Cultura y noticias hispanas del Valle del Hudson
Sueño americano
Para ser y pertenecer, ‘el voto ‘sí cuenta’
Entrevista a Ibis Guzmán, juez cívico de Pine Plains
Por Gabriela Ávila
June 2021 Actualmente hay 32 millones de personas de origen latinoamericano que podrían votar en Estados Unidos, y de éstas, 2 millones residen en el Estado Nueva York, según el Centro de Investigación Pew. Pero no todas ejercen este derecho ciudadano. En el actual contexto de elecciones primarias para elegir a los candidatos que participarán en las elecciones generales del 2 de noviembre en Nueva York, los índices de participación hispana, tanto en la votación, como en la presentación de candidaturas, se mantienen bajos.
En un entorno electoral similar, en el que sistemáticamente los grupos minoritarios carecen de representatividad, el Honorable Juez Ibis Guzmán, lanzó su candidatura a Juez Cívico de Pine Plains en la contienda del 2018, “Mi contrincante político era el abogado, Peter Salerno, egresado de la Universidad de Harvard. Tenía mucha experiencia y había fungido como Fiscal de Distrito en Manhattan”. Fue una difícil contienda en la que el Juez Guzmán resultó ganador.
Para él, el proceso no fue fácil, requirió de un gran esfuerzo y una firme determinación para ser un ciudadano con plena pertenencia y reconocimiento de su comunidad. Su deseo por llegar a ser Juez siempre se vinculó con su anhelo por convivir en igualdad, sin que su color de piel o su origen cultural determinaran o afectaran la percepción en torno a su persona. Comenta, “de niño fui invitado por el Honorable Juez Klemme de Fort Plains a participar en un evento. Lo conocí en el rancho donde trabajaban mis padres. Yo no sabía que era Juez. Él era nuestro patrón y cuando vi que era valorado, admirado, querido y respetado por toda la comunidad, me propuse trabajar en esa dirección. Ahí tuve la idea de que una persona normal, sencilla, trabajadora, que surgía del pueblo podía hacer una diferencia. Entendí que es una posición creada para resolver problemas entre vecinos, para que la justicia sea impartida por quien es cercano a la comunidad y conoce bien su tejido social”.
El Juez es originario de Tetzhu Tasquillo, Hidalgo, México. Llegó a Estados Unidos a los 9 años, después de que su papá obtuviera la amnistía migratoria de 1986. Su padre era un trabajador temporal en Dallas, Texas. Se dedicaba a la fabricación de moldes de acero, “era un trabajo tan duro que aún recuerdo cómo después de laborar, se acostaba en el piso para tratar de calmar el dolor causado por los calambres y espasmos en sus piernas y su espalda”.
Su padre le pedía que estudiara para que no tuviera que vivir las mismas circunstancias. Por ello, agrega, “terminando High School, continué estudiando, primero en SUNY Dutchess y posteriormente en la Universidad de Binghamton”. Después de graduarse, le ofrecieron trabajo en la ciudad, pero prefirió regresar a Pine Plains, donde se integró inicialmente como cajero en el Bank of Millbrook hasta llegar al puesto de Vicepresidente Adjunto.
El Juez Guzmán siempre se ha preocupado por su comunidad. Es también bombero y antes de ocupar su cargo, apoyaba a todas las personas que lo requerían con diversos trámites. Es una tarea que realizó desde pequeño, “Mi padre requería ayuda para llenar en inglés todas las solicitudes y formularios educativos, migratorios, bancarios, de salud, etc. No sé cómo lo hice. Bueno con la guía de mis padres, pero esto es algo que comparten muchos niños migrantes, quienes tienen que madurar muy pronto y realizar estas tareas para ayudar a sus familias a integrarse al sistema formalmente. Por ello, busco dejar un buen ejemplo de esfuerzo personal y compromiso social para mis hijos”.
Hace un llamado a todas las comunidades hispanoamericanas a unirse, a respetarse y valorar su origen y el de los demás. “Todos somos importantes. Ayudémonos a construir un mundo mejor, donde podamos reconocernos en igualdad y actuemos fraternalmente, sin escalar problemas. A los que están leyendo, pregúntense ¿para qué trabajamos tanto? Empecemos a tratarnos bien entre nosotros para enseñarle a esta sociedad que no somos el estereotipo que se plantea. Somos buenas personas, muy trabajadoras. Quisiera hacer valer esta idea y esta imagen desde el cargo que me fue conferido a través del voto”.
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Para él, el proceso no fue fácil, requirió de un gran esfuerzo y una firme determinación para ser un ciudadano con plena pertenencia y reconocimiento de su comunidad. Su deseo por llegar a ser Juez siempre se vinculó con su anhelo por convivir en igualdad, sin que su color de piel o su origen cultural determinaran o afectaran la percepción en torno a su persona. Comenta, “de niño fui invitado por el Honorable Juez Klemme de Fort Plains a participar en un evento. Lo conocí en el rancho donde trabajaban mis padres. Yo no sabía que era Juez. Él era nuestro patrón y cuando vi que era valorado, admirado, querido y respetado por toda la comunidad, me propuse trabajar en esa dirección. Ahí tuve la idea de que una persona normal, sencilla, trabajadora, que surgía del pueblo podía hacer una diferencia. Entendí que es una posición creada para resolver problemas entre vecinos, para que la justicia sea impartida por quien es cercano a la comunidad y conoce bien su tejido social”.
El Juez es originario de Tetzhu Tasquillo, Hidalgo, México. Llegó a Estados Unidos a los 9 años, después de que su papá obtuviera la amnistía migratoria de 1986. Su padre era un trabajador temporal en Dallas, Texas. Se dedicaba a la fabricación de moldes de acero, “era un trabajo tan duro que aún recuerdo cómo después de laborar, se acostaba en el piso para tratar de calmar el dolor causado por los calambres y espasmos en sus piernas y su espalda”.
Su padre le pedía que estudiara para que no tuviera que vivir las mismas circunstancias. Por ello, agrega, “terminando High School, continué estudiando, primero en SUNY Dutchess y posteriormente en la Universidad de Binghamton”. Después de graduarse, le ofrecieron trabajo en la ciudad, pero prefirió regresar a Pine Plains, donde se integró inicialmente como cajero en el Bank of Millbrook hasta llegar al puesto de Vicepresidente Adjunto.
El Juez Guzmán siempre se ha preocupado por su comunidad. Es también bombero y antes de ocupar su cargo, apoyaba a todas las personas que lo requerían con diversos trámites. Es una tarea que realizó desde pequeño, “Mi padre requería ayuda para llenar en inglés todas las solicitudes y formularios educativos, migratorios, bancarios, de salud, etc. No sé cómo lo hice. Bueno con la guía de mis padres, pero esto es algo que comparten muchos niños migrantes, quienes tienen que madurar muy pronto y realizar estas tareas para ayudar a sus familias a integrarse al sistema formalmente. Por ello, busco dejar un buen ejemplo de esfuerzo personal y compromiso social para mis hijos”.
Hace un llamado a todas las comunidades hispanoamericanas a unirse, a respetarse y valorar su origen y el de los demás. “Todos somos importantes. Ayudémonos a construir un mundo mejor, donde podamos reconocernos en igualdad y actuemos fraternalmente, sin escalar problemas. A los que están leyendo, pregúntense ¿para qué trabajamos tanto? Empecemos a tratarnos bien entre nosotros para enseñarle a esta sociedad que no somos el estereotipo que se plantea. Somos buenas personas, muy trabajadoras. Quisiera hacer valer esta idea y esta imagen desde el cargo que me fue conferido a través del voto”.
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Comments | |
Comentario: Es genial tener otro juez latino en el condado de Dutchess. Mi único problema con el juez Guzmán es que el LDODC se ha acercado a él dos veces sin respuesta. La primera vez fue para felicitarlo. Posted: 6/3/2021 |