Kingston celebra su diversidad
Por Emma Kading
May 2014“¡Qué fiesta podría hacer el mundo entero con sus diferencias tan hermosas!” exclama Geoff Miller, organizador de la segunda Celebración barrial anual en el Parque Gallo de Kingston. Sigue Miller, “de la misma manera que disfrutamos la comida de otras culturas, podemos disfrutar de su música y de todos los aspectos de la vida. Si nos unimos para celebrar estas cosas que son en sí disfrutables y no amenazantes, podemos bajar nuestras barreras y participar”. Falta muy poco para ver este sueño hecho realidad.
La celebración tendrá stands de cada pueblo o grupo étnico donde habrá actividades culturales, especialmente para los niños, incluyendo taller de armado de piñatas, carteles explicando su cultura e historia en Kingston, y deliciosa comida a precios bajos para probar. También, habrá mucho entretenimiento. Cada grupo hará una presentación, incluyendo bailes folklóricos, música en vivo y canto a cargo de miembros de la comunidad y grupos juveniles. Los participantes incluyen varias organizaciones sin fines de lucro, como la revista La Voz, y representantes de muchos grupos como Afroamericanos, Alemanes-americanos, Griegos-americanos, Ucraniano-americanos, Irlandés-americanos, Judío-americanos, Hispano-americanos, Americanos Indígenas, Japonés-americanos y más. “Esperamos que esta fiesta del barrio sea un evento donde, por lo menos, un día cada año, todas las personas de Kingston puedan venir y disfrutar de las culturas de todos”, explica Miller.
La fiesta barrial fue idea de Geoff Miller, quien la presentó al comité del Centro Reher, que se interesa por la historia de la región, la justicia social y el bienestar de la comunidad. La idea surgió en una conferencia sobre etnomusicología, materia en la cual Miller posee una maestría. Geoff imaginó una fiesta con muchos cuartos abiertos, cada cuarto con música de una cultura diferente, con personas pasando de cuarto en cuarto escuchando, disfrutando, participando y compartiendo…
De familia judía que llegó de Ucrania a Nueva York en los años 1890, Miller notó la importancia de la comunidad en su juventud, cuando vivía en la ciudad de Nueva York y veía cómo existía harmonía entre la comunidad judía y otras culturas. Pero cuando se fue de la ciudad, no vio lo mismo y se dio cuenta de la importancia de la aceptación de todas las etnicidades. Esta importancia ha persistido y es parte de su trabajo con el Centro Reher. Además de la fiesta barrial (o block party, como es anunciada en inglés), el Centro Reher trabaja en restaurar una antigua panadería para convertirla en un centro cultural de Kingston con exhibiciones y eventos culturales que cuentan las historias de las comunidades de inmigrantes.
LA VOZ, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
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