Su Dinero

El arte de ganar dinero. Penúltima entrega

Más consejos prácticos

Por Phineas-Taylor Barnum
November 2010

En esta guía, el famosísimo multimillonario director de espectáculos P.T. Barnum, da una serie de recomendaciones que tienen que ver con ganar dinero en los Estados Unidos. Aunque Barnum escribió El Arte de Ganar Dinero hace más de 130 años, sus consejos siguen teniendo asombroso valor hoy en día.

 

Métodos de venta

Existen en teoría dos sistemas opuestos en el arte del comercio:

1. Vender barato y vender mucho.
2. Pocas ventas y muchas ganancias en cada operación.

El primer método conviene á los países democráticos. Gracias a él se han amasado en América enormes fortunas. El segundo a las naciones o a las ciudades en que predomina el elemento capitalista y aristocrático.

Resolución

Los Rothschild tienen la siguiente divisa: Sé prudente y atrevido. Parece a primera vista que los dos adjetivos se dan de cabezadas. Nada de eso, el sentido exacto de la fórmula Rothschild es: Sé prudente para emplazar tus artillerías y atrevido en la acción. Ya cuentan con capital, conocimientos y buen material de campaña. Sólo falta decir resueltamente, sin mirar atrás, ¡Adelante!, y, créanme, llegarán. El go ahead! estadounidense, combinado con la perseverancia china, hacen milagros. Acuérdense de Hernán Cortés quemando las naves o de Wellington consumiendo en Waterloo sus últimos cartuchos. ¡Ay del vacile! ¡Ay del que se quede atrás!

Suerte

No existe buena suerte ni mala suerte. Cada cual tiene la que se busca. Una persona se encuentra en la calle una bolsa repleta de monedas de oro. «¡Qué suerte!» -- dicen algunos. Pero, ¿se puede asegurar que ese hombre va a encontrarse todos los días bolsas igualmente llenas? Si así ocurriera sería la suerte. Esto no se ve, sin embargo, más que en los cuentos de Las mil y una noches. En la vida real, el individuo se fabrica su felicidad o su desgracia. Al menos en los negocios, es necesario pensar de ese modo. El comercio es un juego de probabilidades. Precisa, pues, sumar el mayor número posible de probabilidades de triunfo.

Los Rothschild siguen el sistema de no admitir empleados que se tengan por hombres de «mala sombra». Y hacen muy bien, porque, una de dos: o el individuo miente, y en tal caso es conveniente prescindir de él, o por el contrario, si en realidad es un desdichado, no cabe duda que tiene motivos razonables para ello. Ese hombre no prestaría buen servicio.

Persistencia en el método

Una vez que hayan adoptado un sistema, no lo abandonen sino cuando estén convencidos de que es verdaderamente malo. Este es el límite racional del precepto.

Los propietarios de «Astor House», el famoso hotel de Nueva York, habían estudiado en Europa el funcionamiento de los grandes hoteles. Alardeaban de ser metódicos y sistemáticos en todas sus cosas. Su casa era un inmenso reloj, donde hasta las más nimias operaciones se hacían con regularidad matemática. Un día faltó un mozo a la hora de servir la comida. El propietario, contrariado en sus hábitos de puntualidad sistemática, llamó al comedor al encargado de limpiar las botas de los huéspedes. «Pat – le dijo—, ponte un traje negro, después lávate bien las manos y la cara, y ven en seguida». El buen Pat ejecutó en un abrir y cerrar de ojos las órdenes de su patrón. Este añadió entonces: «Vas a servir a los viajeros. Con objeto de no cometer torpezas, imita lo que hagan los demás mozos. Te advierto que aquí imperan el orden y el método. Allí tienes dos señores a quienes servir. Llévales primeramente un plato de sopa. Luego les preguntas que es lo que desean. ¿Has comprendido?»

El improvisado mozo llevó a los dos clientes sus respectivos platos de sopa. Sucedió, sin embargo, que, mientras uno de los caballeros la emprendió en seguida con el humeante líquido, el otro rechazó su sopa, diciendo a Pat: «Tráeme pescado». El ex limpiabotas, fiel a las instrucciones recibidas, replicó: «Imposible, señor; no puedo traerle nada hasta que consuma la sopa. Aquí imperan el orden y el método. Hay que empezar por el principio».

Desde luego, no hay necesidad de imitar a Pat en el rigor de su sistema. Pero el orden es condición esencial en toda empresa comercial o industrial. Es también una regla indispensable en la vida privada. El que ordena su tiempo y su labor por modo invariable y sistemático, economiza tiempo y esfuerzos. El hombre de negocios debe ser metódico al dar instrucciones a sus empleados; metódico en la organización del trabajo de cada uno; metódico en el empleo de las horas del día.

 

CONTINUARÁ…

 

 


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