De Regreso…

Ramiro Jiménez, 28 años, de Etla, Oaxaca

Estuve en los Estados Unidos por primera vez a los catorce años, y regresé otra vez de los 19 a los 25 años. Estuve en Dover, New Jersey. Trabajé en fábricas, supermercados, construcción, en restaurantes…en varios lugares. Regresé a Oaxaca primero porque me casé y mi esposa ya no quería estar en los Estados Unidos porque no le gustaba, y segundo, porque tenía mucho tiempo de estar fuera y extrañaba todo de México. Mi esposa es de Colombia, entonces primero nos fuimos a Colombia, y en diciembre llegué a Oaxaca. Estuve fuera diez años sin volver ninguna vez. Cuando regresé, me sentí primero emocionado y contento de volver a ver a mi familia. Sentí cierto temor porque en las noticias escuchaba que en México y especialmente en Oaxaca la situación económica, social y laboral no estaba muy bien. Cuando llegué tuve que vivir con mis padres. Ellos notaron que cambié físicamente y que con esposa, ya me comportaba diferente. Ya no era el joven que ellos vieron cuando me fui. Mi hermano ya tiene hijos y ni siquiera estaba casado cuando me fui. Hay cierta incomodidad pero con el tiempo y conversando se mejora. Ahora estoy estudiando y trabajando. Estoy terminando la preparatoria abierta y estudiando inglés. Trabajo en las oficinas de Colegio de Bachillerato del Estado de Oaxaca (COBAO). Me gusta este trabajo más que los otros que tenía en los Estados Unidos, pero prefería los anteriores por lo económico. Extraño todo de los Estados Unidos. En lo económico uno gana mucho más y vive mejor allá. Las leyes se respetan y aquí no. En lo personal mi meta es regresar a los Estados Unidos porque extraño mucho. Gané mucho de mi experiencia en los Estados Unidos, siempre digo esto a todos aquí, aprendí el significado de la palabra respeto. Aprendí también que para tener las cosas uno debe de trabajar muy duro y honradamente. Aprendí malas cosas, más que todo como el racismo en contra de los mexicanos. A los mexicanos que viven en los Estados Unidos les digo que no se olviden de su país, México.

Jazmín Maldonado Parada, 20 años, de Santo Domingo Tehuantepec, Oaxaca

Estuve en los Estados Unidos de 2003 a 2007, en Greensboro, Carolina del Norte. Me fui a los catorce años con un primo y su esposa para estudiar en la high school. Regresé a Oaxaca porque quería estudiar una carrera pero allá no tenía oportunidades. Aquí se me hizo mucho más fácil. Al principio, cuando regresé, me sentí un poco arrepentida. No estaba a gusto, pero había tomado una buena decisión. La forma de vida es muy diferente aquí. Te acostumbras a los Estados Unidos. Es mucho más fácil y hay más comodidades allá. Acá es muy complicado. Mi familia se puso muy feliz y contenta cuando regresé. No encontraron algo diferente en mi o en mis sentimientos. Desde que me fui, querían que me regrese. También tenía una mejor amiga desde la secundaria aquí en Oaxaca y de regreso nos seguimos llevando igual. Ahora voy a la universidad en las mañanas. Estudio relaciones internacionales en la Universidad José Vasconcelos. Apenas es mi tercer semestre. En la tarde trabajo en una galería de arte, Índigo. Ya llevo dos años en la galería. De los Estados Unidos extraño mucho ir al mall y comprar. Había mucha más variedad allá. Sólo pienso volver a los Estados Unidos si fuera por una oferta de trabajo. Francamente cuando vivía allá sentía mi vida vacía. No sé si fue por vivir en un pueblo, siempre me sentía aburrida y extrañaba a mi familia. A pesar de que hay mucha pobreza en Oaxaca, estoy muy feliz y muy a gusto. Siempre hay algo que hacer. Fue una experiencia bastante buena vivir en los Estados Unidos un tiempo. Aprendí inglés y conocí un lugar distinto y tuve una buena educación. A los inmigrantes allá digo que si en algún momento se quieren regresar que lo hagan. Los estamos esperando con los brazos abiertos.

Roberto García Hernández, 24 años, de Oaxaca de Juárez, Oaxaca

Llegué a los Estados Unidos a los cinco años y regresé a Oaxaca a los 21. Mi mamá me llevó al sur de California, Costa Mesa, para tener un mejor futuro. Allá estudié de la primaria a la preparatoria y dos años de junior college y trabajé en un campo de golf y de mesero. Regresé porque el costo de la universidad es mucho allá y para conocer a mi familia y de dónde era. Yo convencí a mi mamá de regresar para que se jubile. Los primeros meses en Oaxaca fueron muy difíciles para adaptarme a la cultura y a la comida—estuve enfermo. Mi familia me aceptó pero hasta la fecha no me siento confortable con ellos por lo mismo que no los conozco. Ahora soy maestro de inglés y estudio enseñanza de idiomas extranjeras en la Universidad Regional del Sureste (URSE). Estoy en el último año de mi carrera. De los Estados Unidos extraño la comida, como la comida china, o de diferentes países, a mis amigos y a las comodidades que no hay aquí. Sigo en contacto con mis amigos de allá pero no tanto cómo antes. No pienso regresar a los Estados Unidos; quizás de vacaciones, pero no para trabajar. Por haber vivido allá, siento que soy más abierto a culturas y a la gente. Siento que tengo conocimientos más grandes que muchas personas de aquí, y tengo la habilidad de hablar otro idioma y ver otro punto de vista. Tuve un dilema cuando estaba allá acerca de cuál identidad adoptar pero ahora estoy 100% seguro y orgulloso de ser mexicano. Se resolvió al estar acá y conocer la cultura, las tradiciones y la historia de México. Siento que es mejor que los Estados Unidos. Tiene más historia y más cultura.

Rubén Ríos Martínez, 30 años, de Santa Maria Mixtequilla, Tehuantepec, Oaxaca

Estuve en los Estados Unidos de enero de 2007 a agosto del mismo año en la parte sureste—Arkansas, Alabama, Texas, Louisiana, Virginia, y otros estados por allá. Mi trabajo consistía en reforestación y selección de pinos comerciales y limpieza de líneas eléctricas. Extrañé a mi familia, mis amigos, y la comida. Regresé porque se terminó la visa de trabajo. Me sentí muy bien y satisfecho de regreso de haber logrado algunas cosas, como ayudar a mi familia. Mis padres siempre estaban preocupados por mí, pero a la vez felices de que conocí otros lugares. De mi tiempo en los Estados Unidos, gané una diferente visión del patrón a sus trabajadores, porque valoran más tu forma de trabajar que tu apariencia allá. Uno puede hacer un trabajo y tener beneficios mucho mejores que en mi país. También observé envidia hacia nuestros mismos paisanos y que a veces somos más racistas entre nosotros que el propio americano. Si alguna vez un paisano te pide ayuda, tenemos que ayudarle y no seguirle poniendo obstáculos porque todos llegamos a un lugar difícil, pero entre nosotros mismos nos hemos estado obstaculizando las oportunidades que hay allá. Ahora trabajo en un restaurante de sushi al lado de mis amigos. De los Estados Unidos extraño el sueldo. Pienso volver, si es posible, en el año 2010 por superación personal y por mis sueños de tener algún día un negocio propio para brindarle comodidad a mi familia.

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