Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Hace unos días en mi programa La Voz con Mariel Fiori en Radio Kingston (lunes a viernes, 10 a 11 am en 1490 AM, 107.9 FM, radiokingston.org) la psicóloga holística Dora Inés Grosso García comentaba la pregunta ¿cómo mantenemos el equilibro y nuestra salud mental ante tantas noticias devastadoras? Su respuesta vino acompañada de la analogía de las medidas de seguridad en un viaje en avión. En caso de perder el oxígeno la cabina, se pide que los pasajeros primero se pongan su máscara y luego asistan a los demás pasajeros que lo necesiten.
Este consejo tan sencillo, y tan sabio, nos hace pensar que, para poder ayudar hacia afuera, primero tenemos que estar bien nosotros mismos, ayudarnos hacia adentro. ¿Cómo va nuestra alimentación? ¿Nuestro sueño? ¿Nuestro cuerpo está funcionando bien? ¿Nuestras relaciones personales? ¿Todo en orden? ¿Casi? Bueno, ya que nos pusimos nuestras máscaras de oxígenos, podemos proceder a apoyar a los pasajeros de este viaje de la vida que se encuentran más cercanos a nosotros.
Esto me recuerda a algo que me pasó recientemente en un retiro de yoga y ayurveda en el que participé junta a un hermoso y variado grupo de gente. En un momento de gran conexión con la naturaleza y nuestras emociones más profundas, se pidió por la paz en el mundo. Yo no pude más que ponerme a llorar desconsoladamente. Sí, les dije, acá estamos con toda nuestra energía positiva con gran esperanza por la paz, pero el sufrimiento del mundo es tan grande, que esto que hacemos no es nada. No hay nada que podamos hacer. Así de desconsolada me sentía.
Por suerte nuestro guía y lugareño me hizo ver que lo que hago día a día a través de la profesión que elegí, en el trabajo y la vida comunitaria, mi vocación de servicio a mi comunidad hispana e inmigrante del Valle del Hudson es algo, por pequeño que sea, que ayuda contra el sufrimiento de la existencia, que ayuda a vivir mejor. Claro, ya lo dije por aquí hace varios años. Aceptar el statu quo no está en mi sangre, educación o experiencia. Necesitamos usar las herramientas que poseemos (ya sea educación, redes, tiempo y/o dinero) para ayudar a mejorar el rinconcito del mundo donde decidimos vivir. En mi caso, lo hago a través de mi pasión por la comunicación.
Ya no me siento desconsolada, ya recordé por qué estoy acá haciendo comunidad a través de todas las plataformas a mi alcance. Agradezco profundamente a mi familia por haber instilado en mi el gran valor del servicio, de ayuda al prójimo. Les agradezco también por haber puesto la educación ante todo ¿sino cómo voy a poder ponerme la máscara de oxígeno que me permite apoyar a los que están a mi alrededor? La lucha sigue, como siempre.
Espero que disfruten el número de noviembre de La Voz. Le dedicamos muchas horas entre todo el equipo, desde asistentes a redactores, y más colaboradores que nos ayudan a distribuirla por el Valle del Hudson y más allá. La curadora y artista argentino-estadounidense Elisa Pritzker nos presenta a la artista brasileña Monique Allain; Andrés Pérez Rangel nos trae sus recuerdos de un venezolano en la ciudad de México; Nohan Meza nos enseña una mini guía del reciclaje, y un cuento guaraní sobre el origen de la sirena; Elizabeth Liotta nos hace aprender sobre la salud holística y los servicios gratuitos disponibles; Dora Inés Grosso García reflexiona sobre las adicciones y Olga Salazar sobre la relación de abuelos y nietos; Anita y Toby Campion analizan los mitos de la conquista española, o mejor dicho: la invasión española; y en la guía de recursos les compartimos anuncios de eventos y servicios gratuitos, desde clases de inglés y películas, hasta oportunidades de empleo.
Si les gusta lo que leen, ¡compartan! No se guarden la buena información. Si está en sus posibilidades, una donación a La Voz será bienvenida (lavoz.bard.edu/donar). Esta revista es gratis de leer, pero no de producir. COPYRIGHT 2023
La Voz, Cultura y noticias hispanas del Valle de Hudson
Este consejo tan sencillo, y tan sabio, nos hace pensar que, para poder ayudar hacia afuera, primero tenemos que estar bien nosotros mismos, ayudarnos hacia adentro. ¿Cómo va nuestra alimentación? ¿Nuestro sueño? ¿Nuestro cuerpo está funcionando bien? ¿Nuestras relaciones personales? ¿Todo en orden? ¿Casi? Bueno, ya que nos pusimos nuestras máscaras de oxígenos, podemos proceder a apoyar a los pasajeros de este viaje de la vida que se encuentran más cercanos a nosotros.
Esto me recuerda a algo que me pasó recientemente en un retiro de yoga y ayurveda en el que participé junta a un hermoso y variado grupo de gente. En un momento de gran conexión con la naturaleza y nuestras emociones más profundas, se pidió por la paz en el mundo. Yo no pude más que ponerme a llorar desconsoladamente. Sí, les dije, acá estamos con toda nuestra energía positiva con gran esperanza por la paz, pero el sufrimiento del mundo es tan grande, que esto que hacemos no es nada. No hay nada que podamos hacer. Así de desconsolada me sentía.
Por suerte nuestro guía y lugareño me hizo ver que lo que hago día a día a través de la profesión que elegí, en el trabajo y la vida comunitaria, mi vocación de servicio a mi comunidad hispana e inmigrante del Valle del Hudson es algo, por pequeño que sea, que ayuda contra el sufrimiento de la existencia, que ayuda a vivir mejor. Claro, ya lo dije por aquí hace varios años. Aceptar el statu quo no está en mi sangre, educación o experiencia. Necesitamos usar las herramientas que poseemos (ya sea educación, redes, tiempo y/o dinero) para ayudar a mejorar el rinconcito del mundo donde decidimos vivir. En mi caso, lo hago a través de mi pasión por la comunicación.
Ya no me siento desconsolada, ya recordé por qué estoy acá haciendo comunidad a través de todas las plataformas a mi alcance. Agradezco profundamente a mi familia por haber instilado en mi el gran valor del servicio, de ayuda al prójimo. Les agradezco también por haber puesto la educación ante todo ¿sino cómo voy a poder ponerme la máscara de oxígeno que me permite apoyar a los que están a mi alrededor? La lucha sigue, como siempre.
Espero que disfruten el número de noviembre de La Voz. Le dedicamos muchas horas entre todo el equipo, desde asistentes a redactores, y más colaboradores que nos ayudan a distribuirla por el Valle del Hudson y más allá. La curadora y artista argentino-estadounidense Elisa Pritzker nos presenta a la artista brasileña Monique Allain; Andrés Pérez Rangel nos trae sus recuerdos de un venezolano en la ciudad de México; Nohan Meza nos enseña una mini guía del reciclaje, y un cuento guaraní sobre el origen de la sirena; Elizabeth Liotta nos hace aprender sobre la salud holística y los servicios gratuitos disponibles; Dora Inés Grosso García reflexiona sobre las adicciones y Olga Salazar sobre la relación de abuelos y nietos; Anita y Toby Campion analizan los mitos de la conquista española, o mejor dicho: la invasión española; y en la guía de recursos les compartimos anuncios de eventos y servicios gratuitos, desde clases de inglés y películas, hasta oportunidades de empleo.
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