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Testimonio

Joselo Lucero, y un merecido reconocimiento

Por Victoria Russo
June 2012
En una gran sala del edificio legislativo en Albany decenas de personas estaban esperando, conversando con miradas de orgullo en sus rostros. Latinos de todas partes del estado de Nueva York se habían reunido para celebrar su trabajo, y había un aire fuerte de unidad. En este momento me sentí feliz de que por fin estábamos reconociendo estrellas no por su fama, sino por sus contribuciones a la comunidad. 

La entrega de premios Rising Latino Stars de The Hispanic Coalition of New York celebró el trabajo de 40 Latinos menores de cuarenta años, dedicados y motivados que habían hecho una diferencia positiva en sus comunidades. Venían a la capital Albany de todas partes del estado, pero todos tenían una meta común: crear un futuro mejor para todos.

Cómo declaró la presidente de la convención Jerusha Ramos, no importa verse en la cima; lo que importa es ayudar a los demás llegar hasta allí. Los destinatarios incluyeron activistas, dueños de negocios, estudiantes, y personas de los medios de comunicación, todos comprometidos a mejorar la sociedad. Todos reconocieron que todavía hay mucho trabajo para hacer en mejorar las condiciones en los Estados Unidos, pero los miembros de la comunidad Latino podrían decir en definitiva que están trabajando en solidaridad para inspirar el cambio.

Todas las personas quisieran encontrar una vocación que las inspiren, pero para algunos esta inspiración empieza con una tragedia.

De la tragedia al activismo 

En noviembre de 2008, la vida de Joselo Lucero cambió para siempre cuando su hermano, Marcelo Lucero, fue brutalmente asesinado simplemente por el hecho de ser latino cuando caminaba por la calle por un grupo de adolescentes racistas en Patchogue, NY. La familia Lucero vino a los Estados Unidos desde Gualaceo, Ecuador en 1998 con la esperanza de encontrar una vida mejor. Joselo dice “Fue difícil adaptarse a la vida acá y empezar desde cero,” especialmente porque en esa época él no hablaba inglés. Por encima de todo, la muerte de su hermano le dejó con un sufrimiento inmenso.

Joselo, de 37 años de edad, sabía que necesitaba hacer un cambio en su vida; y en ese momento empezó su transformación de trabajar como soldador a ser la voz de su comunidad, gracias a la fundación Hagerdorn. Al contar la historia de su hermano, Joselo lleva un mensaje de solidaridad a todos los inmigrantes en este país. Joselo dice “Uno no elige las circunstancias,” pero Joselo eligió el camino de su futuro. Ahora trabaja como activista especialmente en su comunidad de Long Island en Nueva York. Joselo da charlas a jóvenes de la comunidad con mensajes de igualdad y paz. Él quisiera extender la idea de aceptar la diversidad y por eso para él es muy importante hablar con los jóvenes.

Al preguntarle si es difícil mantener una conversación sobre igualdad en una sociedad que todavía no acepta totalmente a los inmigrantes, Joselo responde que en todas partes del mundo hay grupos diferentes, y el odio de varios grupos existe en todos los lugares. “Estoy tratando de cambiar eso”, afirma.

En la muerte de Marcelo Lucero como en el asesinato reciente de Trayvon Martin, un joven negro de Florida asesinado por un miembro de vigilancia barrial, el odio por estereotipos de orígenes étnicos condujo a la violencia. El mensaje de Joselo es que los prejuicios que causan los estereotipos conducen a la intimidación, que causa el odio, y es nuestra responsabilidad el romper esta mentalidad. Joselo dice que el reconocer a los jóvenes latinos, 40 Under 40, muestra que estos líderes están causando un gran impacto. “Poco a poco, podemos facilitar el cambio” dice Joselo, “juntos, podemos crear una vida mejor” y subraya, “Por eso yo vine a este país”.
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