Editorial

Por qué la mujer

March 2006
Desde hace casi cien años que el 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. En verdad, el mes de marzo es femenino por excelencia. En Nueva York, en marzo de 1857, miles de trabajadoras marcharon hacia los barrios adinerados en protesta por sus miserables condiciones laborales. La policía las atacó pero las mujeres igual formaron un sindicato dos años después. También en marzo y en Nueva York, en 1911 unas cuarenta mil costureras industriales se declararon en huelga en demanda de mejores salarios, reducción de la jornada laboral y abolición del trabajo infantil, entre otros reclamos. Los dueños de la fábrica Triangle encerraron a sus empleadas para que no pudieran unirse a la huelga, pero se desató un incendió y más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes italianas y judías, murieron trágicamente. En Rusia, el 8 de marzo de 1917, como reacción por los dos millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres se declararon en huelga en demanda de “pan y paz”. Cuatro días después el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho del voto.

Muchas más cosas ocurrieron en otros marzos, pero es claro que desde esos esfuerzos hasta ahora mucho y poco ha cambiado. Mucho porque por ejemplo, en enero una mujer fue elegida la primera presidenta de Chile, la socialdemócrata Michelle Bachelet. Pero poco porque todavía se violan los derechos de la mujer: cuando viven en condiciones de pobreza peores que los hombres, se enfrentan a la discriminación en el acceso a la tierra y el empleo, o no participan en las decisiones que afectan sus vidas. Marzo es el mes de la mujer, aprovechémoslo para reflexionar sobre los avances conseguidos y tomar conciencia del camino que todavía nos queda en pro de la igualdad, la justicia y la paz.

Mariel Fiori
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