Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
“La organización social y el espacio son inseparables”
Entrevista a Ivonne Santoyo-Orozco: arquitecta, historiadora, y teórica
Por Elisa Littin Egana
March 2022 La co-directora del departamento de arquitectura de Bard College acaba de terminar una residencia artística en MacDowell, el prestigioso y más antiguo programa de residencia de las artes en Estado Unidos, donde comenzó a juntar los hilos de su próximo libro. En él, la arquitecta habla de los derechos de la vivienda y lo que significa ser propietario de una casa. “Mi trabajo a grandes rasgos intenta entender qué significa una sociedad de propietarios, y las asimetrías que esto significa: cuestiones de segregación, de aislamiento, de marginalización social” dice Ivonne, quien ha estado trabajando con un grupo de mujeres de la Cooperativa Palo Alto -un vecindario de la Ciudad de México en lucha constante contra la garra de las grandes inmobiliarias.
Háblanos de la genealogía de la propiedad común en Mexico.
Hay un tipo de propiedad común en México muy conocido que se llama “ejido”. Para mi es muy importante porque su historia se remonta a la Revolución de México, cuando los campesinos lucharon por una reforma agraria. La historia sencilla del ejido te dice que es un logro de la lucha social de la revolución mexicana, el momento en que el gobierno de Mexico decidió distribuir propiedad común, para uso común, a cientos y cientos de mexicanos. Hoy día es una propiedad que cubre casi el 50% del terreno mexicano. Estando en ciudades donde uno está rodeado por propiedad privada, en donde son casos aislados donde vemos propiedades comunes, encontrar un país donde la propiedad común sea una categoría tan dominante para mi es muy importante. La historia más complicada del ejido en mi trabajo se remonta a la colonización. He encontrado que el ejido es un producto colonial, entonces eso que decimos es una victoria de la revolución tiene un legado en las instituciones establecidas durante la colonia española. Cambia la perspectiva, ¿de qué sirve esta propiedad común, qué ofrece a la sociedad agraria? Sería imposible para mi cubrir toda la historia del ejido, entonces como genealogía lo que hago es tomar puntos y expandir. Para mí, la organización social y el espacio son inseparables.
¿Qué te atrajo a unirte al equipo y codirigir el departamento de arquitectura de Bard?
Es un momento muy interesante en muchas disciplinas pero sobretodo arquitectura para modificar el curriculum. Es un momento de agitar la pedagogía, después de lo que ha pasado con la pandemia, con Black Lives Matter, con más orientaciones sociales, nos hemos dado cuenta que la pedagogía no nos alcanza al presente. Desde el punto de vista arquitectónico hay un esfuerzo muy grande para actualizar los programas de educación. Lo que nosotros queremos hacer con el programa es hacer una arquitectura que tenga más relación a la realidad en donde vivimos, que tenga una relación más cerca con cuestiones sociales. La arquitectura no es solamente para la élite que tiene dinero para pagar un diseño arquitectónico. Hay dos cosas que están pasando aquí: una es revalorar para quién es la arquitectura y otra en qué tipo de práctica puedes imaginarte a los arquitectos. Por ejemplo, como arquitecto hoy en día, sí puedes diseñar una casa pero también puedes ser curador, escritor, periodista, líder social de una vivienda, puedes estar relacionado con proyectos urbanos o de los recursos naturales. Con el programa sí vamos a divertirnos diseñando, pero vamos a tener una consciencia social y también abrir el qué significa ser arquitecto.
¿Crees que la etiqueta "latina" es algo que restrictivo o algo importante que reconocer dentro del mundo laboral en los Estados Unidos?
Es una pregunta muy complicada, son cuestiones de identidad que creo que todos estamos tratando de procesar pero digamos que en mi educación elemental acepté mi identidad mexicana. Pero hay un legado que desafortunadamente te pide que te abras al mundo y para mi es importante decir no. No es importante pretender ser occidental, estoy muy orgullosa de ser latina. Me muevo en un contexto muy anglosajón, y si tengo toda la cara de mexicana, pero no me pasa que me presenten solamente como “mexicana”. Sin embargo, me da orgullo porque siento que yo pelee por mantener esa identidad. Mi trabajo está muy basado en Mexico pero el contexto latino tiene mucho que ofrecer al mundo.
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Hay un tipo de propiedad común en México muy conocido que se llama “ejido”. Para mi es muy importante porque su historia se remonta a la Revolución de México, cuando los campesinos lucharon por una reforma agraria. La historia sencilla del ejido te dice que es un logro de la lucha social de la revolución mexicana, el momento en que el gobierno de Mexico decidió distribuir propiedad común, para uso común, a cientos y cientos de mexicanos. Hoy día es una propiedad que cubre casi el 50% del terreno mexicano. Estando en ciudades donde uno está rodeado por propiedad privada, en donde son casos aislados donde vemos propiedades comunes, encontrar un país donde la propiedad común sea una categoría tan dominante para mi es muy importante. La historia más complicada del ejido en mi trabajo se remonta a la colonización. He encontrado que el ejido es un producto colonial, entonces eso que decimos es una victoria de la revolución tiene un legado en las instituciones establecidas durante la colonia española. Cambia la perspectiva, ¿de qué sirve esta propiedad común, qué ofrece a la sociedad agraria? Sería imposible para mi cubrir toda la historia del ejido, entonces como genealogía lo que hago es tomar puntos y expandir. Para mí, la organización social y el espacio son inseparables.
¿Qué te atrajo a unirte al equipo y codirigir el departamento de arquitectura de Bard?
Es un momento muy interesante en muchas disciplinas pero sobretodo arquitectura para modificar el curriculum. Es un momento de agitar la pedagogía, después de lo que ha pasado con la pandemia, con Black Lives Matter, con más orientaciones sociales, nos hemos dado cuenta que la pedagogía no nos alcanza al presente. Desde el punto de vista arquitectónico hay un esfuerzo muy grande para actualizar los programas de educación. Lo que nosotros queremos hacer con el programa es hacer una arquitectura que tenga más relación a la realidad en donde vivimos, que tenga una relación más cerca con cuestiones sociales. La arquitectura no es solamente para la élite que tiene dinero para pagar un diseño arquitectónico. Hay dos cosas que están pasando aquí: una es revalorar para quién es la arquitectura y otra en qué tipo de práctica puedes imaginarte a los arquitectos. Por ejemplo, como arquitecto hoy en día, sí puedes diseñar una casa pero también puedes ser curador, escritor, periodista, líder social de una vivienda, puedes estar relacionado con proyectos urbanos o de los recursos naturales. Con el programa sí vamos a divertirnos diseñando, pero vamos a tener una consciencia social y también abrir el qué significa ser arquitecto.
¿Crees que la etiqueta "latina" es algo que restrictivo o algo importante que reconocer dentro del mundo laboral en los Estados Unidos?
Es una pregunta muy complicada, son cuestiones de identidad que creo que todos estamos tratando de procesar pero digamos que en mi educación elemental acepté mi identidad mexicana. Pero hay un legado que desafortunadamente te pide que te abras al mundo y para mi es importante decir no. No es importante pretender ser occidental, estoy muy orgullosa de ser latina. Me muevo en un contexto muy anglosajón, y si tengo toda la cara de mexicana, pero no me pasa que me presenten solamente como “mexicana”. Sin embargo, me da orgullo porque siento que yo pelee por mantener esa identidad. Mi trabajo está muy basado en Mexico pero el contexto latino tiene mucho que ofrecer al mundo.
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