Carlos Orellana, ¡Sí se puede!

Orellana tiene una relación larga e íntima con Yonkers, y por eso se ha ganado el apoyo espiritual, si no monetario, de mucha gente. Sus opiniones acera del presente y futuro de Yonkers se han formado sobre el curso de dos décadas de trabajo en calidad de organizador comunitario. 

Antes de trabajar por los residentes de Yonkers, trabajó por los de El Salvador, su país natal. Un huracán que lo golpeó en los años 80 causó destrucción masiva, dejando muchos sin casa, comida ni ropa. Orellana inmediatamente se fue de puerta en puerta, buscando donaciones para alimentar y vestir a los afectados. Él sospecha que este desastre encendió su pasión por el servicio público.

Una guerra civil sacudió El Salvador en los años 80, forzándole a ir al norte con su familia. Se estableció con sus hermanos y su papá en Yonkers. Allí aprendió inglés al poco tiempo de su llegada. Entró a la escuela secundaria a los 18 años, y solamente tras tres años se graduó. Luego consiguió certificados del Instituto Pastoral Hispano, un seminario Episcopaliano, una licenciatura en Estudios Judeo Cristianos de Concordia College, y una maestría en Ciencias Políticas de la Universidad Católica de San Salvador, en El Salvador.

Su trabajo de tiempo completo es el de organizador laboral para el sindicato United Food and Commercial Workers International (UFCW). Es un puesto exigente que le requiere viajar por todo el país. Recientemente visitó una planta de preparación de carne en Carolina del Norte, donde ayudó a fortalecer el sindicato. Es miembro del Comité de Residents for Affordable and Equitable Permanent Shelter (REAPS), una organización que aboga y provee viviendas a precios razonables. También es el presidente del Comité Ejecutivo de Somos La Llave del Futuro, un programa que empoderar y entrena líderes en comunidades inmigrantes de Nueva York. 

Cuando Sandy Annabi, la representante actual del Distrito 2, anunció hace poco que se retiraría, Orellana reflexionó si debería buscar su escaño. Como escribió en un ensayo reciente, “el dinero y las conexiones” determinan quien puede presentarse y, sobre todo, puede ganar. A pesar de los retos de una campaña, decidió que su formación y conocimiento de los asuntos esenciales valdrían el esfuerzo de conseguir un puesto con tanto potencial de mejorar tantas vidas.  

La realidad de una campana sin montones de dinero y conexiones influyentes lo impactó rápidamente. Orellana cuenta que le contó a una amiga que estaba presentándose para el Concejo Municipal de Yonkers. Ella le preguntó “¿Quién te apoya?” con lo cual quería saber “¿quién en el gobierno te apoya?”, Orellana respondió “Tú, necesito tu apoyo”. Tras una pausa y un tono sobrio de disculpas le contestó, “estoy tan ocupada, no tengo tiempo… tal vez yo pueda conseguir unas firmas, pero necesito cuidar a mis nietos”.

No obstante, sigue adelante. Arma un equipo que fija carteles y habla con personas en el trabajo, el tren y las calles. Empezó un blog (una tipo de página Web) y publica comunicados de prensa frecuentemente. Cree que con su profundidad de experiencia y sus contactos en la comunidad tiene una buena chance de triunfar en las elecciones de septiembre. 

Pero su camino no será fácil. Tiene cinco oponentes, la mayoría de los cuales también son hispanos. Wilson Terrero es de Puerto Rico y Virginia Pérez es de la Republica Dominicana. Pero lo más difícil de combatir es la apatía y el resentimiento arraigado. Yonkers ha tenido por mucho tiempo bastantes problemas: pobreza, violencia pandillera, delincuencia y escasez de oportunidades.

Orellana ha lidiado contra ellas a partir de la década de 1990, acumulando experiencia y comprensión. Como puede ver en su blog, tiene más ideas y más motivación ahora que nunca. Si quiere mantenerse al tanto de su esfuerzo, contribuir, o comunicarse, visite: carlosforcouncil.blogspot.com.

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