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Foto de Ilene Cutler
Foto de Ilene Cutler

Crónica de una huelga estudiantil en New Paltz

Por Cecia Juárez Sánchez
December 2016
Son las 12.37 pm del viernes 11 de noviembre. Voy tarde de camino a la clase de física en el Lecture Center de la Universidad SUNY New Paltz. Camino con prisa. Algo hay en el ambiente que es diferente a otros días en el camino a clase. Se escuchan voces a la distancia.
Hay un grupo de estudiantes cerca del cuadrángulo de humanidades, una placita frente al edificio Coykendall de Ciencias. Hay una muchedumbre alrededor de un chico que sujeta algo que parece un amplificador. Todos alzan su voz, en tono unísono se escuchan las demandas de “Fire Trump!” Son no menos de 500 estudiantes reunidos en una marcha organizada, una huelga o walkout de estudiantes en protesta del resultado de las elecciones llevadas a cabo en los Estados Unidos el 8 de noviembre. Una manifestación en contra de los mensajes dichos durante poco más de un año de campaña. 

El sentimiento es intenso. Los estudiantes comienzan su marcha hacia las calles principales del poblado de New Paltz. Camino un pequeño tramo con ellos, los escucho, documento, tomo fotografías. Algunos llevan pancartas con mensajes, “Love Trumps Hate”, “#Notmypresident, “The people united will never be defeated.” Siento un nudo en la garganta. El corazón late fuerte. La caminata continúa y es muy larga. Imparable. Pacífica. Ordenada. Regreso apresuradamente a clase. Tomo asiento. Observo a mis compañeros. Faltan algunos.

La clase es un microcosmos de diversidad en nuestra comunidad. Observo a un par de compañeras con velos cubriendo su cabello. Observo los colores en mi clase. Veo mi piel morena. Leo mis notas mitad inglés, mitad español. Salgo apurada buscando al resto de los estudiantes al terminar la sesión, pero ya se han dispersado.

Leo un poco más tarde que ese mismo día apareció un grafiti con mensajes derogatorios en el baño de un dormitorio en nuestro campus, el edificio Bouton Hall. La policía investiga mientras el rector de la universidad, Donald Christian, se dirige a la comunidad estudiantil con un mensaje reprobando dichos mensajes. En su comunicado reprueba cualquier discurso de odio y prejuicio en nuestra comunidad. Agrega que se actuará de acuerdo a protocolo y alienta a los estudiantes a buscar apoyo en los recursos disponibles en el campus. Enfatiza que se deben exponer este tipo de hechos para exhibir estos prejuicios con el propósito de educar y construir el espíritu de solidaridad y comunidad en contra de este daño. Finaliza comentando que nuestro campus es un centro con una gran diversidad de razas, religiones, sentimientos nacionales, orientación sexual y de género, edades, habilidades físicas, intereses intelectuales y un punto de encuentro sobre diversos puntos de vista.  Nos solicita paciencia y exhorta a la tolerancia.

Los estudiantes parte de las minorías étnicas nos preocupamos, más no nos dejamos amedrentar. Algunos comentamos en las redes sociales con reticencia. Sin embargo, compartimos mensajes de resiliencia. El escuchar sobre el malintencionado grafiti causó un efecto, quizá el que el autor buscaba. Al mismo tiempo, el walkout demostró que la unidad estudiantil de estos jóvenes sobrepasa la intención de algún individuo de causar algún daño en nuestra comunidad.
 
La huelga es un recordatorio de que no se debe bajar la guardia en la defensa de la libertad de expresión y que existen grupos que están dispuestos a defender los principios básicos de convivencia. Aun más, que no están dispuestos a tolerar el efecto de la retórica negativa de aquí en adelante.
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