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Ser padres

Y en estas Navidades

Por Olga Maritza Salazar
December 2020
“La Navidad agita una varita mágica sobre el mundo, y por eso todo es más suave y más hermoso” (Norman Vincent Peale).
Y este año todos tenemos la esperanza que así sea, que aparezca la vacuna como la varita mágica que nos proteja de contraer el COVID-19, y acabe con esta pandemia de una vez, para que podamos disfrutar nuevamente de la libertad de reunirnos con toda la familia, con los amigos en Navidad y seguir compartiendo como antes nuestras tradiciones de fin de año.

La Navidad es una de las fechas más esperadas por los niños, es la celebración que más les llena de ilusiones. Todo en el ambiente se torna tan especial, las luces de colores en las casas, las canciones navideñas, la cantidad de focos que alumbran las tiendas, los comercios y avenidas, decorándolas y anunciando que llegó el tiempo de festejar la fiesta cristiana más popular.

Nuestros pequeños se entusiasman mucho al ayudarnos a poner en nuestro hogar el arbolito navideño, y se llenan de ternura y admiración con la figura de Papá Noel, desbordando su alegría infantil cuando ven que “Santa” les puso sus regalos bajo el arbolito.
Todo niño merece ser amado y valorado, mucho más en épocas como la actual, en donde la niñez se ha visto afectada teniendo que adaptarse a diversos cambios sociales, que se originaron con la aparición del coronavirus, y que hasta la fecha no da tregua a la humanidad.

Los niños de todo el mundo tuvieron que aprender a estar encerrados en sus casas y sin la compañía de sus amiguitos, se salvaron de jugar solos los que tenían hermanos, porque para ellos el encierro fue algo menos tedioso.

Tuvieron que aprender a recibir sus clases a distancia, a interactuar con los maestros a través de la computadora. Y cuando por fin algunos volvieron a la escuela, deben mantener su distancia física entre uno y otro compañero, sin poder comportarse con esa espontaneidad de acuerdo a su edad, además de tener que soportar el cubre boca durante todas las horas de clase y aun en horas de juego.

También en muchos hogares la tragedia tocó sus puertas, obligándolos a madurar más rápido de lo que esperaban.
Pero pese a todas estas situaciones, ellos se sobreponen rápido, y solo atesoran los buenos momentos, las alegrías, y entre ellas están los recuerdos de las navidades pasadas. Sin saberlo, los niños ponen en práctica las palabras del escritor inglés Charles Dickens acerca de esta fecha “Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año” y viven con ese espíritu de ilusión lo que dure su niñez.

Por eso en esta época de compartir debemos enseñarles la importancia de los valores espirituales, de dar y recibir, de disfrutar de las pequeñas cosas que nos brinda la vida, que el mejor regalo es estar cerca de las personas que amamos, que no tiene que ser un regalo material, ni mucho menos costoso.

Que un regalo es muchas veces disfrutar un paseo en familia, un animado juego entre los hermanos, el poder crear presentes con tus propias manos y obsequiarles a tus amiguitos y a tu seres amados. Por muy malos que sean los tiempos, siempre en estas fechas se enciende la esperanza en el corazón de cada uno de nosotros.
Y citando la estrofa de la famosa canción de José Feliciano, “Feliz Navidad” solo me queda desearles: Feliz Navidad desde el fondo de nuestros corazones, I wanna wish you a Merry Christmas from the bottom of my heart!
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