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Elva Margarita Corbatón. Foto de Antonio Flores-Lobos
Elva Margarita Corbatón. Foto de Antonio Flores-Lobos

Sueño americano

Elva Margarita Corbatón: en la ruleta de la vida

Beneficiando a los hispanos de Poughkeepsie

Por Antonio Flores-Lobos
June 2014
 En la biblioteca, algunos la ven dando clases de computación en español. En la comunidad, otros la ven reclutando a hispanos para que asistan a las clases de inglés. En la iglesia unos la ven cantando en el coro, y otros la ven respondiendo a preguntas de los feligreses, o pasando información por teléfono o correo electrónico.  Así de intensa e interesante es la vida que la mexicana Elva Margarita Corbatón ha decidido vivir en Poughkeepsie, con tal de agradecer a su comunidad por lo mucho que le ha dado.



Pero su vida no siempre fue así. De hecho, ella pasó cinco años de su vida en Wappinger Falls, siendo ama de casa y cuidando de sus caninas, una pastora alemán que trajo desde México y que responde al nombre de Chacha  y otra, una perra labrador llamada Nana.

Fueron cinco años de transición, después de haber llegado de su nativo Tepic, Nayarit,  en donde usaba su licenciatura en administración de empresas para cuidar de la boutique propiedad de su familia. Ella llegó en avión a los Estados Unidos, no como la mayoría de sus paisanos. Su vida era placentera y no tenía la necesidad de dejar su tierra, amigos, familia o su carro. Pero, como dice la canción, “cuando el amor llega así, de esa manera”, a la gente no le queda otra más que seguir su destino, y Elva Margarita no “tuvo la culpa”, ni fue la excepción. Y así, ella llegó al Valle del Hudson, siguiendo al amor de su vida, a su esposo Miguel.

En esos cinco años como nueva inmigrante, la mexicana, quién no tenía carro, aprendió a disfrutar de los quehaceres domésticos a los que no estaba acostumbrada. “La vida”, dice Elva Margarita, “es una ruleta y, como me decía mi mamá, hay que ser mujeres completas y estar dispuesta a aprender nuevas cosas y adaptarse a los cambios”.

Pero todo tiene su límite y un buen día, ella y su hermana Lupita, que también había llegado aquí con su esposo, se aventuraron a tomar “el camión” que pasaba a unas cuadras. No sabían adónde iba, ni les interesaba, sólo querían dejar la monotonía, pasividad y encierro del hogar y ver el mundo exterior. El autobús las dejó en un centro comercial, conocido como La Galería. Ahí el mundo se les abrió, y el resto, ¡es parte de esta historia!

Ayudándose  a ayudar

Corbatón comenzó, y con ganas, a informarse sobre dónde aprender inglés, porque, dicho sea de paso, en México no hablaba más que lo más mínimo. Fue así como llegó a la institución Literacy Connections en donde, mientras aprendía el nuevo idioma, se ofreció como voluntaria, ganandóse así no sólo más conocimientos, sino también la confianza de los que allí trabajaban. “Es que yo miraba a mi tutor de inglés, Robert Lewis, y a otros, todos voluntarios, dar tanto de ellos para ayudarnos a navegar mejor en este nuestro nuevo país. De hecho, ese apoyo y cariño que me daban, me dio el empuje y la seguridad para seguir adelante y ver como yo podía ser más útil y regresar un poco de lo que me daban”. 

De ahí mismo la recomendaron a la Biblioteca Pública de Poughkeepsie cuando esta otra institución buscaba a una persona bilingüe para que les ayudara, no sólo a servir como enlace entre los maestros y los estudiantes, sino también a reclutar hispanos para el ahora exitoso programa “Plaza del Aprendizaje”, el cual ofrece clases de inglés y computación.

Ahora los miércoles ella enseña una clase de computación en español. Pero no le gusta que le llamen maestra porque, como dice “yo sólo estoy compartiendo lo que sé”.

Trayendo información sobre lo que se brindaba en la biblioteca, Elva Margarita Corbatón llegó a la Iglesia Santa María. Y también allí se dio como voluntaria, sin saber que eventualmente se le ofrecería un trabajo como recepcionista y secretaria.

Ahora, como muchos de sus paisanos, la hispana cuenta con dos trabajos, y poco tiempo libre, el cual ella disfruta participando en el coro de la iglesia, paseando sus mascotas, decorando su hogar y, sobre todo, pasando tiempo con su familia.  

El reconocimiento de La Voz

Cuando recibió la noticia de que fue nominada como una Inspiradora para la revista La Voz, de pronto se sintió no merecedora del reconocimiento porque para ella, las inspiradoras son aquellas mujeres luchadoras que con hijos tienen que levantarse temprano para darles de comer y salir a trabajar todos los días. “Yo en realidad he sido bendecida, y estoy muy agradecida con Dios por todo lo que me ha dado”.

La realidad es que Elva Margarita, quién ve a su madre como la parte fundamental de su inspiración, se ha convertido en una persona esencial e inspiradora en su adoptiva ciudad de Poughkeepsie. Ella es, sin duda, toda una fuente de información a la que los hispanos buscan, en la iglesia o en la biblioteca, siempre que necesitan saber sobre un doctor, un abogado, o los tipos de servicios que ofrecen las diferentes agencias de la ciudad y el condado.

 

Como Secretaria y Recepcionista:

Iglesia Santa María de Poughkeepsie

231 Church Street

(845) 452-8250

 

Como Facilitadora y Maestra:

Biblioteca Pública de Poughkeepsie

93 Market Street

(845) 485-3445 Extensión 3321





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