Medio ambiente
Guatemala: turismo ecológico en la selva
segunda parte
April 2008 En 1996 Chantal Willigers, nativa de Holanda, viajó por las selvas de Costa Rica, llegando a Guatemala con una amiga. En vez de viajar libremente por todo Latinoamérica como habían planeado, decidieron trabajar voluntariamente en Guatemala. Prefirieron esforzarse en algo “más productivo” con el tiempo restante en Centroamérica. Fue así como administraron un “ecologde” (o albergue ecológico) para viajeros de bajos recursos enfocado en la educación ambiental a través de tours guiados a la selva guatemalteca.Siete años después, Chantal se mudó a Cozumel, México, donde al conocer a Ismael Martínez, nativo de Cuba, crearon Duende Mayan Jungle Tours.
Al preguntarles sobre Duende Tours, Chantal e Ismael sonríen. Orgullosos de la organización, para ellos es más un concepto filosófico que un negocio turístico. Dicen que la idea de Duende Tours no es sólo manejar recorridos a las selvas tropicales de México, Guatemala y Bélice, ¡sino mucho más! Ellos quieren generar un cambio mental en los visitantes gracias al intercambio con la naturaleza, la cultura e historia al ser testigos del poder intrigante de las selvas mayas y la población local que todavía preserva la cultura de generaciones pasadas. El objetivo es que los viajeros reflexionen y concluyan al igual que han hecho visitantes anteriores: “que asombroso es todo esto, ¡tenemos que protegerlo!”.
Ismael explica que los tours no son para todo el mundo. Existen viajeros que pretenden viajar en una burbuja, con todas las comodidades del mundo moderno. Chantal e Ismael se ríen de este estilo de viaje. “No manches” exclama Chantal, ya acostumbrada al lenguaje en México, “no queremos gente que se queje de falta de agua caliente u otras comodidades, ¡la selva no es un spa! Estamos visitando este lugar para lograr un reflejo personal y para revaluar todo lo que es importante en nuestras vidas y todo lo que es superfluo”.
También hablan de otros operadores de tours en estas selvas a quienes no les importa la población indígena. “Existen operadores que traen grupos de veinte o treinta personas sin darle importancia al medio ambiente, sin pensar en el impacto cultural, sin darle el respeto que merece este lugar tan precioso y único”, cuentan Ismael y Chantal con coraje.
En sus tours viajan entre cinco a nueve días en grupos pequeños de tres a diez viajeros en canoa, bicicleta, o a caballo a ciudades mayas aisladas, a cenotes, cuevas y otros sitios naturales aún muy bien conservados. Pero lo más significativo es el gran respeto por la selva maya. Chantal e Ismael procuran enseñar y descubrir junto con sus visitantes maneras de proteger la selva y conservar la cultura maya, apoyando a las empresas locales y enseñando que el mundo desarrollado globalizado y “americanizado” no es necesariamente el camino a la salud de nuestro planeta.
Al apoyar a las poblaciones mayas, creen que es posible procurar un cambio ecológico y sustentable, que no se necesita derrumbar la selva para vivir, sino usar esos árboles y flora como el mayor recurso del eco-turismo. Es así como promueven también la venta de artesanías hechas con pedazos de árboles de maderas preciosas que se han caído por causas naturales. Con ellos se elaboran máscaras mayas increíbles y otros diseños que luego son vendidos como una manera de sustentar la economía local ecológicamente.
“¿Por qué Duende?... ¿qué significa eso para ustedes?” les pregunto. Otra vez se ríen. “Bueno”, explica Chantal, “cuando vivía en El Remate, Guatemala, y ocurría alguna travesura y no existía un causante, todos decían, seguramente fueron los duendes”. Pero los duendes son también espíritus benévolos que cuidan la flora y fauna de la selva. “De hecho,” se emociona Chantal, “hasta hay pirámides en Topoxte Guatemala, construidas aparentemente en homenaje a los duendes que son parte de la cultura y la selva de este lugar. Por todo esto me fascino esa idea, así que, ¡Duende Tours!”.
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
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