El burrito que hacía oro
Después de mucho vagabundear y vivir cientos de aventuras, Pedro llegó a México. Había pasado algún tiempo desde su última triquiñuela y sólo le quedaban unas pocas monedas de oro y un burrito. Entonces se dijo que tenía que venderlo. Pero, en realidad, estaba planeando uno de sus trucos. Así fue como le dio de comer a su burrito las últimas monedas de oro que tenía en el bolsillo.
Al día siguiente, Pedro y su burro andaban por un camino solitario cuando Pedro escuchó el “clink-clong” de un sonido metálico. Miró para abajo, y allí estaban sus monedas mezcladas con la bosta del burrito.
—¡Muy bien!, —le dijo Pedro a su burro, —Ahora sólo tenemos que esperar a que alguien pase por aquí.
Muy pronto, vio venir a un gringo. Era un hombre rico que montaba un hermoso caballo y guiaba un recua de mulas.
Sin perder un momento, Pedro se puso a separar las monedas de la bosta.
—¿Qué haces?, —le preguntó burlándose el gringo.
—Estoy recogiendo las monedas de oro de la bosta de mi burrito.
—¡¿Bosta de oro?! —Exclamó el hombre.
—Sí, —le explicó pacientemente Pedro. —Mi burro come hierba, pero su estómago la convierte en oro porque yo lo trato con mucho cariño. Todos los días recojo un puñado de monedas como éste.
—¡Te compro el burro! —Dijo el gringo.
—¡Ah, NO! —contestó Pedro. —¡NUNCA voy a vender a mi burrito!
—Te doy todas estas mulas, y joyas, y mucha plata, —dijo el hombre.
—No me hagas reír, —le contestó Pedro. —¿Para qué quiero tus mulas cuando, todos los días, mi burro produce suficiente oro como para comprar muchas más?
—¡Te doy mi caballo!, —dijo el gringo, y desmontó de un salto.
—Mmm... — Sonreía Pedro. —¿Qué valdrá más: un caballo o un burro que produce oro? ...Pero... ¡me gustan mucho el traje y las botas que llevas! Quizás... si me dieras tu traje y tus botas y tu caballo y las mulas... y también las joyas y la plata consideraría darte a cambio mi burrito.
Antes de que Pedro terminara de hablar, el gringo se había quitado el traje mientras calculaba en su cabeza las riquezas que obtendría del pequeño burro.
—¡Hasta siempre, mi amigo!, ¡vamos mis mulas!, —saludó Pedro desde arriba del caballo, mientras emprendía el galope vestido con el magnífico traje del gringo. Los bolsillos le reventaban de joyas y plata.
Al mirar para atrás vio al gringo que, en su ropa interior, acariciaba la frente del burrito y le besaba la nariz.
El burrito que hacía oro es la traducción de Burro Gold del libro Pedro Fools the Gringo, una colección de cuentos populares acerca de las aventuras del personaje folclórico Pedro de Urdimales, que Tona Wilson y María Cristina Brusca publicaron en inglés. Este pícaro timador, conocido en España y todos los países de América, siempre se aprovecha de la codicia y la maldad de los otros para estafarlos.
Si quieres leer otros cuentos de este pícaro en inglés pide el libro:
Pedro Fools the Gringo by Brusca-Wilson en tu biblioteca.
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