Poder Crear. Parte II

Supongamos que su meta es disfrutar de buena salud. Observe su comportamiento respecto a esa meta. Todos deseamos ser saludables, pero a menudo no hacemos nada para lograrlo. Si quiere estar sano y no obstante ingiere alimentos desnaturalizados y deja de hacer el ejercicio apropiado o de proveerse de aire fresco, suficiente sol, descanso reparador, buena compañía, puede seguir creyendo que quiere disfrutar de buena salud, pero verá que no está haciendo las cosas que llevan a la consecución de ese deseo. En realidad, está tan carente de objetivos con su meta como la persona que dice que lo único que desea es ser feliz y está todo el día lamentándose.

Una persona que desea ser feliz tiene que aprender a expresar felicidad en y a través de su vida. Por tanto tendría que desarrollar ciertas cualidades: examinar lo que está haciendo en sus relaciones con los demás, lo que está haciendo con su trabajo, su familia y con sus emociones. Si esta persona siente y piensa que los demás son despreciables, que la vida es un sacrificio insoportable y dice que lo único que quiere es ser feliz, se está evadiendo. Está huyendo de la responsabilidad que tiene en la interpretación de su propia vida y de su entorno, y expresa su sensación de “pobre de mí” implorando ser feliz como anestesia para evitar el dolor que le produce la poca conciencia que tiene de sí mismo.

La conciencia personal solamente puede ser desarrollada conforme nos damos cuenta de lo que estamos haciendo en nuestras vidas, y esto se logra proponiéndonos metas definidas con objetivos específicos. De allí que sea mejor decir “quiero un carro”, que decir “no quiero nada”. Si dice que no quiere nada, tendrá nada y con el tiempo perderá lo mucho o poco que tenga. Qué es lo que hay que tener? Entendimiento, un deseo bien cultivado.

Menospreciar el bienestar personal no es una forma efectiva de vivir. ¿Alguna vez se ha enamorado o ha estado frente a quien lo está perdidamente? ¿Ha notado que irradia algo especial? ¡Es porque se encuentra en un estado de satisfacción personal! Si usted se encuentra personalmente satisfecho irradia hacia la vida algo gozoso, feliz y bello. Recuerde: su bienestar personal es el primer paso para un mundo más feliz. ¿Cómo podría esto ser indeseable?

Lo que debemos a la vida, al universo, a los demás seres humanos, lo que debemos a todo lo que vive, y a nosotros mismos, es trabajar en nuestra propia realización de manera que también irradiemos belleza, felicidad, amor y unidad. No somos criaturas separadas, estamos ineludiblemente unidos. Si usted es infeliz, transmite infelicidad a los demás, aunque se note más intensamente hacia aquellos en contacto directo con usted, pero todos, hasta la estrella más distante, se entristecen con su dolor. Cuando pensamos estamos actuando como una emisora de radio: todo lo que pensamos o sentimos lo transmitimos a todo el universo. Afectamos todo cuanto existe con nuestros pensamientos y sentimientos.

¿Ha oído hablar del efecto mariposa? Afectamos cualquier cosa que nuestra conciencia pueda imaginar. Esfuércese por cultivar sus deseos y establecer objetivos adecuados. Sabemos que al superarnos, al desarrollar satisfacción para nosotros, al desarrollar la capacidad de sonreír, de cantar, de amar, de danzar, a través de nuestra realización personal, estamos colaborando con el deseo e intención más potente del universo. Le recuerdo las palabras de Deepak Chopra: “Si nuestra vida es el regalo que hemos recibido de Dios, lo que hacemos con ella es nuestro regalo a él”.

Quizás ahora pueda reconocer la razón más poderosa para descubrir lo que realmente quiere.

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Es muy importante estudiar lo que hacen nuestras emociones y cómo actúan. Lo logramos a medida que trabajamos con metas. Elija la que le apetezca, pero trabaje en ella, pronto descubrirá que aquellas que después de todo no eran importantes, se caen como las hojas secas de los árboles y desaparecen como la adoración por los juguetes cuando el niño entra en la pubertad. Lo que no es esencial en la vida desaparecerá, y solamente permanecerá aquello que es importante, aquello que expresa verdaderamente el gozo y la gloria de la vida.