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Sabor latino

Pupusería Mi Ranchito
 

Por Giselle Ávila
September 2019
Aquí la segunda entrega de nuestra nueva columna: Sabor latino, donde presentamos restaurantes de nuestra comunidad en el Valle del Hudson. Este mes, la Pupuseria Mi Ranchito, un restaurante conocido por su comida salvadoreña y vida nocturna.
 
La Pupusería Mi Ranchito se encuentra en 614 Broadway, Kingston, NY 12401 y es unos de los pocos lugares donde uno puede disfrutar una pupusa caliente por la tarde y también tomar una michelada por la noche durante un partido de fútbol en el bar.

Una mezcla de culturas

No es ningún secreto que el restaurante es conocido por sus increíbles pupusas. Tuve el placer de hablar con Samantha, nieta del dueño y también mesera del restaurante. Según Samantha, sin importar la estación o la hora del día, la pupusa regular de queso y frijoles siempre será lo más popular. Siguiendo con los platos salvadoreños, el menú contiene chicharrones de cerdo, yuca con carne de cerdo envuelto en salsa, tamales de pollo, sopa de res estilo salvadoreño y mucho más. Pero lo más sorprendente es que el menú también contiene platos mexicanos como quesadillas, nachos, tacos y tortas. Aquí, sin embargo, no vas a encontrar rivalidad porque el orgullo centroamericano es la prioridad.

Vida nocturna

Cuando el sol se pone, el restaurante se convierte en un lugar de diversión. El bar no solo está lleno de bebidas, sino también de frutas, banderas, camisetas de fútbol y lo más impresionante: billetes. Los billetes de diferentes países cubren casi toda la pared. Puedes encontrar quetzales guatemaltecos, pesos mexicanos, colones salvadoreños y dólares estadounidenses con mensajes dejados por los clientes inmigrantes. Hay mensajes como “Viva Oaxaca”, “100% poblano”, nombres, artistas musicales, y hasta mensajes de amores secretos. Esta tradición comenzó en la ciudad de Nueva York, donde turistas de todo el mundo visitaban el restaurante. Ahora la tradición continúa en el Valle del Hudson con clientes regulares, nunca es tarde para dejar una moneda de su país y ser parte de la pared cultural.

Segundo hogar

Los dueños del restaurante llegaron a los Estados Unidos como jóvenes y comenzaron su negocio en la Gran Manzana cuando tenían 30 años. De casualidad, un familiar sugirió abrir un negocio afuera de la ciudad de Nueva York y después de considerarlo, la familia se mudó a Kingston. Samantha comenta que cuando llegaron no había una población latina pero igual decidieron seguir vendiendo pupusas. Como esperaban, los clientes no hispanos rápidamente se enamoraron de la comida centroamericana y el negocio creció. Aunque el menú ha cambiado un poquito y la población de Kingston ahora incluye una creciente comunidad hispana, el restaurante es como un segundo hogar para sus clientes. En el bar, los clientes pueden firmar sus nombres en las camisetas de fútbol que están por la pared o dejar un billete con el nombre de su pueblo original. Hasta pueden escoger la música que quieren escuchar usando la rocola, solo necesitan 25 centavos.

Restaurantes como este nos recuerdan que todo es posible con esfuerzo y persistencia. Son espacios donde nuestra cultura se mantiene fuerte y presente.


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Comments

Comentario: Ni, modo tendremos que sacrificarnos la proxima vez que pasemos por Kingston. Muchos saludos. Gracias por dar a conocer esta informacion.
Posted: 9/12/2019