Desde la cárcel
La Europa de América
Por Byron Ortiz
July 2009 “Gobernante, en un pueblo nuevo, quiere decir creador”. Estas célebres palabras las expresó el escritor cubano José Martí, en relación al tema de cómo gobernar en Latinoamérica, en su ensayo “Nuestra América” algunas ocho décadas después de la independencia de los países latinoamericanos. Y es que en esos tiempos Latinoamérica pasaba por una época de adaptación. Los países latinoamericanos debieron adaptarse a nuevas formas de gobierno, independientes de los yugos españoles. “El gobierno ha de nacer al país”, exclamó Martí. El problema es que los ciudadanos, según el, están divididos en dos facciones: “El mestizo autóctono” y el “criollo exótico”.El mestizo es quien debe gobernar, asegura Martí, porque éste conoce “sus tierras y tiende a defenderlas con su vida”. Los criollos, al contrario, “a adivinar salen… con antiparras yanquis o francesas, y aspiran a dirigir a un pueblo que no conocen”. Pero las cosas no son así de fáciles. Para empezar a comprender la complejidad del asunto de gobierno, aún así como lo propone Martí, antes se debe entender detalladamente el origen de estos dos grupos.
El criollo es el hijo del europeo, pero que ha nacido en América. El mestizo, por otro lado, es el fruto de la unión entre los colonizadores europeos y los indígenas del continente conocido como América. Según Marti, es el criollo quien trae con él la influencia europea, a base de su origen y educación. Por su descendencia autóctona, dice Martí, es el local, o sea el mestizo, quien debe gobernar, porque él tiene raíces “latinoamericanas”. Pero en realidad, Martí no considera que además de sus raíces locales, el mestizo también tiene raíces europeas. Asimismo, con sus propuestas Martí no toma en cuenta los derechos ni las opiniones indígenas. Sino que sólo considera a los invasores con sus extensiones criollas en contra de los mestizos autóctonos.
Civilizados y bárbaros
Martí asegura erróneamente que “no hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza”. Aunque con sus palabras Martí alude directamente al libro Facundo Quiroga: Civilización y barbarie, escrito por el argentino Domingo Faustino Sarmiento, no queda duda de que sí hay una batalla entre la civilización europea y lo que se considera barbarismo indígena. Aunque la historia nos ha enseñado que la invasión europea en estas tierras, ahora llamadas América, fue lo contrario de lo sucedido cuando la civilización europea sufrió la invasión de los bárbaros. Después de la invasión y ocupación europea por las tribus bárbaras, fueron los europeos quienes definieron lo que es e1 barbarismo. Los europeos trajeron a estas tierras su concepto de civilización y clasificaron a la cultura indígena de salvaje. Son los europeos quienes definen barbarismo así como continúan siendo tildadas las costumbres indígenas.
Para corregir los síntomas bárbaros de los indígenas, los europeos casi liquidan a todos los nativos, los verdaderos autóctonos. La ironía de estos actos es que nos se considera bárbaro que para supuestamente prevenir el sacrificio de un indígena, fuera necesario aniquilar a millares. Este acto se conoce ahora como la civilización americana. Esta es la reina de todas las ironías.
Entonces, Martí propone que debe ser el mestizo autóctono quien debe gobernar porque “él sabe con qué elementos está hecho el país y puede ir guiando a los ciudadanos por instituciones nacidas del país mismo”. ¿De qué instituciones Martí estará hablando? ¿Quizás de las iglesias católicas, de las cuales nacieron de filosofías europeas adoptadas de mitos asiáticos? ¿O quizás de las escuelas que siguen un currículo europeo? ¿O quizás de las cortes que practican las leyes de origen español? ¿No fueron estas instituciones, de una manera u otra, las responsables por las masacres en contra de los indios, forzados a escoger el catolicismo o la muerte, la cual los absolvería de sus vidas pecaminosas? Bien sabemos que el currículo de las escuelas de Latinoamérica enseña que fue Cristóbal Colon quien descubrió America. Pero en realidad, Colon descubrió la ignorancia europea. Por ultimo, las leyes españolas acusan en América las prácticas que los conquistadores mismos trajeron, como el alcoholismo y sus efectos colaterales.
Martí asegura que los mestizos autóctonos son quienes han de salvar a America de ser invadida y explotada. Porque los mestizos son “hijos de nuestra America, que han de salvarse con sus indios”. Según Martí entonces, los indios de America nos pertenecen, si somos mestizos. Somos los mestizos quienes tenemos el derecho de gobernar en America y a los indios. Como tal, no debemos apoyar a la “América del Norte porque ella se ahoga en la sangre de sus [mi énfasis] indios”. Con sus palabras, lo que Martí consigue es reflejar la influencia europea, que él mismo reprocha. Indirectamente, Martí promueve el odio racial que él considera pecado.
La influencia europea no es totalmente negativa, ni las locales totalmente positivas. La importancia de éstas es saber que las dos existen y que se deben concordar. El mejor método para esto es exactamente aceptar algunas de las teorías “extranjeras” que apoyan el hecho que “no hay razas” y que “e1 alma emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma y en color”. Las ideas que no se deben dejar de propagar son las siguientes: “Peca en contra de la humanidad el que fomente y propague la oposición y el odio” entre la gente. Porque en realidad, todos somos iguales.
José Julián Martí y Pérez (*La Habana, Cuba1853-1895 ), también conocido por los cubanos como El Apóstol, fue un político, pensador, periodista, filósofo, poeta y masóncubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra del 95 o Guerra Necesaria, escribió “Nuestra América” en 1891.
* Escrito como ensayo para la clase Español 201, con las Profesoras Melanie Nicholson y Catalina Bruegging, del programa Bard Prison Initiative.
¿Está de acuerdo con el autor? Envíe sus opiniones, sugerencias y comentarios a [email protected]
COPYRIGHT 2009
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Comments | |
Sorry, there are no comments at this time. |