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Buen Gusto

La voz invita: Concierto en Rhinebeck

Por Andrés Martínez de Velasco
April 2013
Todo se siente totalmente natural y orgánico, los sonidos nos cargan y dejan suspendidos en toda tranquilidad y sin ningún sobresalto, y desde este punto de vista podemos entender mejor la música y quizás también algo de nuestra propia vida. ¿Es posible que la música nos provoque esto? Sí, y bastante más también. Sigue leyendo para saber sobre un concierto para ir a ver y oír en Rhinebeck.
Con un programa que explora desde la tranquilidad más serena hasta la tragedia más profunda, el trío Horszowski, compuesto por Raman Kanakrishnan (cello), Reiko Aizawa (piano) y Jesse Mills (violín), se presentará en Rhinebeck el domingo 21 de abril en la iglesia del Mesías (6432 Montgomery Street, Rhinebeck, NY) a las 3pm. Los miembros del trío son músicos reconocidos internacionalmente cuyo interés principal es presentar una experiencia en la que la música cobre vida. Raman Kamakrishnan dice que “cada concierto es diferente, aun cuando toquemos la misma pieza. Estamos tocando y de repente me doy cuenta de que Jesse está haciendo algo nuevo que no hemos ensayado, cantando una frase de una manera distinta, y me toca responder y reaccionar a él, todo esto mientras Rieko nos dirige hacia un lugar familiar pero no del todo conocido, empujando y deteniendo la velocidad de la música y la acción. ¡Es muy emocionante!”

El programa

El programa de este concierto incluye el trío gitano del compositor alemán Joseph Haydn, el trío en re menor del francés Gabriel Fauré y en fa mayor del Checo Antonín Dvořák. La composición alemana y la checa están unidas por la música y el baile tradicional, entretejidas en una textura de cuerdas y piano. Las dos presentan una adopción de la música popular de parte de la “música de sala de concierto”. Muestran cómo un compositor entiende y escucha la música que escuchamos todos; como si hoy un compositor tomara una de las canciones más populares de la radio y la usara como la base de una composición clásica. Las transformaciones por las que Haydn y Dvořák llevan estos temas típicos de su época y área geográfica (siglos XVIII y XIX respectivamente) es sorprendente, presentando unas obras de arte de una profundidad y rango expresivo inesperados de algo que parecía sencillo. No hace falta saber nada de música ni de su historia para sentir un baile pulsando entre la efervescente actividad musical de estas composiciones, y de repente darse cuenta de que inconscientemente hemos estado moviéndonos al ritmo de la música los últimos diez minutos.  

Estas dos piezas por momentos también dejan al lado la tremenda energía del baile y la fiesta para presentar temas de carácter nostálgico que provocan escalofríos por su sinceridad y belleza. En el tercer movimiento del trío de Dvořák, por ejemplo, se siente como el violín y cello te levantan con sus melodías, sin trabajo alguno, y te dejan flotando, suspendidos sobre las harmonías del piano que se han vuelto una vida que vemos desde arriba mientras ésta nos cuenta todos sus secretos callados. Todo se siente totalmente natural y orgánico, nos cargan y dejan suspendidos en toda tranquilidad y si ningún sobresalto, y desde este punto de vista podemos entender mejor la música y quizás también algo de nuestra propia vida.

La composición de Fauré tiene una conexión especial con el ensamble de Kamakrishnan, Mills y Aizawa, cuyo nombre viene del famoso pianista ucraniano Mieczysław Horszowski. Horszowski conoció e incluso tocó para Fauré cuando era un niño. La pianista Reiko Aizawa tocó y estudió con el celebrado Horszowski cuando este se mudó a los Estados Unidos en 1940, huyendo de la segunda guerra mundial. La genealogía de las enseñanzas que recibió Aizawa con este gran pianista se pueden rastrear hasta uno de los compositores más famosos de toda la historia, Horszowski habiendo estudiado con un celebrado alumno del mismo Beethoven, Carl Czerny. Es así que este trío intenta presentar algo con lo que tienen una conexión personal e íntima, que sin duda influye en cómo interpretan la pieza. Son muy escasas las ocasiones en las que se puede establecer un lazo personal entre un músico y cualquiera de estos compositores.

No es necesario saber nada para disfrutarlo, lo único que hace falta es tener las ganas de encontrar algo, estar abierto a todo lo que la música te pueda presentar y sobre todo, escuchar.

La Voz invita

El precio de la entrada del concierto del 21 de abril es de $25. Gracias al Rhinebeck Chamber Music Society, La Voz estará regalando 10 entradas a los primeros diez lectores de la revista que nos escriban por email a [email protected], o nos llamen al (845) 758-6822 x3759 y se registren con sus datos para este evento.

 

*Andrés Martínez de Velasco es compositor y estudiante del Conservatorio de Música de Bard College


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