Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
la Voz de Anahac
La Voz de anahuac
Martha Sahagun, la presidenta mexicana, y el leguaje
Por Rafael Nava
March 2004
Martha Sahagún, 48, coordinadora de comunicación social de la presidencia y -desde el 2000-esposa y señora (que no es lo mismo) del presidente Fox abre con sus aspiraciones presidenciales un debate que ha dividido la opinión publica mexicana al mismo tiempo que provoca un revuelo y bastante alarma entre el personal de los partidos políticos.
Lo que definitivamente no está claro es si necesitamos nuevos términos en nuestro querido idioma español, que, con su carácter masculino - algo que no es privativo de esta lengua- jamás contempló el uso de palabras que ahora podrían definir a Martha Sahagún como "la ejecutiva federal" o bien "la primera mandataria".
¿Qué...? ¿Puede ser presidente una mujer...? Ni siquiera sé si se dice "la señora presidente" "la señora presidenta", tan poco acostumbrados estamos a tal idea, oh lenguaje que iluminas y reflejas nuestra sociedad hasta la indiscreción de sus intimidades!.
Pues aquí en México claro que ha habido "mujeres de alto poder", pero se llamaban "reina", "emperatriz", o tal vez "princesa"; nunca "primer ministro" (o debería decir"primera ministra"?) o "jefa del ejecutivo federal" (i qué raro suena !).
Pero ya no estamos en la época de los aztecas, respondo, y cualquier ciudadano mexicano puede aspirar legítimamente a la presidencia de la república, sin importar las lagunas del lenguaje; ¡que éste se adapte a nuestra modernidad, pues qué!.
Bueno, me dicen, una mujer puede ser candidata a la primera magistratura del país, pero no Martha Sahagún! Al menos eso dicen sus oposi-tores. No, porque es esposa del presidente electo y eso huele a nepotismo y continuidad del estilo empresarial panista de Fox.
No, porque como directora del programa de asistencia social "Vamos, México" ha tenido graves irregularidades, desvío de fondos y financiamiento del gobierno federal, quien no tendría porque pagar sueldos, etc., de funcionarios de esa asociación..
No, porque la batalla política contra otros candidatos es desleal, ya que ella tiene privilegios derivados directamente de la presidencia y mas recursos publicitarios, como publicidad por medio de la prensa, radio, invitaciones a diferentes programas de TV en su calidad de primera dama, relaciones sociales internacionales aprovechadas todas ellas como "precampaña política" y hasta traslados en helicópteros oficiales.
No, porque carece de la suficiente experiencia político-administrativa.
No, porque...¿ porque es mujer? Para el tradicional machismo mexicano la idea suena realmente amenazadora. ¿Cómo me va a dar órdenes una mujer? Sin embargo, a fuerza de ver cada vez mas mujeres fuera de su casa en puestos políticos de cada vez mayor nivel (por ejemplo Rosario Robles y Dolores Padierna, por citar dos de los mas destacados políticos (o debería decir políticas?) actuales.) hemos llegado al punto de poder aceptar una mujer como mandamas del país.
En realidad yo iría mas lejos todavía y diría que quizás el país necesite una mujer como presidente; una mujer de carácter y capacidad de organización, honesta, que en verdad quiera trabajar para todos, no nada mas para los ricos o el clero, o para entregar el país a grupos políticos o al capital extranjero.
Por eso, despierten, mujeres! Nada tienen que perder sino sus cadenas, que por otro lado solo existen en su mente y en la de los hombres que son incapaces de convivir y compartir su vida con, nada mas ni nada menos que con la mitad del género humano, si no la mejor mitad-ambas son iguales- al menos si la mas bella en todos sentidos. COPYRIGHT 2004
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Lo que definitivamente no está claro es si necesitamos nuevos términos en nuestro querido idioma español, que, con su carácter masculino - algo que no es privativo de esta lengua- jamás contempló el uso de palabras que ahora podrían definir a Martha Sahagún como "la ejecutiva federal" o bien "la primera mandataria".
¿Qué...? ¿Puede ser presidente una mujer...? Ni siquiera sé si se dice "la señora presidente" "la señora presidenta", tan poco acostumbrados estamos a tal idea, oh lenguaje que iluminas y reflejas nuestra sociedad hasta la indiscreción de sus intimidades!.
Pues aquí en México claro que ha habido "mujeres de alto poder", pero se llamaban "reina", "emperatriz", o tal vez "princesa"; nunca "primer ministro" (o debería decir"primera ministra"?) o "jefa del ejecutivo federal" (i qué raro suena !).
Pero ya no estamos en la época de los aztecas, respondo, y cualquier ciudadano mexicano puede aspirar legítimamente a la presidencia de la república, sin importar las lagunas del lenguaje; ¡que éste se adapte a nuestra modernidad, pues qué!.
Bueno, me dicen, una mujer puede ser candidata a la primera magistratura del país, pero no Martha Sahagún! Al menos eso dicen sus oposi-tores. No, porque es esposa del presidente electo y eso huele a nepotismo y continuidad del estilo empresarial panista de Fox.
No, porque como directora del programa de asistencia social "Vamos, México" ha tenido graves irregularidades, desvío de fondos y financiamiento del gobierno federal, quien no tendría porque pagar sueldos, etc., de funcionarios de esa asociación..
No, porque la batalla política contra otros candidatos es desleal, ya que ella tiene privilegios derivados directamente de la presidencia y mas recursos publicitarios, como publicidad por medio de la prensa, radio, invitaciones a diferentes programas de TV en su calidad de primera dama, relaciones sociales internacionales aprovechadas todas ellas como "precampaña política" y hasta traslados en helicópteros oficiales.
No, porque carece de la suficiente experiencia político-administrativa.
No, porque...¿ porque es mujer? Para el tradicional machismo mexicano la idea suena realmente amenazadora. ¿Cómo me va a dar órdenes una mujer? Sin embargo, a fuerza de ver cada vez mas mujeres fuera de su casa en puestos políticos de cada vez mayor nivel (por ejemplo Rosario Robles y Dolores Padierna, por citar dos de los mas destacados políticos (o debería decir políticas?) actuales.) hemos llegado al punto de poder aceptar una mujer como mandamas del país.
En realidad yo iría mas lejos todavía y diría que quizás el país necesite una mujer como presidente; una mujer de carácter y capacidad de organización, honesta, que en verdad quiera trabajar para todos, no nada mas para los ricos o el clero, o para entregar el país a grupos políticos o al capital extranjero.
Por eso, despierten, mujeres! Nada tienen que perder sino sus cadenas, que por otro lado solo existen en su mente y en la de los hombres que son incapaces de convivir y compartir su vida con, nada mas ni nada menos que con la mitad del género humano, si no la mejor mitad-ambas son iguales- al menos si la mas bella en todos sentidos. COPYRIGHT 2004
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