Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Hace 13 años que llegué a este país y hace 12 que hago la revista La Voz. Los años no vienen solos se suele decir y por eso esta década, y más, ha sido de constante crecimiento y aprendizaje, como lo es para cualquier inmigrante que busca progresar. ¿Qué es lo que aprendí? Que en este país de las oportunidades primero hay que enterarse cómo funciona cada cosa, porque el sistema no es tan transparente que de un vistazo ya se pueda estar seguro qué dirección tomar. Me refiero a todo tipo de sistemas, desde la educación y la salud, hasta la política y los negocios. Por eso hay que aprender, informarse, educarse y educar.
Soy periodista profesional argentina. Cuando llegué a los Estados Unidos, ya tenía seis años de experiencia trabajando para diferentes medios de comunicación masivos y medios independientes en Buenos Aires, y dos años para periódicos en Galicia, España. En 2004 Emily Schmall y yo comenzamos La Voz como un proyecto estudiantil en Bard College. En ese entonces la revista salía trimestralmente, tenía sólo 8 páginas, e imprimíamos 500 a 1.000 copias cada vez, en blanco y negro. Pero por algún lado había que empezar. En ese momento, me transferí a Bard, tomé el proyecto después de que Emily se graduó y me gradué de Bard en mayo de 2005. Hice una propuesta a Leon Botstein, el presidente de Bard, para anclar La Voz en la universidad, una entidad sin fines de lucro, para convertirla en lo que es hoy. Mi propuesta fue aceptada y fui contratada como directora de La Voz en septiembre de 2005.
Hoy imprimimos 5.000 ejemplares de La Voz cada mes, para alrededor de 25.000 lectores, en 450 paradas en nuestras rutas de distribución en los condados de Dutchess, Ulster, Orange y Columbia. En 2014 La Voz cumplió 10 años y comenzamos a imprimir en color. A lo largo de los años, La Voz y yo hemos recibido muchos premios. Y todo ello con un presupuesto mínimo, y dependiendo de una red de voluntarios de la comunidad, profesionales free lance y trabajadores estudiantiles en entrenamiento, todo lo cual coordino. Y también vendemos publicidad, dicho sea de paso.
Ha pasado mucho desde el inicio de La Voz: me divorcié, me casé de nuevo, terminé una maestría en administración de empresas (MBA) en NYU, tuve dos hijos (una que ahora tiene cuatro años y el otro apenas uno), me hice ciudadana estadounidense, y voté por primera vez en las elecciones de noviembre de este año, entre otros hechos destacables.
La Voz está entrando a su 13º año de existencia y sé que es el momento adecuado, tanto personal como histórico, para crecer. Después de las elecciones, la población latina en el Valle de Hudson, en el estado de Nueva York, y en todo el país estamos entre los primeros en vivir los cambios en los Estados Unidos. La Voz necesita estar acá para ayudar a los latinos del Valle de Hudson a navegar y estar activos, de ser necesario, cuando los cambios no solo se sientan, sino que ocurran.
Aceptar el statu quo no está en mi sangre, educación o experiencia. Necesitamos usar las herramientas que poseemos (ya sea educación, redes, tiempo y/o dinero) para ayudar a mejorar la parte del mundo donde vivimos. En mi caso, lo hago a través de mi pasión por la comunicación.
La Voz tiene que crecer en número de lectores, llegando a más áreas dentro de los condados que ya cubrimos, y a otros condados en la región del Valle de Hudson. Además, debemos crecer en términos de contenido, ya que no hay otra revista en español en nuestra región. Tenemos una gran responsabilidad de mantener a nuestros lectores informados, de trabajar en un medio de comunicación para el bien público.
Sé muy bien que no puedo hacerlo todo sola, sé que necesitaré tu ayuda. ¿Te gustaría participar, brindar consejos, anunciar tu negocio, hacer una donación monetaria deducible de impuestos (a Bard/La Voz) o colaborar de cualquier otra manera? Por favor, mándame un email a [email protected] para continuar la conversación. Sigamos creciendo juntos, ¡sí que se puede!
¡Qué tengas unas muy felices fiestas y nos reencontramos en febrero!
Mariel Fiori
Directora
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COPYRIGHT 2016
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Soy periodista profesional argentina. Cuando llegué a los Estados Unidos, ya tenía seis años de experiencia trabajando para diferentes medios de comunicación masivos y medios independientes en Buenos Aires, y dos años para periódicos en Galicia, España. En 2004 Emily Schmall y yo comenzamos La Voz como un proyecto estudiantil en Bard College. En ese entonces la revista salía trimestralmente, tenía sólo 8 páginas, e imprimíamos 500 a 1.000 copias cada vez, en blanco y negro. Pero por algún lado había que empezar. En ese momento, me transferí a Bard, tomé el proyecto después de que Emily se graduó y me gradué de Bard en mayo de 2005. Hice una propuesta a Leon Botstein, el presidente de Bard, para anclar La Voz en la universidad, una entidad sin fines de lucro, para convertirla en lo que es hoy. Mi propuesta fue aceptada y fui contratada como directora de La Voz en septiembre de 2005.
Hoy imprimimos 5.000 ejemplares de La Voz cada mes, para alrededor de 25.000 lectores, en 450 paradas en nuestras rutas de distribución en los condados de Dutchess, Ulster, Orange y Columbia. En 2014 La Voz cumplió 10 años y comenzamos a imprimir en color. A lo largo de los años, La Voz y yo hemos recibido muchos premios. Y todo ello con un presupuesto mínimo, y dependiendo de una red de voluntarios de la comunidad, profesionales free lance y trabajadores estudiantiles en entrenamiento, todo lo cual coordino. Y también vendemos publicidad, dicho sea de paso.
Ha pasado mucho desde el inicio de La Voz: me divorcié, me casé de nuevo, terminé una maestría en administración de empresas (MBA) en NYU, tuve dos hijos (una que ahora tiene cuatro años y el otro apenas uno), me hice ciudadana estadounidense, y voté por primera vez en las elecciones de noviembre de este año, entre otros hechos destacables.
La Voz está entrando a su 13º año de existencia y sé que es el momento adecuado, tanto personal como histórico, para crecer. Después de las elecciones, la población latina en el Valle de Hudson, en el estado de Nueva York, y en todo el país estamos entre los primeros en vivir los cambios en los Estados Unidos. La Voz necesita estar acá para ayudar a los latinos del Valle de Hudson a navegar y estar activos, de ser necesario, cuando los cambios no solo se sientan, sino que ocurran.
Aceptar el statu quo no está en mi sangre, educación o experiencia. Necesitamos usar las herramientas que poseemos (ya sea educación, redes, tiempo y/o dinero) para ayudar a mejorar la parte del mundo donde vivimos. En mi caso, lo hago a través de mi pasión por la comunicación.
La Voz tiene que crecer en número de lectores, llegando a más áreas dentro de los condados que ya cubrimos, y a otros condados en la región del Valle de Hudson. Además, debemos crecer en términos de contenido, ya que no hay otra revista en español en nuestra región. Tenemos una gran responsabilidad de mantener a nuestros lectores informados, de trabajar en un medio de comunicación para el bien público.
Sé muy bien que no puedo hacerlo todo sola, sé que necesitaré tu ayuda. ¿Te gustaría participar, brindar consejos, anunciar tu negocio, hacer una donación monetaria deducible de impuestos (a Bard/La Voz) o colaborar de cualquier otra manera? Por favor, mándame un email a [email protected] para continuar la conversación. Sigamos creciendo juntos, ¡sí que se puede!
¡Qué tengas unas muy felices fiestas y nos reencontramos en febrero!
Mariel Fiori
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