Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Editorial
Haciendo camino
Por Mariel Fiori
February 2018Muchas veces me preguntan si siempre supe que quería ser periodista, otras veces si estoy cumpliendo mi sueño americano. Las respuestas cortas: sí. Ahora las respuestas largas, esperando que esta información sirva de guía a otras personas que estén buscando su camino por la vida.
Como bien lo escribió el poeta Antonio Machado, y tan lindo lo canta Joan Manuel Serrat: Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Esto quiere decir que no hay un destino prefijado o escrito; creo que estamos ya lejos de las épocas en las cuales mujeres y hombres estaban destinados, obligados diría, a continuar en el mismo estrato social, económico y educativo de sus progenitores. No todos son rosas, claro está, y las rosas tienen espinas, pero hoy en día la educación ayuda a abrir muchas puertas. Y no sólo me refiero a un título universitario, de los cuales yo obtuve tres (periodismo, literatura y negocios), sino a buscar oportunidades de aprender a diario, ¡a leer! ¡y preguntar!
Desde chiquita me encantó leer, y agradezco a mi madre por enseñarme el placer de la lectura a mis cuatro años de edad. También aprovecho para agradecer a toda mi familia, abuelas, tíos y amigos de mis padres, por haberme regalado en cada navidad y cada cumpleaños libros ¡muchos libros! ¡Ay, qué lindo era sentarme en mi cama con una manzana verde en una mano y un libro en la otra! A pesar de que no tengo tanto tiempo hoy en día para pasarme horas panza arriba leyendo, intento encontrar huecos durante el día, en especial a la noche. Y mi mesita de luz lo sabe, con las pilas de libros que tiene encima. Para desconectar de la pantallita, en vez de chequear el correo electrónico o el Facebook por la milésima vez, dejo el celular fuera de mi cuarto y me entretengo con un libro. Temas interesantes hay a montones.
Lo de preguntar también viene al caso. Uno pregunta para aprender, porque de verdad: nadie nace sabiendo nada. Tal vez algunos nacen más curiosos que otros, o con menos vergüenza para ir por el mundo hablando con todos, haciendo las preguntas necesarias, y las innecesarias, para seguir avanzando en su camino. Pero también son cualidades que se pueden aprender, practicar y practicar hasta que se pierda el miedo. Por eso, por ejemplo, tomé clases de teatro los dos años que viví en Galicia, España, y mi primer año viviendo en Nueva York, para perder el miedo a hablar en público, y hasta en otro idioma. Así, estos últimos años me han invitado a participar en foros, a moderar paneles, dar discursos en inglés y hasta poner a La Voz en la radio todos los días (vean la nota de Antonio Flores-Lobos de este mes para más detalles).
Siempre me interesó aprender y comunicar lo que sé. ¿Sabía cuando era adolescente que iba a llegar a donde estoy ahora y quién sabe dónde estaré después? Por supuesto que no. Lo que aprendí es que con pasión solamente no alcanza, hay que ponerle las horas, y los años, de esfuerzo y dedicación. La práctica hace al maestro, o para repetir otro dicho: es 95 por ciento de sudor y 5 por ciento de inspiración.
Estoy parada en los hombros de gigantes, como se dice en inglés. Hoy agradezco a mi familia, a mis padres por haberme inculcado que la educación es la única herencia que me dejarían, ¡y qué gran valor! También agradezco a todos los otros autores que llegaron antes que yo y pusieron por escrito su propia sabiduría, enseñanzas que me han ido elevando. Y por supuesto agradezco a todas las personas de carne y hueso que se han cruzado por mi camino y me han estado enseñando, dándome la experiencia que llevo adquirida en más de veinte años de profesión en el periodismo y el mundo de la comunicación.
Empezamos La Voz en 2018 con esperanzas renovadas de que nuestro granito de arena de la información que les traemos cada mes les ayude a nuestros lectores a navegar su vida aquí en el Valle de Hudson, y a cumplir su propia versión del sueño americano.
¡Un año más caminando juntos!
Mariel Fiori
Directora
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Desde chiquita me encantó leer, y agradezco a mi madre por enseñarme el placer de la lectura a mis cuatro años de edad. También aprovecho para agradecer a toda mi familia, abuelas, tíos y amigos de mis padres, por haberme regalado en cada navidad y cada cumpleaños libros ¡muchos libros! ¡Ay, qué lindo era sentarme en mi cama con una manzana verde en una mano y un libro en la otra! A pesar de que no tengo tanto tiempo hoy en día para pasarme horas panza arriba leyendo, intento encontrar huecos durante el día, en especial a la noche. Y mi mesita de luz lo sabe, con las pilas de libros que tiene encima. Para desconectar de la pantallita, en vez de chequear el correo electrónico o el Facebook por la milésima vez, dejo el celular fuera de mi cuarto y me entretengo con un libro. Temas interesantes hay a montones.
Lo de preguntar también viene al caso. Uno pregunta para aprender, porque de verdad: nadie nace sabiendo nada. Tal vez algunos nacen más curiosos que otros, o con menos vergüenza para ir por el mundo hablando con todos, haciendo las preguntas necesarias, y las innecesarias, para seguir avanzando en su camino. Pero también son cualidades que se pueden aprender, practicar y practicar hasta que se pierda el miedo. Por eso, por ejemplo, tomé clases de teatro los dos años que viví en Galicia, España, y mi primer año viviendo en Nueva York, para perder el miedo a hablar en público, y hasta en otro idioma. Así, estos últimos años me han invitado a participar en foros, a moderar paneles, dar discursos en inglés y hasta poner a La Voz en la radio todos los días (vean la nota de Antonio Flores-Lobos de este mes para más detalles).
Siempre me interesó aprender y comunicar lo que sé. ¿Sabía cuando era adolescente que iba a llegar a donde estoy ahora y quién sabe dónde estaré después? Por supuesto que no. Lo que aprendí es que con pasión solamente no alcanza, hay que ponerle las horas, y los años, de esfuerzo y dedicación. La práctica hace al maestro, o para repetir otro dicho: es 95 por ciento de sudor y 5 por ciento de inspiración.
Estoy parada en los hombros de gigantes, como se dice en inglés. Hoy agradezco a mi familia, a mis padres por haberme inculcado que la educación es la única herencia que me dejarían, ¡y qué gran valor! También agradezco a todos los otros autores que llegaron antes que yo y pusieron por escrito su propia sabiduría, enseñanzas que me han ido elevando. Y por supuesto agradezco a todas las personas de carne y hueso que se han cruzado por mi camino y me han estado enseñando, dándome la experiencia que llevo adquirida en más de veinte años de profesión en el periodismo y el mundo de la comunicación.
Empezamos La Voz en 2018 con esperanzas renovadas de que nuestro granito de arena de la información que les traemos cada mes les ayude a nuestros lectores a navegar su vida aquí en el Valle de Hudson, y a cumplir su propia versión del sueño americano.
¡Un año más caminando juntos!
Mariel Fiori
Directora
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Comments | |
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Comentario: Muy informativo
MUY BIEN
NK Posted: 3/1/2018 |
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