Las remesas ya no son lo que eran

 "A causa de la crisis económica, las remesas están cayendo. Es un gran problema para muchos inmigrantes aquí en los Estados Unidos, sobre todo los que trabajan en la construcción", dice Catherine Shoichet, que investiga el tema de las remesas en Columbia University. "Y, por supuesto, es un gran problema para sus familias [en sus países nativos] que necesitan este dinero para sobrevivir".

Según al Pew Hispanic Center, la tasa de desempleo entre los hispanos nacidos en el extranjero aumentó del 5,1% al 8,0%, o 2.9 puntos porcentuales, desde el cuarto trimestre de 2007 al cuarto trimestre de 2008. Durante este mismo periodo, la tasa de desempleo para todas las personas en el mercado laboral aumentó del 4,6% al 6,6%.

Shoichet observa que la mayoría de sus entrevistados ahora ganan menos que antes—a veces en el mismo trabajo—pero todavía siguen enviando algo a sus familias afueras.

Los flujos de dinero que los inmigrantes envían sufren por la crisis económica y las fluctuaciones cambiarias, según al Banco Interamericano de Desarrollo. Sin embargo, el año pasado los emigrados latinoamericanos y caribeños enviaron unos US$ 69200 millones a sus países de origen, 0,9% más que en 2007, según el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID.

El comercio internacional se ha desacelerado y los precios de bienes primarios han caído. Además, una fuerte disminución de las exportaciones—que afecta principalmente a las economías abiertas como las centroamericanas y México—ha agravado las dificultades de una ralentización en el ritmo de las remesas y los flujos de la inversión extranjera directa (véase el cuadro).

Aunque a lo largo de Latinoamérica las remesas sólo constituyen una porción pequeña del producto bruto interno, el BID enfatiza que los envíos de dinero realizados por trabajadores inmigrantes son una fuente de ingresos "clave" para millones de familias en la región.

El peso mexicano y el real brasileño han perdido terreno frente al dólar estadounidense en meses recientes. Como consecuencia, las remesas enviadas desde los Estados Unidos han visto incrementado su poder adquisitivo, compensando al menos en parte el menor volumen de envíos.

En abril, la comisión por América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas informó que las economías de América Latina y el Caribe decrecería 3% en 2009, su primer retroceso tras seis años de crecimiento. Los efectos de la crisis internacional se dejarán sentir con fuerza este año en la región, señaló la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, durante el Latin America Emerging Markets Forum 2009, que se desarrolló en Bogotá, Colombia, en abril.

Algunos economistas piensan que el impacto en las economías de América Latina de la crisis financiera estadounidense podría ser relativamente grave. Los países más afectados serían México (-2.0% de crecimiento), Brasil (-1.0%), Costa Rica (-0.5%) y Paraguay (-0.5%), mientras que Panamá, Perú, Cuba y Bolivia mantendrían un crecimiento positivo igual o superior al 3.0%. En tanto, Ecuador y Chile anotarían un nulo aumento en su producto interno bruto en 2009. Se espera que México sea la economía más impactada, debido a la proximidad e interdependencia de las economías mexicana y estadounidense. Por ejemplo, los E.E.U.U. compran el 80% de las exportaciones de México. La devaluación del peso ha alcanzada el costo de repagar la deuda de las compañías mexicanas, causando grandes pérdidas en empresas como la minorista Comercial Mexicana, el fabricante de tortilla Gruma, y Cemex y Vitro, que fabrican cemento y vidrio, respectivamente. El Banco Central mexicano anunció en abril que pedirá una línea de crédito de $47 millones del Fondo Monetario Internacional.

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