Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
La Guerra de los Cristeros
Por Davide De la Cruz
April 2019Por la mayoría de la historia humana, el estado y la iglesia siempre han estado casados. Por muchos años esta fue la norma. La idea de separación no fue implementada en muchos países fácilmente. Todavía hay gente que cree que los dos deberían ser uno, y hay otros que piensan que la separación todavía no ha pasado. Pero lo cierto es que la gente está dispuesta a matarse por su ideología.
En los tiempos del colonialismo y la era de nuevos países, la idea empezó a hacer muy relevante ya que los gobiernos que estaban siendo creados necesitaban llegar a una conclusión definitiva.
En México, esta idea amenazó al país y causó hasta una guerra. La guerra fue llamada La Cristiada, y empezó cuando el presidente, Plutarco Elías Calles quiso separar el gobierno mexicano de la Iglesia católica. El Presidente tenía planes de implementar leyes que buscaban quitar el poder que tenía la iglesia sobre la gente y el gobierno, poder que fue establecido por el Presidente anterior. La constitución de México cambió mucho durante este tiempo. La guerra duró tres años, desde 1926 hasta 1929. Durante este periodo, murieron un cuarto de millón de personas.
La iglesia protestó con una serie de medidas pacíficas: cerraron las iglesias, se dejó de dar misa, bautizos, y comunión. Pero no dio abasto. Una rebelión fue empezada por los ciudadanos católicos que sentían que el gobierno amenazaba sus creencias y prácticas. Ellos peleaban por la libertad de expresión y de culto. La Guerra terminó cuando ambos lados se empezaron a dar y la iglesia renunció a la revolución que pasaba.
La revolución plantea la pregunta, ¿es posible tener un estado de gobierno sin la incorporación de una religión? Nuestras ideas sobre quién nos gobierna es muy complicada ya que la libertad religiosa es un derecho, pero se necesita un gobierno separado de una religión dominante para eso pueda ocurrir.
En la actualidad, el presidente, Andrés Manuel López Obrador recibió un bastón de mano de los pueblos indígenas. Esta es la primera vez que algo así pasa en México, y es importante porque simboliza y anuncia la reconciliación entre el gobierno y las otras religiones del país.
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En México, esta idea amenazó al país y causó hasta una guerra. La guerra fue llamada La Cristiada, y empezó cuando el presidente, Plutarco Elías Calles quiso separar el gobierno mexicano de la Iglesia católica. El Presidente tenía planes de implementar leyes que buscaban quitar el poder que tenía la iglesia sobre la gente y el gobierno, poder que fue establecido por el Presidente anterior. La constitución de México cambió mucho durante este tiempo. La guerra duró tres años, desde 1926 hasta 1929. Durante este periodo, murieron un cuarto de millón de personas.
La iglesia protestó con una serie de medidas pacíficas: cerraron las iglesias, se dejó de dar misa, bautizos, y comunión. Pero no dio abasto. Una rebelión fue empezada por los ciudadanos católicos que sentían que el gobierno amenazaba sus creencias y prácticas. Ellos peleaban por la libertad de expresión y de culto. La Guerra terminó cuando ambos lados se empezaron a dar y la iglesia renunció a la revolución que pasaba.
La revolución plantea la pregunta, ¿es posible tener un estado de gobierno sin la incorporación de una religión? Nuestras ideas sobre quién nos gobierna es muy complicada ya que la libertad religiosa es un derecho, pero se necesita un gobierno separado de una religión dominante para eso pueda ocurrir.
En la actualidad, el presidente, Andrés Manuel López Obrador recibió un bastón de mano de los pueblos indígenas. Esta es la primera vez que algo así pasa en México, y es importante porque simboliza y anuncia la reconciliación entre el gobierno y las otras religiones del país.
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