¿Cómo ver un debate?

Los debates presidenciales pueden parecer sencillos, y es posible que se pregunte por qué alguien necesitaría una guía para observar a los candidatos discutir los problemas. Bueno, si es como yo, puede que le cueste distinguir entre la elocuencia y la inteligencia. Muchos candidatos son muy buenos ​​oradores públicos y son maestros en dar respuestas que aparentan ser inteligentes. Sin embargo, es muy importante que nosotros como votantes no aceptemos respuestas que sólo aparentan ser inteligentes, sino que aprendamos a analizar cuidadosamente las respuestas que nos dan nuestros funcionarios. La mejor manera de hacerlo es ver un debate informado, e incluso con un poco de escepticismo.

Una manera de prepararse para un debate es pensar en preguntas para las cuales desea una respuesta. Por ejemplo, si está interesado en la crisis económica actual, y tiene curiosidad de saber cómo si el candidato es elegido presidente planea crear más puestos de trabajo, o quiere saber si el candidato está a favor de aumentar o recortar los impuestos. Después de formular sus preguntas, sería beneficioso pensar en cómo respondería usted a estas preguntas, y lo que usted personalmente considera es el mejor plan de acción con el fin de obtener el mejor resultado. Es importante que la persona a quien elegimos para ser presidente, nos tenga en cuenta por encima de otros intereses. Es importante que a esas alturas de su observación se asegure de que está viendo el debate con una mente abierta. Es más que probable que no encuentre un candidato que tenga exactamente su mismo punto de vista, o las respuestas a las preguntas que usted tiene.

Algo más para tener en cuenta en un debate presidencial, es si el candidato responde a las preguntas que se le hacen directamente o si responde con rodeos. Si el candidato no es capaz de dar una respuesta directa acerca de cuál es su posición sobre un tema, puede que no tenga aun un plan, o puede que tenga miedo de dar una respuesta desagradable que podría alejar a posibles votantes. Es importante que los candidatos sean capaces de dar detalles sobre sus planes y sentimientos sobre ciertos temas, porque la vaguedad no da nada a los votantes para tomar una decisión. Incluso si el candidato parece estar diciendo algo importante, es responsabilidad del ciudadano analizar cuidadosamente las respuestas de los candidatos en busca de incoherencias e imprecisiones. Por eso, es primordial que el candidato apoye sus argumentos con hechos, y no sólo con su opinión y emociones como el factor determinante para su respuesta.

Si durante un debate, el candidato parece no seguir los criterios anteriores, o es incapaz de responder a las preguntas, usted tiene el derecho como votante de dudar de ellos, y por lo tanto no darles su apoyo en las elecciones. Sin embargo, si un candidato parece tener conocimiento, confianza y, sobre todo, si sus opiniones se alinean con la suya, probablemente puede apostar que ese es el candidato por el que desea votar. Observar debates, entender cómo verlos de una manera informativa será más que suficiente preparación para emitir su voto el día de las elecciones.