su cerebro se activan procesos que le aportan energía para entregar a sus hijas e hijos y a su pareja, afecto, cuidado, atención, comprensión, paciencia, entre otras cualidades.
El amor de la madre es incondicional, desde que inicia el embarazo, todo su ser se dispone a entregar lo mejor de ella. Su cuerpo cambia, las hormonas se preparan para nutrir a la criatura. El cerebro de la embarazada se activa para elevar sus niveles de atención y percepción de manera que pueda establecer un vínculo profundo con su bebé y suplir sus necesidades.
La madre modifica su conducta de forma natural para proporcionar seguridad y calor afectivo, asume la responsabilidad por esas vidas bajo su cuidado, aportando las condiciones óptimas para su desarrollo a todos los niveles, físico, emocional, espiritual, educativo, entre otros.
¿Sabías que el contacto de la piel es lo que proporciona estabilidad y equilibrio emocional de los recién nacidos?
Es el amor de la madre y sus caricias, el abrigo y la ternura, lo que fomenta la estructura emocional. Cuando la madre da el pecho al bebé aprovecha para tocarlo y mirarlo a los ojos, sonreírle. Es un momento muy íntimo e importante que perdurará para siempre en la psiquis humana.
En conclusión, este amor maternal nos acompaña a lo largo de la vida y nos da la tranquilidad que necesitamos para establecer nuevas relaciones. Es muy importante que tanto la madre como el padre, les den afecto a sus hijas e hijos y se amen a sí mismos. Solo así podremos crecer tranquilos, seguros y felices.
Un saludo de gratitud a todas las madres, abuelas y tías en el Día de las madres.
*Dora Inés Grosso García es psicóloga holística, [email protected]
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Maternidad es la vibración de amor pleno.
Es un amor natural y nutritivo, que fortalece el campo espiritual por la trascendencia que implica embarazo, parto y crianza. La mujer eleva su intuición y su saber femenino, que es mágico, es una conexión con la fuerza vital. En su cuerpo y en su cerebro se activan procesos que le aportan energía para entregar a sus hijas e hijos y a su pareja, afecto, cuidado, atención, comprensión, paciencia, entre otras cualidades.
El amor de la madre es incondicional, desde que inicia el embarazo, todo su ser se dispone a entregar lo mejor de ella. Su cuerpo cambia, las hormonas se preparan para nutrir a la criatura. El cerebro de la embarazada se activa para elevar sus niveles de atención y percepción de manera que pueda establecer un vínculo profundo con su bebé y suplir sus necesidades.
La madre modifica su conducta de forma natural para proporcionar seguridad y calor afectivo, asume la responsabilidad por esas vidas bajo su cuidado, aportando las condiciones óptimas para su desarrollo a todos los niveles, físico, emocional, espiritual, educativo, entre otros.
¿Sabías que el contacto de la piel es lo que proporciona estabilidad y equilibrio emocional de los recién nacidos?
Es el amor de la madre y sus caricias, el abrigo y la ternura, lo que fomenta la estructura emocional. Cuando la madre da el pecho al bebé aprovecha para tocarlo y mirarlo a los ojos, sonreírle. Es un momento muy íntimo e importante que perdurará para siempre en la psiquis humana.
En conclusión, este amor maternal nos acompaña a lo largo de la vida y nos da la tranquilidad que necesitamos para establecer nuevas relaciones. Es muy importante que tanto la madre como el padre, les den afecto a sus hijas e hijos y se amen a sí mismos. Solo así podremos crecer tranquilos, seguros y felices.
Un saludo de gratitud a todas las madres, abuelas y tías en el Día de las madres.
*Dora Inés Grosso García es psicóloga holística, [email protected]
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